sábado, 22 de junio de 2013

Martí no puede faltar en la cultura del maestro

Tomado de Juventud Rebelde
Por Patricia Cáceres

«No podemos cejar en el empeño de que la ética de Martí vaya coloreando todo lo que se hace en la escuela cubana, que nada tiene que ver con consignas, esquematismos, con el teque que, como dijo el maestro José Antonio Portuondo una vez, “es inculto y contrarrevolucionario” porque está vacío de contenido y porque desde que se pronuncia se vuelve su contrario».

La reflexión la hizo este viernes el profesor Horacio Díaz Pendás, Premio Nacional de Historia 2013, durante el VIII Taller Nacional Martiano de Ética, que sesionó en la Casa del Alba Cultural de la capital desde el jueves bajo el lema Ciencia, Conciencia y Valores.

«La vida, que es más maestra que todos nosotros, se encarga de enseñarnos que en los grandes procesos sociales y de transformación es la ética la que ha ennoblecido a la política, la que le ha dado un sentido a la labor educacional.

«Si no hay un basamento ético en lo que se hace, corremos el riesgo de que la tecnocracia, o la cultura por la cultura, o la falta de sentido espiritual en la vida, desvíe los grandes propósitos.
«Esa fue la perspectiva que nunca perdió José Martí, y esa es su gran enseñanza. Por eso hay que sistematizar el estudio de su obra», subrayó el profesor Díaz Pendás, quien aboga porque el más universal de los cubanos no falte en el esfuerzo educativo cubano ni en la cultura del profesor.

Es por ello que a partir del próximo septiembre en las escuelas pedagógicas los alumnos que arriben a cuarto año tendrán entre sus disciplinas un taller de selección de textos de Martí, en los que el Apóstol reflexiona sobre distintas facetas y figuras de nuestra historia, anunció.

«Todo lo que hacemos, en lo que estamos involucrados, lo que nos afecta de alguna manera, siempre pasa por el rasero de nuestra valoración y de nuestras representaciones morales», comentó por su parte la Doctora Nancy Chacón Arteaga, presidenta fundadora de la Cátedra de Ética Aplicada de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.

«Cuando eso se descuida, las cosas salen mal, las personas están descontentas y hay insatisfacciones. Eso es parte del factor subjetivo que a veces descuidamos, porque pensamos que todo se trata de actuar en el momento, de cumplir con lo que hay que cumplir, pasando a veces por alto detalles que son importantes para los seres humanos.

«Si hoy nos quejamos de que hay corrupción, de que las personas lo que quieren es alcanzar determinados recursos materiales o condiciones de vida, de formas que consideramos que no son las correctas, ahí está el factor moral condicionando y mediando las actitudes diversas, las compatibles y las incompatibles con el proceso revolucionario», sentenció.

Nuestra batalla principal —recalcó— es con la preparación ético-profesional de nuestros profesores, porque sabemos cuántas insatisfacciones hay en relación con la ejemplaridad del maestro. Pero no solo tiene que ver con la entidad formadora, con el docente que está directamente vinculado con ese joven, sino con la sociedad toda.

El VIII Taller de Ética acogió a especialistas de varias provincias del país y de Japón, México, Paraguay, Venezuela y Angola, quienes debatieron sobre resultados y retos de los docentes en la formación de valores en las jóvenes generaciones y la presencia del pensamiento de Martí en el sistema educativo de Cuba.

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