"Los partidos
integrantes del Foro de Sao Paulo, reunidos en La Paz, Estado Plurinacional de
Bolivia, del 25 al 29 de agosto de 2014 bajo la consigna "Derrotar la pobreza y
la contraofensiva imperialista, conquistar el Vivir Bien, el Desarrollo y la
Integración en Nuestra América" damos a conocer nuestra posición sobre diversos
temas relacionados con la situación internacional y de nuestra Gran Patria
Latinoamericana y Caribeña.
Agradecemos al Movimiento Al Socialismo - Instrumento Político
por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) de Bolivia por auspiciar el XX
Encuentro del Foro de São Paulo, en este momento en que los países
latinoamericanos y caribeños buscamos profundizar la integración regional con
base a los principios de solidaridad entre los pueblos, desarrollo con
cooperación y complementariedad, justicia social, democracia y participación
popular.
Nos complace particularmente estar en un país donde un Gobierno
de los Movimientos Sociales lleva a cabo una Revolución Democrática y Cultural
fundamentada en la recuperación de los recursos naturales, el liderazgo estatal,
la soberanía, el comunitarismo y el socialismo en la perspectiva del Vivir
Bien.
Declaramos nuestro respaldo al compañero Evo Morales, a su
gobierno y al MAS-IPSP, al mismo tiempo que felicitamos al pueblo boliviano por
los grandes logros obtenidos en este proceso de cambios profundos: construcción
del Estado Plurinacional y la aplicación de un modelo económico que genera
excedentes y los redistribuye en beneficio de toda la población a través de
distintos mecanismos. Estamos seguros que esta revolución se profundizará
después de las elecciones de octubre próximo.
El FSP rescata el aporte de Bolivia a la teoría y práctica
revolucionaria universal a partir del protagonismo de los Movimientos Sociales
en la transformación revolucionaria y en la articulación del socialismo con el
proyecto emancipador de los pueblos indígenas.
Reafirmamos nuestro compromiso con el contenido de declaraciones
anteriores, en particular la del XIX Encuentro realizado en São Paulo y la
declaración del Grupo de Trabajo aprobada en Managua en febrero de 2014. Éstas
apoyan la constitución del Estado Palestino de acuerdo con las resoluciones de
la Organización de las Naciones Unidas, con soberanía sobre los territorios
ocupados por los israelíes desde 1967.
También apoyan la independencia de Puerto Rico y exigen la
inmediata liberación de Óscar López Rivera, así como condenan todas las formas
de colonialismo en particular la persistencia de la dominación europea sobre
países como Martinica, Guadalupe, Aruba, Bonaire, Curazao y la llamada Guyana
Francesa y reafirman su derecho a la autodeterminación.
De la misma forma reivindican la recuperación de la soberanía de
Argentina sobre las Islas Malvinas como una causa latinoamericana y caribeña, y
desde una perspectiva favorable al establecimiento de una América Latina como
región de paz y con relaciones de cooperación y complementariedad respaldan toda
iniciativa que apunte a superar, sobre la base del diálogo y el respeto al
derecho internacional, el diferendo boliviano-chileno mediante la salida
soberana de Bolivia al mar.
A casi veinticinco años de la creación del Foro de Sao Paulo,
una de las experiencias más exitosas y unitarias de la izquierda en la región
latinoamericana y caribeña, el balance de la situación política es
indudablemente favorable a las fuerzas políticas que lo componen.
Cuando fue creado el Foro de Sao Paulo, un solo país de esta
región estaba gobernado por un partido perteneciente al Foro, y hoy son más de
diez. La izquierda, con diferentes procesos de acumulación, en los últimos años
no ha perdido las elecciones en ningún país de América Latina después de
haberlas ganado. Los únicos casos donde ha perdido el gobierno han sido por
golpes de Estado como en Honduras y Paraguay. Hoy América Latina vive, ya no una
época de cambios, sino un cambio de época.
Sin embargo, los procesos progresistas y de izquierda llevados
adelante en América Latina y en el Caribe prácticamente representan una
excepción en un mundo que transita de un descenso relativo de la unipolaridad
norteamericana hacia una situación multipolar en un contexto de crisis
económicas, sociales y políticas, así como conflictos armados con implicaciones
globales como la nueva agresión y ataque del gobierno de Israel al territorio
palestino, particularmente de Gaza; los ataques de EUA y de la OTAN a Irak y
Libia, que han llevado al crecimiento de grupos armados fundamentalistas como el
"Estado Islámico" (EI) y las agresiones externas multinacionales en contra
Siria.
Se señala también la injerencia externa en Ucrania a partir de
la alianza entre los EUA y la UE con grupos neo-nazistas, tendientes a aislar a
Rusia. Las contradicciones entre esta alianza y los independentistas de ciertas
regiones del este de Ucrania provocaron la confrontación de ellos con el
ejército de este país. Condenamos los ataques ucranianos contra la población
civil y demandamos el inmediato cese de fuego.
Estos conflictos son expresiones del nuevo diseño de la
geopolítica mundial donde los Estados Unidos tratan de afirmar la validez de la
hegemonía o reaccionar a las presiones que sufren. En Irak está en disputa una
de las principales regiones productoras de petróleo. En el caso de la crisis en
Ucrania hay una reacción del gobierno de Putin a rechazar las provocaciones de
la OTAN a tomar cerca de las fronteras rusas.
En respuesta a las sanciones impuestas por los Estados Unidos y
la Unión Europea a Rusia, el gobierno de este país decidió embargar la compra de
alimentos de estas economías. Esta medida afecta fuertemente a los agricultores
de estos países y anima a nuevos proveedores, especialmente los de América
Latina.
El FSP se solidariza con la lucha del pueblo saharaui que está
impulsando el Frente Polisario y la RASD por los derechos territoriales que les
asisten y que están siendo negados por la monarquía marroquí desde 1975.
Saludamos al presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, e instamos a los
gobiernos de Nuestra América a que reconozcan a este gobierno permitiendo la
apertura de sedes diplomáticas en sus países.
En este marco de confrontaciones militares, también existe una
ofensiva de las fuerzas capitalistas neoliberales y del imperialismo, a través
de sus corporaciones multinacionales, empresas y de la banca internacional,
buscando controlar los recursos naturales, especialmente los bosques, los mares
y las fuentes de agua, que alientan conflictos socio-ambientales, territoriales
y culturales con las comunidades campesinas e indígenas originarias en los cinco
continentes, comunidades que deberían ser consultadas de acuerdo a la
declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos colectivos de los pueblos
indígenas a fin de respetar sus derechos territoriales.
El FSP lucha por defender el medio ambiente, los recursos
naturales, los mares, los bosques y el agua. Asimismo, lucha contra los
desastrosos impactos del incremento de los gases de efecto invernadero, en
camino hacia la COP 20 en Lima en diciembre de 2014 y la COP 21 en Paris en
diciembre de 2015 sobre cambio climático, buscando un acuerdo global que lo
mitigue, además de impulsar una economía y cultura productiva sostenible,
sustentable, renovable, con prácticas solidarias y de Vivir Bien, combatiendo el
tipo de economías primario exportadoras sometidas al mercado mundial.
En el momento actual afloran dos elementos políticos de la mayor
importancia. Uno de ellos es la indiscutible continuidad en el avance de las
fuerzas progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe. Felicitamos
al pueblo salvadoreño y al FMLN por la victoria obtenida en las elecciones
presidenciales de este año, encabezado por Salvador Sánchez Cerén, miembro de la
comandancia general en la guerra civil, negociador y firmante de los Acuerdos de
Paz en 1992, quien continuará y profundizará los cambios de transición
democrática en El Salvador, iniciados en 2009 con el primer gobierno del
FMLN.
Sumado a esto, tenemos el avance sin precedentes de la izquierda
en Costa Rica con el Frente Amplio y en Honduras con las posiciones conquistadas
con el Partido LIBRE a pesar que el régimen militarista hondureño continúa
asesinando a dirigentes políticos de la oposición. En estos dos países, las
fuerzas de izquierda constituyen ahora formidables destacamentos organizados en
lucha por el cambio social y con importante espacios institucionales.
En Centro América señalamos la importancia del avance de la
izquierda, y en particular la presencia y el impacto de la Revolución Sandinista
nuevamente en marcha en Nicaragua, luego de la recuperación del poder por el
sandinismo en 2006. Dicho proceso revolucionario se ha consolidado
sustancialmente mediante la construcción de la hegemonía política revolucionaria
que se manifiesta en un abrumador y sostenido respaldo popular a la gestión del
actual gobierno sandinista encabezado por el Presidente de Nicaragua, Comandante
Daniel Ortega. La existencia de un movimiento social y de fuerzas armadas y de
seguridad surgidas de la revolución, así como la hegemonía sandinista a nivel
institucional y del poder político en su conjunto, han permitido avanzar en la
construcción de la democracia directa como nuevo modelo político, y se ha
logrado la democratización de los medios de comunicación, mientras también se
construye exitosamente el poder económico popular mediante políticas y programas
orientados hacia este objetivo.
Esto ha significado notables avances en el mejoramiento de las
condiciones de vida del pueblo nicaragüense, en el marco de un sostenido
crecimiento económico que tendrá su consolidación sustancial con la construcción
y puesta en marcha del canal interoceánico.
En Chile saludamos la victoria de la presidenta Michelle
Bachelet, a la cabeza de la coalición Nueva Mayoría. Nos solidarizamos con el
impulso de las reformas estructurales que se llevan a cabo en Chile y celebramos
la recuperación del compromiso de su política exterior con los procesos de
integración y convergencia regional.
En respuesta a estos logros, la derecha y ultraderecha fascista
reinciden en implementar una estrategia de desestabilización en gran medida como
reacción a su incapacidad de derrotar políticamente a las fuerzas populares que
en sucesivas contiendas han resultado vencedoras. Aquello ocurrió nuevamente
este año en Venezuela, donde la oligarquía y la ultraderecha fascista
insistieron en llevar a cabo varias acciones golpistas que con anterioridad
habían fracasado estrepitosamente, suponiendo a esta vez, que la ausencia física
de nuestro recordado Comandante Hugo Chávez haría la diferencia para beneficio
de sus planes. Pero en Venezuela hay un pueblo consciente, movilizado y
organizado, así como Fuerzas Armadas bolivarianas cuya disciplina tiene como
fundamento su conciencia patriótica en defensa de la Revolución.
Las fuerzas de la derecha en Venezuela intentan, a través de la
violencia, provocar una guerra civil y desconocer la indudable legitimidad del
gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros. Rechazamos de la manera más
categórica el intento del gobierno de Estados Unidos de secuestrar a un
diplomático venezolano, el general Hugo Carvajal, el pasado mes de julio en
Aruba, hecho que reitera la campaña orquestada por la derecha contra la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana.
Con este hecho buscaban desencadenar una grave crisis entre los
dos países de la región. Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo
venezolano, que enfrenta una guerra económica y mediática sin precedentes,
preparada por los grupos oligárquicos nacionales, consorcios económicos
transnacionales y el Departamento de Estado estadounidense.
Como parte de una contraofensiva global del imperialismo y de
las derechas, es necesario alertar a los partidos y gobiernos de la región sobre
el peligro de la restauración conservadora que pretende introducir en nuestros
países, a través de una amplia gama de instrumentos subversivos dirigidos y
coordinados por los Estados Unidos, conjuntamente con organizaciones políticas y
sociales de la derecha, corporaciones transnacionales, medios de comunicación,
entre otros actores contrarrevolucionarios, que atentan contra los gobiernos que
en su opinión constituyen un obstáculo o afectan su interés global.
Especial mención merece el seguimiento y denuncia de los
Tratados Bilaterales de Inversión firmados por nuestros países en la última
década del siglo pasado, durante el auge del oscuro neoliberalismo, cuya
aplicación puede constituirse, en estos momentos, en factor de profunda
desestabilización económica y en instrumento de chantaje internacional a
nuestros países, violando nuestra soberanía.
Estas estrategias mediáticas, económicas, políticas y sociales,
implementadas a nivel nacional e internacional, a menudo preceden a una invasión
militar directa, pero también están presentes en la aplicación de los preceptos
del llamado poder inteligente puesto en práctica en el periodo más
reciente.
Actualmente está en curso lo que puede denominarse "guerra no
convencional", a ejemplo de agresiones militares como en el caso de Libia, y
determinadas prácticas de influencia política de mediano plazo se combinan con
una mayor radicalidad en las acciones desestabilizadoras, que desembozadamente
procuran el llamado "cambio de régimen" mediante revueltas "supuestamente
populares", focos terroristas e injerencias imperialistas que pueden derivar en
un conflicto armado, como es el caso sirio.
El pueblo venezolano derrotó las acciones terroristas al inicio
de este año, con la movilización popular, con el llamado al diálogo político
convocado por el Presidente Nicolás Maduro, la fortaleza de todas las
instituciones de la democracia y la firme posición asumida por la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, comprometido con la paz y los principios establecidos en
la Constitución.
Condenamos la criminalización de las luchas sociales en varios
países, particularmente en Guatemala, donde la alianza militar oligárquica que
gobierna el país recrudece la represión contra los pueblos indígenas y los
movimientos reivindicativos en defensa de los bienes naturales, de la tierra y
sus territorios que están siendo invadidos y saqueados por empresas nacionales y
transnacionales.
Expresamos también nuestra preocupación por la grave situación
de violación a los derechos humanos que padecen los migrantes sudamericanos y
caribeños que cruzan por América Central y México. Demandamos el respecto a su
integridad física y sus derechos humanos.
Nos preocupa la detención de cientos de niñas, niños y jóvenes
por las autoridades migratorias norteamericanas y condenamos las actitudes
xenofóbicas de grupos conservadores de Estados Unidos que buscan expulsarlos
violando las leyes de este país. Nos solidarizamos con el movimiento migrante en
EUA en su demanda de una reforma migratoria integral.
Todos estos planes antidemocráticos contra nuestros pueblos
siguen siendo ejecutados en estos días, como la acción de los Fondos Buitres que
hoy avanzan sobre Argentina, y constituyen una amenaza para América Latina y el
Caribe, atacando la soberanía política y económica. La acción de estos fondos,
instrumentos del capital financiero, pretende recuperar la incidencia del
neoliberalismo sobre los gobiernos.
En ese sentido, resaltamos los esfuerzos de Argentina de
impulsar instrumentos legales para recuperar jurisdicción sobre la
deuda.
Destacamos el proceso de actualización del socialismo que tiene
lugar en Cuba y que debemos acompañar con atención, debido a su importancia
estratégica y económica para el país y para toda América Latina y el Caribe. Su
papel protagónico en el ámbito regional e internacional salió fortalecido en la
II Cumbre de CELAC cuando se hizo patente el respeto hacia el país y sus líderes
y se demostró, una vez más, el aislamiento de la política de EUA hacia
Cuba.
Además, en 2012 se retomaron las negociaciones para firmar un
Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica o TPP (por sus siglas
en inglés), tratado de libre comercio multilateral, que involucra a 12 naciones:
Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda Malasia, Brunei, Singapur,
Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile.
Tanto la AP como el TPP buscan impulsar los Tratados de Libre
Comercio (TLC) con los países de la cuenca del Pacífico, que han tenido hasta
ahora resultados nefastos para nuestros pueblos. Se trata de una creación de los
gobiernos de los EUA y las potencias imperialistas que buscan dividir la
integración económica, comercial, política y cultural de los pueblos
latinoamericanos y caribeños, expresada en los diferentes procesos propios de
Nuestra América. El FSP rechaza estas dos formas de integración subordinada a
las grandes potencias.
Desde la perspectiva de la unidad e integración latinoamericana,
así como de las relaciones Sur-Sur, es importante actuar con mayor pro-actividad
en el fortalecimiento de todos los mecanismos de integración y foros políticos
regionales como la UNASUR y la CELAC - el instrumento de interlocución de
América Latina y el Caribe. De la misma forma el Mercosur, el ALBA, PETROCARIBE
y CARICOM, así como el Área Complementaria establecida entre ellos. En este
sentido el FSP debe avanzar en propuestas concretas y, cuando estos mecanismos
de integración plantean la constitución de parlamentos, defendemos que sean de
composición plural.
Es fundamental que el Mercosur continúe con el proceso de
ampliación de la integración iniciada en el Cono Sur, mediante la realización de
las medidas necesarias e imprescindibles para su consolidación en todos los
planos, sobre todo en el desarrollo de la iniciativa del Mercosur Social y
Productivo. En este marco, debemos darle un impulso definitivo a la integración
plena de Bolivia y Ecuador como señal inequívoca de solidez del proceso de
crecimiento del Mercosur y de la región a nivel internacional. La realización en
Caracas, Venezuela, de la Cumbre de Presidentes del Mercosur después de haber
sido postergada varias veces, permitió reanudar la iniciativa regional que
requiere acelerar los procesos focales de integración y las cadenas de
suministro regionales, la integración energética y de infraestructura, los
planes estratégicos, la acción social y la consolidación del Banco del
Sur.
Así vamos avanzando y construyendo nuestros propios caminos,
surgidos de nuestra propia realidad y de nuestra propia historia. Debemos
coordinar y convocar a las organizaciones sociales de la región a participar en
el desarrollo del proceso de integración latinoamericano y caribeño convirtiendo
esta causa en una de sus principales reivindicaciones políticas. Sólo el
desarrollo de este proceso integracionista garantiza la autodeterminación y la
soberanía de nuestros países y, una vez que nuestros pueblos asuman esta
bandera, el proceso será irreversible.
Convocamos a todas y todos a la batalla que constituyen las
próximas elecciones presidenciales en Bolivia, Brasil y Uruguay en el mes de
octubre de este año, respaldando y apoyando las respectivas fórmulas electorales
de Evo Morales Ayma y Álvaro Garcia Linera, Dilma Rousseff y Michel Temer y
Tabaré Vázquez y Raúl Sendic.
Finalmente, agradecemos al Partido de la Revolución Democrática
y al Partido de los Trabajadores, ambos de México por su ofrecimiento a
auspiciar el XXI Encuentro del Foro de São Paulo en el año 2015".
Dado en la Paz, Estado Plurinacional de Bolivia, a los
veintinueve días del mes de agosto de
2014
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