Te observamos, escuchamos, monitoreamos, borramos, rastreamos, inspeccionamos, sondeamos, escaneamos, olfateamos y alcanzamos. |
Por Ángel Guerra Cabrera.
El
presidente Barack Obama no tiene nada que envidiar a George W. Bush en
lo que se refiere a pisotear la Constitución y los valores fundacionales
de Estados Unidos. Es más, en lo concerniente al espionaje masivo de
las comunicaciones de millones, incluyendo el de sus propios
conciudadanos, propiciado por la Ley Patriota, el actual inquilino de la
Casa Blanca ha superado con creces las cotas alcanzadas por su
antecesor.
Así lo evidencian las insólitas revelaciones por el Guardian y el Washington Post de
documentos ultrasecretos estadunidenses que ponen al desnudo una masiva
y universal intervención de las comunicaciones telefónicas y de
Internet –incluso en las redes sociales– a escala internacional, y en
particular las de los estadunidenses. Los documentos develados hasta
ahora muestran una orden judicial secreta impartida en abril al gigante
de telefonía celular Verizon para que diariamente reporte a la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) datos básicos sobre
el tráfico telefónico de sus usuarios. En otra filtración, un documento
de la agencia expone detalladamente el programa PRISM, iniciado en
2007, que permite monitorear todos los mensajes intercambiados por los
usuarios de Google, Facebook, Apple, Microsoft, Skype y otros pulpos de
Internet. Cabe recordar que el grueso del tráfico internacional de la
web pasa por sistemas en Estados Unidos, de modo que es válido suponer
la extensión del programa al mundo entero. Obama asegura que
no se están grabando sus conversaciones telefónicas. Según la versión oficial sólo se lleva el registro de números de origen y destino y duración de las llamadas.
Pero la declaración al Guardian de Edward Snowden ex
funcionario de la CIA y de la NSA y fuente de las revelaciones dice lo
contrario: La NSA ha levantado una infraestructura que le permite…
capturar la inmensa mayoría de las comunicaciones humanas de manera
automática… Si, por ejemplo, yo quiero ver sus correos electrónicos o el
teléfono de su mujer, lo único que necesito es usar métodos de
interceptación, que me permiten obtener correos, contraseñas,
historiales de teléfono, datos de tarjetas de crédito… No quiero vivir
en un mundo en el que se graba todo lo digo y lo que hago. Es algo que
no estoy dispuesto a defender ni con lo que quiera vivir.
Además, la filtración posterior de la orden dada por Obama al
aparato de seguridad nacional de confeccionar una lista de eventuales
objetivos de ataques cibernéticos militares en el extranjero, sin
excluir la posibilidad de que se haga en Estados Unidos, aunque parezca
principalmente dirigido contra terceros países tiende a incrementar los
crecientes temores de los estadunidenses sobre la pérdida total del
derecho constitucional a la privacidad. Ambos diarios aseguran haber
verificado la autenticidad de los documentos, de los que han publicado
copias fotostáticas de gran calidad.
La directiva de Obama, de octubre de 2012, acuña el concepto
Operaciones Ofensivas de Efectos Cibernéticos (OCEO por sus siglas en
inglés)
que pueden ofrecer únicas y no convencionales capacidades para avanzar los objetivos nacionales de Estados Unidos alrededor del mundo con escasa o ninguna advertencia al adversario u objetivo y con potenciales efectos que van de sutiles a severamente dañinos. En enero el Pentágono anunció una gran expansión del Cibercomando, unidad responsable de la ejecución de operaciones cibernéticas ofensivas y defensivas, bajo la dirección del general Keith Alexander, también jefe de la NSA.
La directiva tiene una grave repercusión internacional al desnudar al
gobierno de Obama no sólo como una máquina de espionaje omnipresente,
sino como un potencial agresor a escala planetaria con planes para hacer
daño calculado y de forma
anticipadaa otras potencias, tal como se lee en la copia publicada en el Guardian. Y acusan a China… Pero probablemente lo más temible para la administración sea la bola de nieve que se está creando dentro de Estados Unidos con una parte importante de la sociedad protestando y pidiendo explicaciones sobre estos hechos ominosos.
Si unimos esto a la acción de los drones, cuyos
blancos decide Obama en secreto por nombre y apellido cada semana,
erigiéndose de esa forma en fiscal, juez y jurado, cabe preguntarse si
la conducta que Washington sigue en el mundo después del 11/S tiene algo
que ver con la democracia o más bien con un régimen de excepción
militarizado.
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