Por Iroel Sánchez
“Google hace historia inaugurando su navegador Chrome en Cuba”, se podía leer en el portal de noticias Terra, uno de los más importantes de Internet, el pasado jueves.
“Estamos felices al decir que los usuarios de Internet en Cuba pueden
ahora también usar Chrome y navegar por la red más rápida y seguramente
que antes”, dijo Pedro Less Andrade, director para América Latina de
Asuntos de Gobierno y Política Pública de la empresa.
Después de una bizarra visita a La Habana y de una reunión previa en Washington, demasiado involucradas en la estrategia de “cambio de régimen” de Estados Unidos contra Cuba, Google da
para la Isla un paso que ya dio hacia Irán y Siria -quienes nos
acompañan en la lista de promotores del terrorismo que elabora el
Departamento de Estado de EE.UU.
anualmente- y nos permite contar con ellos para hacer lo que ya
hacíamos antes de mil maneras: utilizar su navegador Chrome. De hecho,
no he visto a nadie en Cuba que quisiera utilizar Google Chrome en su
computadora y no lo hiciera, pues siempre había alguien que te lo
facilitaba porque lo obtuvo a través de un proxy anónimo, o lo descargó
en un viaje al exterior.
Google se inclina así ante lo inevitable y
de paso puede informar a la National Security Agency con más facilidad
lo que buscamos los cubanos en nuestra extraña promoción del terrorismo
internacional que envía médicos y alfabetizadores a donde EE.UU. suele mandar soldados y misiles.
Pero la felicidad nunca es completa, ya
lo sabemos. Google Earth, Google Toolbar, Google Code Search o Google
Analytics siguen bloquedos para Cuba. Y así veremos en la “historia”
nuevas noticias en que Google libere alguna de sus herramientas más
inocuas y mantenga aquellas que pueden contribuir al desarrollo cubano,
como Analytics y Googe Code, fuera del alcance de los desarrolladores de
la Isla tal como prescribe la política de Estados Unidos: hacer de
buenos ante los medios y los individuos y limitar el acceso a recursos
financieros y tecnológicos del país y sus instituciones para culpar al
gobierno de la Isla de atrasado y enemigo de Internet ¿Es esa la
“historia”?
¡Qué poco influyente es Google que, a
pesar de gastar más dinero en cabilderos pagados en Washington que el
contratista militar más grande del mundo, Lockheed Martin, sólo ha
podido conseguir darnos lo que antes ya teníamos sin su permiso!
¿O es que, como demuestra Julian Assange al relatar sus relaciones con los ejecutivos del gigante de Internet en un artículo que debería ser más leído, “la agenda de Google es inseparable de la del Departamento de Estado de EE.UU.”
y “cuando Google se encontró con el gran mundo malo, el propio Google
se hizo grande y malo”, a pesar de lo bueno que es su navegador Google
Chrome?
PD: A las 4:00pm de este 26 de agosto,
Google Chrome sigue bloqueado para Cuba. Este es el resultado al
intentar descargar el navegador Google Chrome:
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