José Daniel Ferrer García, Secretario Ejecutivo de la UNPACU |
Por Por: Mariana Avellaneda
A pesar de la teatralidad y el agitado de
aquellos que insisten en anular la obra y el sacrificio de su pueblo,
Cuba continúa con los ojos fijos más que en los traidores y en los
gobiernos que la calumnian, la asedian y la difaman- en lo inmenso de
que ha vivido eternamente enamorada, la obra revolucionaria.
Sin dudas, esta es la principal barrera
de contención frente a la ofensiva informativa hostil hacia la
revolución cubana, diseñada minuciosamente para tergiversar la realidad
de un país cuyo ejemplo sintetiza e irradia los sentimientos de justicia
y bienestar de la humanidad moderna.
Siguiendo el hilo de la doctrina para
destruirla surge y se promueve la importación del supuesto periodismo
independiente, practicado por opositores y disidentes (tan fabricados
como rentados) que si algo han demostrado es su ineptitud para
comprender que la palabra es fuente de saber y arma de combate solo
cuando sirve a los pueblos de forma responsable, desinteresada y sabia.
Para ser clasificado dentro de esta nueva
categoría, al menos en el seno de la mal llamada Unión Patriótica de
Cuba (UNPACU), usted debe cumplir dos requisitos básicos: ser un acéfalo
y demostrar un absoluto desprecio por su tierra.
Ese es el caso de José Daniel Ferrer, autotitulado “Oráculo” de
la contrarrevolución cubana e irónicamente difundido como una de las
voces más calificadas dentro del espectro contestatario de la isla.
Ofendería a los lectores si no ofrezco
los argumentos que arrojen luz sobre el controversial y satírico
Secretario Ejecutivo de la UNPACU, envuelto fraudulentamente en el
ropaje de destacado periodista y en la ridícula pose de intelectual con
sobrado y merecido prestigio.
Más allá de mi legítimo derecho a
denunciar el cinismo y la falsedad de este insulso y triste personaje
–que alcanzó el bachillerato en la facultad obrero- campesina- estoy e
el deber de establecer una lógica equivalencia entre lo que es, lo que
simula y el perfil psicológico que lo decodifica como persona paranoica,
demente, psiquiátrica.
José Daniel es un analfabeto funcional
sin riendas que jamás ha pisado un aula universitaria dentro o fuera de
Cuba. De niño fue introvertido y problemático. En la escuela siempre
obtuvo notas muy bajas. Cuentan sus profesores que como estudiante le
costaba trabajo articular o hilvanar varias ideas al unísono, tenía
inclinación al insulto y la agresión verbal.
Desde muy temprana edad concibió la
disidencia como la actividad lucrativa que socialmente le permitiría
suplir sus agudas carencias académicas y lectivas. Con lo años convirtió
su hogar en un mentidero, cuando no en un nido de sobornos y
mutilaciones en contra de la dignidad de su patria.
Los facultativos han dictaminado que El Oráculo es
víctima del egotismo y la egolatría por su obsesiva manía de fingir y
proyectar un excesivo amor hacia si mismo. También certifican que
conduce sus proyectos de vida con simpleza y verticalidad para no
perder el control de sus propósitos y evitar mostrarse como es : un
hombre inestable, errático, lineal, rígido, vulgar y que se deprime con
facilidad cuando lo ignoran o deja de ser el centro de atención del
grupito que los circunda.
Su vida personal fue y es un desastre a
pesar de los prolongados esfuerzos por encauzarla. Ante los incisivos
comentarios y las fuertes evidencias del nulo apetito sexual que
destruía su matrimonio y los ridiculizaba con sus subordinados dejó a su
anterior esposa Belkis Cantillo y se compró a Yusmila Reyna,
por cierto a un socio de refriegas callejeras que la mantuvo mientras
se graduaba de filóloga y la tenía en venta como contrarrevolucionaria
ilustrada.
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