Con tristeza y rabia recibo la noticia: el Prof. Dr. José
Sarrión Andaluz ha sido expulsado de la Universidad Pontificia de
Salamanca por pertenecer al Partido Comunista de España. Se trata de un gesto clamoroso, que no sucedía ni en los últimos años de Franco (¡soy testigo de ello!),
cuando en la Pontificia enseñaban (enseñábamos) profesores de todas las
tendencias y partidos, incluido, por supuesto el comunista. Nadie, ni siquiera el entonces Vice-Rector, hoy obispo de Madrid, Cardenal A. Rouco, pretendió entonces una cosa como ésta. La Universidad era un lugar de libertad y diálogo de pensamiento.
Se trata de un gesto que parecía impensable en un momento de cambios
fuertes como son los nuestros, nos sólo en la sociedad, sino en la
misma Iglesia, con el atrio de gentiles, con el Papa Francisco, con la búsqueda de un nuevo diálogo social. Me parece un gesto no sólo injusto (lo que bastaría para condenarlo), sino también estúpido e ignorante, lo que resulta aún peor en una Universidad (de la Iglesia de todos y de J. Sarrión A.).
Pero las cosas han cambiado
Y ahora, en medio del verano (finales de julio), cuando no
puede ya buscar ninguna alternativa laboral han expulsado al Prof. José
Sarrión A., por una causa que juzgan “grave”: Pertenece al Partido
Comunista de España. Ciertamente, J. Sarrión A. no es aún catedrático,
pero lleva cuatro años de contrato indefinido y tiene derecho a la
enseñanza. Lo que han hecho con él es injusto y (lo que es peor) parece
estúpido, un gesto de ignorancia (¡el mayor de los pecados posibles en
una universidad!).
Lo de menos (¡aunque muy importante!) son las circunstancias.
El hecho de que su padre, José Sarrión C., sea profesor de esa
Universidad y haya sido su Secretario General y Director de su Escuela
de Profesorado. El hecho de que su madre, Ana Andaluz R., sea
catedrático de la Facultad de Filosofía y haya sido por largos años
decana, una de las personas más respetadas de dicha Universidad (y del
mundo filosófico hispano). Tampoco importa quizá el hecho de que el
expulsado, J. Sarrión A, sea cristiano confesante, confirmado en la fe
por el mismo obispo, un hombre significativo en el diálogo entre
marxismo y cristianismo, en este nuevo tiempo del Comunismo y del
Cristianismo. Todo eso puede quedar a un lado, lo mismo que el hecho de
que las autoridades académicas se hayan negado a dar razones, sentándose
con los padres del expulsado, que han sido hasta ayer sus “amigos” y
colegas.
Se trata, como he dicho, de un gesto que me parece
injusto, estúpido e ignorante, un gesto que me duele precisamente porque
quiero a la Universidad Pontificia de Salamanca que ha sido
“mi casa” durante tres decenios. Siga leyendo quien quiera saber mi
opinión y conocer el Manifiesto CONTRA LA PERSECUCIÓN IDEOLÓGICA EN LA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA, que está siendo firmado por
personas de todos los ámbitos sociales, políticos y eclesiales.
Juzgo así un tipo de hecho, no a las personas en sí, que en otros planos, pueden ser y son justas, hábiles y sabias (lo
puedo certificar, pues las conozco). Ésta es la pena: que un tipo
sistema haga que personas justas, sensatas e inteligentes... obren de un
modo injusto, estúpido e ignorante.
Ha sido un hecho injusto, pues va en contra de la libertad de conciencia y de acción política
que garantiza la Constitución Española. Es injusto expulsar a un
profesor por motivos ideológicos, y más cuando lo hace una Universidad
Católica, que se dice defensora de los Derechos Humanos. Es una
injusticia alevosa (en medio del verano, sin posibilidad de defensa ante
los colegas, sin posibilidad de un nuevo camino laboral), negándose a
darle razones, ni a él ni a sus padres, que pertenecen al pequeño grupo
de los que han mantenido viva la Universidad Pontificia en los últimos
25 años, con prestigio hacia los alumnos y hacia la sociedad salmantina y
española.
Le acusan de formar parte de un partido político. Me hice casi viejo
en la Pontificia de Salamanca y allí he tenido colegas que han sido
alcaldes de Salamanca, gobernadores de provincia, dirigentes máximos de
partidos no mejores que el actual Partido Comunista de España, y nadie
se rasgó las vestiduras. Conozco un poco esa Universidad, y allí he
visto el influjo de “prohombres” económico-políticos (de Cajas de Ahorro
y Diputaciones) que han “jugado” con el dinero de las arcas del pueblo…
y no ha pasado nada. Y ahora, porque hay un militante de Partido como
el comunista…, en vez de dialogar con él, aprendiendo juntos, expulsan, y
con “nocturnidad veraniega”, sin hablar siquiera con su padres,
compañeros de aula de decanos, rectores y obispos.
Si en una Universidad como la Pontificia de Salamanca no hubiera un
comunista como J. Sarrión A. habría que inventarlo, porque es necesario
aprender juntos, abriendo espacios de diálogo, en respeto mutuo. Algunos
de los que le expulsan son de los que defienden el “Atrio de los Gentiles”,
la apertura dialogal del P. Francisco… y luego, cuando tienen en casa
un “gentil” (¡que ni lo es, pues es cristiano!) como J. Sarrión A. se
apresuran a expulsarle.
Por eso digo que ha sido también un gesto estúpido.
He buscado en el DRAC, porque la palabra me parecía un poco dura,
pero allí dice que la “estupidez” constituye una “torpeza notable en
comprender las cosas” (1ª Acepción). Los que han expulsado a José
Sarrión Andaluz (decano, rector u obispo, quizá con los soplones de
turno) parece que no tiene capacidad de entender lo que implica una
universidad (espacio de enseñanza en libertad y pluralidad), ni las
consecuencias que puede tener este gesto, tanto si hay un movimiento de
firmas-apoyos al expulsado (con lo que el tiro les puede salir por la
culata), como si no hubiere tal movimiento (lo que indicaría que la
Universidad Pontificia está ya muerta, aunque aún no haya sido
totalmente enterrada).
Siempre he creído que la Universidad era un lugar “universal”, donde
caben todos los que respetan a los otros y ayudan a pensar, en un
ámbito de fondo cristiano, lo cual implica libertad y apertura al
diálogo. Estoy convencido de que una Universidad monocorde y
teledirigida no es Universidad, ni siquiera escuela de montaña (como
aquella de mi madre), sino la Sección Docente (¿?) de un grupo de poder.
Por eso digo que el gesto es una estupidez. Para obrar así no se crea
ni dirige una Universidad, sino otra cosa (¿un club de adiestramiento
ideológico?)
Pero lo más grave es que se trata de gesto ignorante.
Los que han expulsado a José Sarrión Andaluz no saben lo que hoy
significa el Partido Comunista de España (no es el PP, ni es el PSOE, ni
IU…). No saben lo que ese partido quiere y supone, con su intento de
revisión de una historia de violencias, con su esfuerzo por comprender y
superar las causas de la injusticia social, con métodos nuevos para
impedir el triunfo de un poder partidista y de un partido superpuesto a
la sociedad…
En un desierto político como el nuestro, donde los dos grandes
partidos parecen ya poco más que máquinas poco fiables de acceso al
poder, un partico como el Comunista (el actual, éste en concreto)
representa un aire fresco de esperanza, en diálogo con la tradición
humanista del cristianismo. Porque ése es el caso: El partido
que dialoga más con el cristianismo es hoy en España el pequeño Partido
Comunista. Tengo la impresión de que ni el decano, ni el rector, ni el
obispo saben lo que eso significa, piensan en un “partido
comunista” de hace 75 años, que no es éste. Si en algún lugar han
criticado más al Partido Comunista Soviético es en este Partido
Comunista de España, al que pertenece J. Sarrión A., un partido que no
va contra Dios, ni contra Cristo, que no se opone a la Iglesia de Jesús,
un partido lleno de auténticos cristianos.
Si no hubiera un partido como éste habría que inventarlo, y tendrían que inventarlo los mismos cristianos… Si
no hubiera un profesor como José Sarrión Andaluz en la Pontificia
habría que buscarlo y traerlo, para que pueda abrir espacios de diálogo a
teólogos y sociólogos, a pedagogos y psicólogos. Los que le expulsan de
la Universidad son en este campo unos ignorantes (¡en este campo, en
otros pueden sentirse muy ilustrados!); son personas de retablo, de otro
cristianismo. Decía un proverbio griego que los dioses ciegan a
quienes quieren destruir… Si creyera en los dioses diría que ellos han
dejado que algunos dirigentes de la Pontificia parezcan cegarse… para
destruir así su institución (para que ella misma se destruya).
PD. ¿Un gesto anticristiano?
No he insistido en que se trata de un gesto anti-evangélico o anti-cristiano, pues no quiero situar mi protesta en ese plano,
pero es evidente que esa expulsión va en contra del espíritu del
Cristianismo, de la libertad que quiere y ofrece el Vaticano II, del
espíritu del Papa Francisco.
No entiendo la lógica del gesto. Por un lado, el Obispo confirma
a José Sarrión C. en la fe cristiana, pidiéndole que sea testigo de
ella ante el “mundo”. Pero, por otra parte, le impide enseñar en “su”
universidad.
Digo todo esto con gran pena, y porque creo que todo esto
puede cambiar… Que los responsables de la Pontificia pueden volverse
atrás, que lo piensen mejor tras el sofoco de verano, y digan a José
Sarrión Andaluz, que vuelva, que tienen que hablar de muchas
cosas… que hay mucho trabajo en la buena enseñanza para todos, con
libertad, con pluralidad, con universalidad (que eso es la Universidad).
Aprovecho, en fin, la ocasión para saludar con el respeto y
admiración que me merecen a los padres de José Sarrión A. (J. Sarrión C y
A. Andaluz R.), a quienes admiro y acompaño desde antiguo, como colegas
y amigos. Por ellos lo siento, más que por su hijo, que alas de
pensamiento tiene y llevará la semilla de la libertad humana y cristiana
allá donde la suerte y la vida le lleve (si no le readmiten en la
Pontificia).
Adjunto 1: MANIFIESTO CONTRA LA PERSECUCIÓN IDEOLÓGICA EN LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA
El pasado mes de julio, el Profesor Dr. José Sarrión Andaluz ha sido
despedido de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) bajo mandato
del Obispo de Salamanca en su calidad de Gran Canciller de dicha
Universidad, como represalia a su participación en organizaciones
políticas de izquierdas y movimientos sociales. Este despido es la
culminación de un proceso de persecución ideológica desarrollado en el
seno de la UPSA, iniciada tras la Huelga General del 29 de Marzo de 2012
en la que el citado Profesor informó al resto de la plantilla de que la
Universidad estaba realizando requerimientos ilegales a los empleados
que desearan secundar la Huelga. Desde entonces se ha sucedido una
cadena de actos de persecución, que han incluido el apartarle de
asignaturas que venía impartiendo desde hace años y verter acusaciones
sin fundamento desde el Rectorado, todas las cuales tuvieron que ser
retiradas de inmediato dada su falta de veracidad.
Finalmente el Obispo de Salamanca ha ordenado el despido, un mes
después de que José Sarrión defendiera su Tesis Doctoral “La noción de
ciencia en Manuel Sacristán” con Sobresaliente Cum Laude por unanimidad.
A pesar de que defender la Tesis antes de julio de 2014 era el
requisito que se exigía a todos los profesores para seguir ejerciendo
docencia, el momento elegido para el despido ha sido precisamente
semanas después de obtener el título de Doctor.
El Obispo de Salamanca, D. Carlos López Hernández, ha reconocido que ha ordenado este despido estrictamente por las convicciones políticas del profesor, quien desde noviembre de 2013 fue elegido miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España (PCE). No ha encontrado ninguna causa objetiva en relación con su ejercicio docente o investigador; es más, el Profesor despedido se encuentra, según las valoraciones anónimas realizadas por los alumnos en las evaluaciones del profesorado oficiales de la UPSA, muy por encima de la media de valoración de la Facultad y de la Universidad. La decisión del Obispo se ha basado, según sus propias declaraciones, exclusivamente en su desagrado personal hacia el pensamiento de izquierdas, y en que considera incompatible ocupar cargos de responsabilidad en un partido de izquierdas y el ejercicio de la docencia en dicha Universidad (en cambio, no ve incompatibilidad en lo que respecta a otros partidos como el PP), llegando a reconocer literalmente que se trata de un acto de “legítima discriminación ideológica” (sic).
Los abajo firmantes nos oponemos al despido del Profesor Dr. José Sarrión Andaluz por parte de la Universidad Pontificia de Salamanca por considerarlo un acto de persecución ideológica y defendemos las libertades democráticas en el seno de la Universidad.
PD: Las personas que deseen transmitir su adhesión pueden hacerlo al correo: noalapersecucionideologica@gmail.com
ALGUNOS FIRMANTES:
Entre los primeros firmantes se encuentran: Marcos Ana (Poeta y Premio Castilla y León de Valores Humanos 2013), Josep Ferrer Llop (ex-rector de la Univ. Politècnica de Catalunya), Jorge Fonseca (Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid), Pablo Iglesias (Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y eurodiputado), Manuel Aznar Soler, catedrático de literatura española contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Julio Anguita (profesor de historia jubilado y ex-diputado), Salvador López Arnal (profesor tutor de la UNED), Enrique Javier Díez Guriérrez (Profesor Titular de la Facultad de Educación en la Universidad de León), Ángel de la Cruz Bermejo (Profesor de Tª de la Comunicación Social, Facultad de CC. de la Información de la Univ. Complutense de Madrid), Ermengol Gassiot Ballbè (profesor del Departament de Prehistòria de la Universitat Autònoma de Barcelona), Anna Gabriel i Sabaté (Profesora de Historia del Derecho en la Universitat Autònoma de Barcelona), Marta Padrós Castells (profesora asociada en la Universidad Autónoma de Barcelona), Carlos Fernández Liria (profesor titular de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid), Carmen Rodríguez Martínez (Profesora de la Universidad de Málaga), Marta Sanz Pastor (escritora), Felipe Alcaraz (escritor, ex profesor de Lingüística y Crítica Literaria de la Universidad de Granada y ex diputado), José Luis Moreno Pestaña (profesor de filosofía en la Universidad de Cádiz), Francisco Garrido Peña (Profesor Titular de la Universidad de Jaén)… (y sigue una larga lista de personas del mundo académico y cristiano).
Entre los primeros firmantes se encuentran: Marcos Ana (Poeta y Premio Castilla y León de Valores Humanos 2013), Josep Ferrer Llop (ex-rector de la Univ. Politècnica de Catalunya), Jorge Fonseca (Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid), Pablo Iglesias (Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y eurodiputado), Manuel Aznar Soler, catedrático de literatura española contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Julio Anguita (profesor de historia jubilado y ex-diputado), Salvador López Arnal (profesor tutor de la UNED), Enrique Javier Díez Guriérrez (Profesor Titular de la Facultad de Educación en la Universidad de León), Ángel de la Cruz Bermejo (Profesor de Tª de la Comunicación Social, Facultad de CC. de la Información de la Univ. Complutense de Madrid), Ermengol Gassiot Ballbè (profesor del Departament de Prehistòria de la Universitat Autònoma de Barcelona), Anna Gabriel i Sabaté (Profesora de Historia del Derecho en la Universitat Autònoma de Barcelona), Marta Padrós Castells (profesora asociada en la Universidad Autónoma de Barcelona), Carlos Fernández Liria (profesor titular de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid), Carmen Rodríguez Martínez (Profesora de la Universidad de Málaga), Marta Sanz Pastor (escritora), Felipe Alcaraz (escritor, ex profesor de Lingüística y Crítica Literaria de la Universidad de Granada y ex diputado), José Luis Moreno Pestaña (profesor de filosofía en la Universidad de Cádiz), Francisco Garrido Peña (Profesor Titular de la Universidad de Jaén)… (y sigue una larga lista de personas del mundo académico y cristiano).
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