Recientemente
dos hombres en un auto llegaron a un estacionamiento en Carolina del Norte.
Allí habían citado a un reportero de la cadena Al Jazeera America. Le pidieron
que los siguiera a un campo de girasoles y en el lugar bajaron del auto.
Vistiendo túnicas blancas y capuchas puntiagudas que les cubrían cabeza y
rostro, con dos agujeros a la altura de los ojos, los hombres se identificaron
como miembros de Loyal White Knigths, un ala del grupo racista de supremacía
blanca Ku Klux Klan (KKK).
Robert
Jones, como se identificó uno de los hombres, explicó al periodista que su
grupo está molesto con la llegada de niños migrantes indocumentados a Estados
Unidos. “Si no podemos regresarlos, creo que disparándole a un par de ellos y
dejando sus cadáveres en la frontera verán que hablamos en serio cuando decimos
que hay que detener la inmigración”, dijo Jones en una fría e increíble
sentencia. Hasta 2013 existían 940 grupos de odio activos en territorio
norteamericano de acuerdo con el reporte que realiza cada año la organización
Southern Poverty Law Center (SPLC). La mitad de ellos se ubica en la zona sur,
es decir, en 14 de los 50 estados. Tan sólo en los cuatro que colindan con
México —California, Arizona, Nuevo México y Texas— operan 160.
“En los últimos años hemos visto que hay más
grupos de odio cerca de la frontera”, explica el investigador Mark Potok.
Especialmente se aprecia ese incremento en California y Arizona, donde los
grupos son antiinmigrantes y antilatinos. En Texas, el número es un poco menor
porque en esa área la frontera estuvo abierta por 150 años; la gente está
acostumbrada a escuchar el español y a trabajar con latinos. Lo que ocurre en
California y Arizona, en cambio, se debe a lo que expertos definen como un
choque cultural: un número elevado de blancos se mudan ahí para retirarse y
pasar sus últimos años en un sitio soleado; vienen de estados del norte, menos
diversos, y les impacta ver una cultura diferente. De 2000 a 2013, el número de
grupos de odio en Estados Unidos creció en un 56%. Ese periodo coincide con el
reforzamiento de la seguridad en la frontera tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001, el incremento del porcentaje de inmigrantes no blancos, la
recesión económica de 2008-2009 y el triunfo de Barack Obama, el primer presidente
afroamericano.
Los últimos
datos que se tienen al respecto, incluyen clasificaciones que abarcan desde
neonazis, KKK, racistas skin head, blancos nacionalistas, hasta anti-LGBT,
antimusulmanes, negros separatistas, extremistas nativistas, vigilantes de la
frontera y otros grupos antiinmigrantes. La lista compilada se basa en
publicaciones y sitios de internet de los propios grupos, reportes ciudadanos,
noticiosos y de agencias del orden, e incluye a aquellos que han participado en
actos criminales, marchas, manifestaciones y publicidad. El término “crimen de
odio” fue adoptado tras la Segunda Guerra Mundial por la Oficina Federal de
Investigación (FBI), que inició un registro en el cual incluyó al KKK y a
decenas de organizaciones más.
En su último
reporte, el FBI registra 5 mil 796 crímenes de odio, que involucraron a más de
7 mil víctimas. De ellos, 48% fueron por motivos raciales. Más de la mitad de
agresores fueron de raza blanca y una cuarta parte afroamericanos. En el caso
de las víctimas que fueron agredidas por su nacionalidad u origen étnico, seis
de cada 10 eran latinas. En la frontera…el odio La frontera se ha convertido en
espacio reciente del accionar de los grupos de odio contra inmigrantes.
Por ejemplo,
en Texas, la ley permite portar un arma de fuego sin ser exhibida públicamente,
previo trámite de permiso; pero su uso en áreas rurales es abierto, es decir,
puede ser mostrada en público. En el caso de Arizona, cualquier persona mayor
de 21 años puede llevar un arma abiertamente, sin necesidad de permiso. Es en
ambos estados donde se desplegará con mayor intensidad la nueva operación de
Minuteman. Ira Mehlman es el portavoz de FAIR, la Federación para la Reforma de
Inmigración Americana. “Nosotros no nos oponemos a que la gente venga; la pregunta
es qué impacto tiene la llegada de otros en la sociedad estadounidense (...)
Por ejemplo, si vienen más niños, hay un impacto en los salones de clases, especialmente si los recién llegados no hablan inglés”, dice. SPLC ha reportado vínculos de FAIR con grupos de supremacía blanca y eugenésicos, y sus dirigentes con frecuencia realizan declaraciones racistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario