Tomado de COORDINADORA NACIONAL DE JUVENTUDES DE SOLIDARIDAD CON CUBA
Abel
Prieto, exministro de Cultura de Cuba y actual asesor del mandatario
Raúl Castro, visita en estos días Lima, y habló con LA PRIMERA de
diversos temas como los nuevos tiempos de la Revolución Cubana, el
bloqueo norteamericano, la ausencia de Hugo Chávez en el panorama
político latinoamericano y la crisis en Europa.
—Sobre Yoani Sánchez
Son personas fabricadas, sin ninguna influencia en el país, cuya misión es crear una imagen para justificar la política de agresión y bloqueo. En Cuba nadie piensa que la solución sea el capitalismo; y una abrumadora mayoría cree en las ideas del socialismo, reclamando al mismo tiempo perfeccionemos lo que haya que mejorar. No hay una real oposición a las ideas revolucionarias.
—La crisis
Un periodista español, Santiago Alba, decía que mientras en Cuba faltan viviendas y hay gente que vive con sus suegros, en España hay viviendas vacías cerradas y gente en la calle. Esa es la irracionalidad de un sistema que tiene a las personas sin amparo alguno, que no coloca en el centro al ser humano. Es la crisis de un sistema que está encontrando su fin. Lo lamentable es que haya mucha gente que ve esto a través de los grandes medios de dominación cultural, que han hecho creer que el único sistema es el capitalismo, como un orden natural de las cosas, y que los pobres son los que fracasaron. Ese darwinismo social es de una crueldad sin límites.
Son personas fabricadas, sin ninguna influencia en el país, cuya misión es crear una imagen para justificar la política de agresión y bloqueo. En Cuba nadie piensa que la solución sea el capitalismo; y una abrumadora mayoría cree en las ideas del socialismo, reclamando al mismo tiempo perfeccionemos lo que haya que mejorar. No hay una real oposición a las ideas revolucionarias.
—La crisis
Un periodista español, Santiago Alba, decía que mientras en Cuba faltan viviendas y hay gente que vive con sus suegros, en España hay viviendas vacías cerradas y gente en la calle. Esa es la irracionalidad de un sistema que tiene a las personas sin amparo alguno, que no coloca en el centro al ser humano. Es la crisis de un sistema que está encontrando su fin. Lo lamentable es que haya mucha gente que ve esto a través de los grandes medios de dominación cultural, que han hecho creer que el único sistema es el capitalismo, como un orden natural de las cosas, y que los pobres son los que fracasaron. Ese darwinismo social es de una crueldad sin límites.
—Usted
ha sido ministro de Cultura durante 15 años, un tiempo bajo Fidel
Castro y otro con su hermano Raúl; ahora es asesor de este último. ¿Qué
cambios hay de un gobernante a otro?
Hay
una continuidad entre la política de Raúl y Fidel. En lo cultural, no
hubo ningún cambio. Una característica sustancial de nuestro socialismo
es la democratización del acceso a la cultura y protegerla de los
efectos del mercado, que hace un daño implacable en el campo de lo
espiritual. Mantenemos eventos como la Feria del Libro, los festivales
de cine, ballet, teatro, que tienen gran impacto popular. Mantenemos la
red de escuelas de arte intactas, desde el nivel elemental hasta la
universidad. La educación es gratuita, para que no se pierda ningún
talento. Empero, se está convocando a un análisis de las estructuras de
algunas de las instituciones y ver hasta dónde se han distorsionado sus
funciones por exceso de burocracia, que más que apoyar la creación y
promoción de las artes, más bien la entorpece. Nuestras instituciones
pueden ser más eficientes. Hoy tenemos una desproporción entre el enorme
talento del país y la capacidad de las instituciones para promover ese
talento dentro y fuera de Cuba.
No usamos el
término reforma porque se ha contaminado mucho en los últimos años y se
asocia a la restauración del capitalismo. Lo que estamos haciendo no
tiene nada que ver con eso. Estamos trabajando por un socialismo más
eficiente, productivo, atento a las necesidades de la población, que
mantenga las conquistas de la salud pública universal y gratuita, desde
curar una gripe hasta poner un marcapaso; igual en la educación, nadie
tiene que pagar un centavo desde la primaria hasta la universidad. Eso
no es negociable. Estamos experimentando, tratando de no equivocarnos,
con formas de gestión no estatales. A veces se habla en algunos medios
de privatización, pero no es así. Estamos arrendando tierras a
cooperativas o familias que las quieren hacer producir, y el Estado
conserva la propiedad de la tierra. También alquilamos locales para que
funcionen cooperativas de servicios de gastronomía, de transporte
público, pero nunca privatizando. Basamos nuestro desarrollo en la
empresa estatal, a las que se les va a dar más atribuciones y libertades
en términos de gestión empresarial. Con eso esperamos salir de una
situación muy tensa por el bloqueo de Estados Unidos, que está intacto.
—Hablando del bloqueo, ¿cómo ha transcurrido esa situación durante el gobierno de Obama?
Muchos creen
que porque ha permitido que algunos artistas o académicos cubanos
viajen a Estados Unidos, Obama va a levantar el bloqueo. La
administración Obama ha sido eficaz en perseguir y multar a los bancos
que hacen transacciones financieras y empresas que hacen negocios con
Cuba. Esta crisis mundial nos sorprende totalmente bloqueados por un
país poderoso y con un mercado grande. Por eso, la idea es producir más
alimentos, porque gastamos mucho importando, con medidas de estímulo de
producción para que esa situación cambie y podamos autoabastecernos.
Estamos haciendo cambios en la generación de electricidad, buscando
fuentes de energía. Producimos muy poco petróleo, dependemos de la
importación.
—¿Esta es una nueva etapa de la revolución?
Hay una
continuidad de la revolución, es un momento de transformaciones, pero no
hay una fisura entre la que encabezó Fidel, la que encabeza Raúl y las
nuevas generaciones que están ahora en el gobierno. Se está haciendo el
tránsito de la generación histórica, con gente muy comprometida. Esta es
una nueva etapa con los elementos de continuidad que he señalado:
principios de socialismo, igualdad, justicia social. En nuestro sistema
democrático, Raúl ha enfatizado que no hay que promover una falsa
unanimidad, porque la unidad se construye en una discusión abierta entre
revolucionarios. Los lineamientos del Partido Comunista han sido
modificados gracias a la opinión de la gente, para democratizar más la
sociedad, empezando por el partido, dejando prejuicios en cuanto a la
religión, la orientación sexual, lo racial.
—¿Eso sintoniza con el socialismo del siglo XXI que pregonaba Hugo Chávez?
Chávez
hablaba de este concepto para dejar explícito que no podíamos repetir
los mismos errores del socialismo que se derrumbó en Europa oriental. No
creo que en Cuba haya la pretensión de crear un nuevo tipo de
socialismo. Creemos que la revolución bolivariana de Venezuela, que
dirigió brillantemente Chávez, y que con una gran laboriosidad dirige
Maduro, va tener su camino. No creemos que los modelos deban ser
exportables, ni que se deban copiar. Fidel criticó el “copismo”: el
implantar en Cuba fórmulas de otros países socialistas. Recordemos a
José Carlos Mariátegui, que dijo que el socialismo en nuestras tierras
tenía que ser creación heroica, sin calco ni copia. Simón Rodríguez,
maestro de Bolívar, dijo “o creamos o erramos”, refiriéndose a las
nacientes repúblicas independientes de España. Todo lo hacemos desde
nuestra lógica histórica, como nación soberana e independiente en las
peores condiciones, porque no es lo mismo hacer todo esto sin
persecuciones de un enemigo poderoso, sin los intentos de subversión que
promueve.
—¿Qué piensa del nuevo panorama que presenta América Latina, con varios gobiernos progresistas y la integración en marcha?
Esta
situación es más propicia para Cuba. Fuimos expulsados de la OEA, pero
ahora tenemos la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(Celac), sin la presencia del imperio (Estados Unidos), algo que antes
era inconcebible. Y Cuba ocupa nada menos que la presidencia pro
témpore.
—¿Cuál es el papel que ha jugado Chávez en este proceso?
Es una
pérdida incalculable. Fue casi un hijo de Fidel, un líder excepcional.
Un hombre con un carisma extraordinario. Tuve el privilegio de asistir a
las honras fúnebres. Fue un líder de estatura mundial y a nivel de
nuestra región; y tuvo una influencia excepcional para llegar a este
momento de avance en la integración. Un gran líder anticolonial y
antiimperialista. Un hombre muy conectado a la cultura popular, que
aunque en el campo de la teoría era un autodidacta, conocía muchas
lecturas. Sin duda, su ausencia es algo que la estamos sintiendo.
La
revolución bolivariana, ahora encabezada por Maduro, ha tenido una
actuación muy audaz. Aunque ya no tienen a su líder, están haciendo lo
posible por cubrir esa ausencia. Creo que el principal campo de batalla
son las trampas de la reacción interna, junto con los yanquis, que le
tiendan a la revolución. Están dando una batalla cotidiana. Hay un
proyecto muy perverso para desestabilizar a ese país. El frente
principal sería que el presidente Maduro y su equipo logren sustituir
ese golpe trágico de la pérdida de un líder en la plenitud de sus
facultades. No creo que haya un retroceso del bloque progresista. Vamos a
tener muchos peligros por delante.
—¿A qué peligros se refiere?
América
Latina, en términos geopolíticos, siempre se consideró el traspatio de
Estados Unidos. Jamás, desde el imperio, va a haber una política de
tolerancia hacia una América Latina que se une de manera soberana. No se
van a conformar con que estemos fuera de su control, tienen mucho
poder, pese a que es un Titanic que está haciendo agua. En términos de
comunicación y cultura tiene un enorme poder, manipula gran parte de la
opinión publica. Son capaces de satanizar a un líder o de omitir golpes
de Estado como en Honduras, sacando a Zelaya de manera brutal, y después
a Lugo. De todos modos, es un momento esperanzador. Lo más interesante
de lo que está pasando en el mundo de hoy, en medio de la crisis
económica, ética y cultural.
—Muchos medios de comunicación critican procesos como el venezolano, suelen decir que son gobiernos autoritarios o dictaduras…
Eso
forma parte de una matriz de opinión. Decían que Chávez era un
dictador. Pocos líderes en el mundo se han sometido a tantos procesos
electorales como Chávez. La gran maquinaria mediática bautiza como
dictador al que se opone a las directivas del imperio. Bolívar decía que
los Estados Unidos estaban destinados por la providencia para plagar
nuestras tierras de desgracias en nombre de la libertad. Ya veía cómo se
iba a usar demagógicamente la palabra libertad, como el caso de la
guerra contra el terrorismo, que se usó para encubrir operaciones de
saqueo. En América Latina se ha creado un núcleo importante de
resistencia frente a ese proyecto de dominación mundial.
—Hace
poco la bloguera Yoani Sánchez estuvo en Lima y dijo que en Cuba los
servicios de salud y educación estaban en mala situación…
A
nosotros nos fabrican una oposición desde Estados Unidos, de la que
forma parte esta señora, que es financiada a través de premios y cargos.
Son personas que viven de la calumnia a su país. Es interesante que
cuando a esta señora le preguntaron por Julián Assange, dijo que debía
ser extraditado. Alguien que es presentado como una especie de bloguera
independiente, luchadora por la libertad, debía tener en su altar a
Assange. Pero cumplió al pie de la letra la agenda imperial con respecto
a Assange. Es un doble discurso. Son personas fabricadas, sin ninguna
influencia en el país, cuya misión es crear una imagen para justificar
la política de agresión y bloqueo. En Cuba nadie piensa que la solución
sea el capitalismo; y una abrumadora mayoría cree en las ideas del
socialismo, reclamando al mismo tiempo perfeccionemos lo que haya que
mejorar. No hay una real oposición a las ideas revolucionarias. Ahora,
según nuestro sistema electoral, en que la gente se postula desde la
cuadra de sus barrios a la Asamblea Nacional, si en un municipio hubiera
una mayoría de votantes contrarrevolucionarios, estos podrían tener
diputados en la Asamblea Nacional. Pero no son mayoría.
—¿Cómo observan, desde Cuba, la crisis europea?
La vemos
como una crisis del sistema, no como algo coyuntural. Un periodista
español, Santiago Alba, decía que mientras en Cuba faltan viviendas y
hay gente que vive con sus suegros, en España hay viviendas vacías
cerradas y gente en la calle. Esa es la irracionalidad de un sistema que
tiene a las personas sin amparo alguno, que no coloca en el centro al
ser humano. Es la crisis de un sistema que está encontrando su fin. Lo
lamentable es que haya mucha gente que ve esto a través de los grandes
medios de dominación cultural, que han hecho creer que el único sistema
es el capitalismo, como un orden natural de las cosas, y que los pobres
son los que fracasaron. Ese darwinismo social es de una crueldad sin
límites. Fidel advirtió en la Cumbre V Centenario en 1992, luego del
derrumbe del bloque socialista europeo: el mundo se va a hacer
ingobernable, se va abrir más la brecha entre ricos y pobres. Es como la
etapa en que Mussolini y Hitler ascendieron al poder: crece el
desempleo, la xenofobia, el egoísmo. Es un momento de peligro y hay que
estar alerta.
—¿Y el incidente con Evo Morales en Europa?
Lo que pasó
con Evo es una de las páginas más vergonzosas, oscuras y viles de la
historia contemporánea. Incluso de toda la historia. Europa hizo un
papel lamentable, humillante. Es terrible la imagen que uno tiene de
esos gobiernos, porque luego de ser víctimas del espionaje, no solo
evitaron indignarse con Estados Unidos, sino que se hicieron cómplices
de una maniobra inaceptable contra un presidente de nuestra América, con
valores excepcionales.
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