Nosotros,
Movimientos Sociales de América Latina y El Caribe, reunidos en Guayaquil,
Ecuador, el 29 y 30 de julio de 2013, para celebrar la Cumbre de Movimientos
Sociales de la ALBA, con el desafío de profundizar nuestras propuestas de
participación protagónica, en la construcción de esta gran alianza de los
pueblos y de fortalecer el Poder Popular en nuestros países y en la región,
rendimos homenaje al legado de Hugo Chávez, y expresamos:
La ALBA es el
resultado de la lucha de los pueblos que, en resistencia al capitalismo
neoliberal y a sus fórmulas de tratados de libre comercio, generó una visión
alternativa y transformadora de integración, basada en principios de
cooperación, complementariedad, solidaridad y justicia, es decir aquellos que
subyacen a las formas de convivencia y de subsistencia propias y que son hoy la
pauta de lo nuevo, del futuro que se abre camino en Nuestra América.
Una
integración de los pueblos y para los pueblos implica un salto democrático
inédito, que pasa por redefinir las instancias de toma de decisiones,
ampliándolas con un sentido de simetría y complementariedad entre las
representaciones de gobiernos y las de los movimientos sociales. Invitamos, por
ello, a avanzar en una incorporación orgánica y plena del Poder Popular en el
proceso de toma de decisiones de la ALBA.
Reafirmamos
la vocación de soberanía de nuestros pueblos, nos reconocemos en el horizonte
de transformación integral quela ALBA levanta, en sus principios y en sus
estrategias en procura del ‘bien común’. Nos sentimos parte de sus esfuerzos
para generar nuevas relaciones políticas y geopolíticas, formuladas con
pensamiento propio, desde la región Latinoamericana y del Caribe, que es su
espacio de geo-economía endógena.
Defendemos
decididamente la visión de la ALBA que buscan un nuevo orden mundial multipolar
y pluricéntrico, basado en relaciones políticas y económicas internacionales
horizontales, respetuosas de los equilibrios entre humanos y naturaleza.
Alentamos a
nuestros gobiernos a profundizar la construcción de una América Latina y un
Caribe liberados de todo rezago de patriarcado, de racismo, de colonialismo, de
neocolonialismo, del dominio del capital, del control de los emporios
financieros y mediáticos y del poder de las transnacionales.
Llamamos a la
ALBA a emprender un proceso intensivo e integral para despatriarcalizar los Estados
y los alentamos a avanzar sus políticas públicas y de reconocimiento de la
diversidad sexual y de género, y así lograr los derechos de todas las personas
a decidir libremente sobre su cuerpo y su sexualidad.
Consideramos
fundamental sumar compromisos, acciones y creatividad para profundizar un
cambio estructural integral en los países ALBA, donde nuestras luchas por la
justicia, en dialogo con el derecho a la existencia y proyección histórica de
todos los pueblos ancestrales y afro-descendientes, fructifiquen en las
visiones del Socialismo en el Siglo XXI, de Buen Vivir / Vivir Bien, y otros
procesos de transformación. Los avances y concreciones de estos procesos, son
sin duda el mejor aporte de los pueblos y Movimientos que han hecho suya la
propuesta de la ALBA en sus luchas de resistencias al capitalismo.
En el camino
para construir sistemas económicos sociales y solidarios en nuestros
territorios, las experiencias que viene desarrollando con éxito la ALBA, con
enfoque de cooperación y complementariedad, son de la mayor importancia.
Abogamos por el fortalecimiento y multiplicación de iniciativas como las Gran nacionales
y Petrocaribe, que plasman formas de articulación e intercambios económicos
justos y complementarios, que abren otras posibilidades de eficiencia y
sostenibilidad económica.
El rol de la
ALBA frente al imperativo de la Soberanía Alimentaria en nuestros territorios
es estratégico, más aún en un contexto de crisis alimentaria mundial, producida
principalmente por las prácticas especulativas del agro-negocio, de los asedios
para universalizar biotecnologías, que amenazan con destruir nuestro acervo de
capacidades propias de producción y auto sustento. Urgimos a nuestros gobiernos
a extender y profundizar todos los mecanismos contemplados en la ALBA, para
asegurar que los procesos de producción, intercambio y consumo de alimentos se orienten de manera
prioritaria a una verdadera revolución agraria, a la atención de las
necesidades de nuestros pueblos, fortaleciendo las capacidades propias, recuperando
saberes e impulsando esquemas de agroecología y comercio justo.
Respaldamos
las iniciativas de nuestros países, para ampliar y consolidar una
institucionalidad regional centrada en los intereses de nuestros pueblos, capaz
de atender las múltiples dimensiones de una unidad regional de raíz
Bolivariana, distinta y opuesta a los intereses extra regionales y a las
lógicas neoliberales, que se encarnan en tratados de libre comercio y en
tratados de inversión, diseñados para asegurar sin límites los derechos del
capital a costa de los derechos de los pueblos.
Incitamos a
los países de la ALBA a auditar los Tratados Bilaterales de Inversión –TBI-, a
transparentar sus dinámicas y descartar estos y todos los instrumentos
comerciales que colocan la reproducción del capital por encima de la
reproducción de la vida.
Urgimos a
acelerar el diseño e implementación de una arquitectura financiera propia, con
fundamentos socialistas y de Buen Vivir/ Vivir Bien, con instrumentos
financieros innovadores, distintos de los especulativos, y a acelerar la
validación y el reconocimiento de las múltiples formas de intercambio,
inherentes a la diversidad económica y productiva existente en la región.
Rechazamos
cualquier intento de retorno al neoliberalismo, al gobierno directo del sector
privado empresarial y sus ‘cámaras’, los intentos de remozar la hegemonía
imperialista en el hemisferio que se expresa, entre otros, en el impulso de la
llamada Alianza del Pacífico. Repudiamos la permeabilidad de aquellos gobiernos
dispuestos a renunciar al afianzamiento de un tejido interrelacionado de
mecanismos de integración regional, en beneficio de intereses elitistas y
privados, lejanos del bien común.
Respaldamos
las posturas de dignidad expresadas por nuestros gobiernos, en defensa de los
derechos de los pueblos a la autodeterminación y de las personas a la
privacidad. Congratulamos sus esfuerzos por develar los mecanismos de control
imperialista, tales como el espionaje, ola usurpación y almacenamiento de
datos, sobre países y personas. Los alentamos a continuar con sus posturas
soberanas y decisivas, para defender los derechos de los afectados por el
espionaje y de quienes lo transparenten.
Alertamos
sobre el peligro que representa cualquier enclave, convenio o contrato para
espiar, para hacerse cómplice de las ocupaciones territoriales y la
militarización que, con pretensiones de control universal, imponen los Estados
Unidos y la OTAN en todas las latitudes.
Respaldamos
las iniciativas de soberanía tecnológica y del conocimiento impulsadas en
nuestros países, los urgimos a ahondar sus esfuerzos por desarrollar mecanismos
telecomunicacionales propios y de software libre.
Alentamos a
todos los países ALBA a profundizar sus procesos de democratización de la
comunicación y los incitamos a legislar en esta materia, para afirmar el
derecho de los pueblos a comunicarse libremente y a afianzar modelos de
redistribución socialista de los espectros radioeléctricos.
Congratulamos
su visión estratégica al consolidar, de manera simultánea, los distintos
mecanismos y procesos de integración regional, y desde el Sur. Aunamos nuestros
esfuerzos de unidad hacia una Patria Grande y Socialista.
Guayaquil, 30 de julio de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario