Por Arthur González.
Es público y bien conocido que la contrarrevolución interna en Cuba fue creada por la CIA, según aseguran documentos desclasificados, además de que es entrenada y financiada desde Washington con parte de los 20 millones de usd que el Presidente Barack Obama, aprueba cada año desde su llegada a la Casa Blanca.
El afán de protagonismo y de dinero, unido a la falta de principios propios, hace de esa escasa masa de contrarrevolucionarios al servicio de una potencia extranjera, un amasijo de vulgaridad y divisiones.
En 56 años la CIA no ha logrado consolidar esos que califican de “opositores al régimen”, ni que la juventud cubana se incorpore, y menos aún unir a todos los que reciben altos salarios mensuales por ejecutar actos provocativos.
Un nuevo escándalo de división vio la luz recientemente cuando el campesino Eliecer Ávila, devenido en ingeniero informático, gracias a la Revolución socialista cubana que le dio la oportunidad de estudiar de forma gratuita una costosa y privilegiada carrera universitaria, declaró que “él no marchaba en las calles habaneras con corruptos, gente sin moral y a quienes el pueblo de Cuba no soporta”.
Eso desató de inmediato una violenta reacción de Antonio Enrique González-Rodiles, organizador de las actuales marchas dominicales junto a las llamadas “Damas” de Blanco.
González-Rodiles, residía en México casado con una médica de ese país con la cual tiene dos hijos, pero al trasladarse a Miami, la CIA le ofreció encabezar un nuevo proyecto contrarrevolucionario, para lo cual era imprescindible que regresara a Cuba, lo que aceptó sin pensarlo.
Se divorció de la mexicana y llegó a la Habana para poner en marcha el engendro “Estado de SATS”, siendo observado directamente por “diplomáticos” de la Sección de Intereses de Estados Unidos, los que hacían acto de presencia en cada reunión del grupúsculo, algo que habla por sí solo del interés de los yanquis en dicho proyecto.
Al no tener respaldo de académicos e intelectuales como planificaron los norteamericanos, Rodiles recibió instrucciones de cambiar su esquema por el de apoyar a la grosera e inculta Berta Soler y sus “damas”, en caminatas dominicales después de hacer acto de presencia en la iglesia católica de Santa Rita de Casia, como fórmula de provocación en busca de una represión policial no lograda.
La composición de esa masa de asalariados es realmente muy diferente en nivel cultural y educacional al de Rodiles, quien es licenciado en Física y master en Matemáticas, tiene buena educación y presencia, algo opuesto a la inculta Berta que se expresa y actúa de forma vulgar, al igual que sus “damas”, las que dé solo observarlas se pueden sacar conclusiones.
Por esas razones el ingeniero informático Eliecer Ávila se ha negado a apoyar la campaña mediática iniciada por Rodiles bajo el nombre de “Todos Marchamos”, porque no quiere mezclarse con ese tipo de elementos.
La respuesta de González-Rodiles fue emplear la vieja argucia de acusar a Eliecer de “agente de la Seguridad del Estado”, con el fin de descalificar sus posiciones y amedrentarlo, para que los yanquis le quiten el salario que también recibe todos los meses desde Estados Unidos.
La respuesta de González-Rodiles fue emplear la vieja argucia de acusar a Eliecer de “agente de la Seguridad del Estado”, con el fin de descalificar sus posiciones y amedrentarlo, para que los yanquis le quiten el salario que también recibe todos los meses desde Estados Unidos.
Yoani Sánchez, también creada por la CIA, ha sido más hábil en ese sentido, pues con más experiencia y madurez no ha participado, pero sin decir una sola palabra de sus razones para no apoyar esas marchas, con mujeres que distan mucho de alcanzar su categoría de licenciada en Filología y millonaria multipremiada internacionalmente.
En su desespero por sumar adeptos, González-Rodiles sumó al denominado “artista” Daniel Maldonado, auto titulado El Sexto, por ser la única palabra que plasma en su “obra” como grafitero, lo cual dice de la calidad de los integrantes de esas acciones.
Cada vez que surgen divisiones similares, algo muy común a lo largo de 56 años, hay que recordar las consideraciones del ex Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en la Habana, Jonathan Farrar, cuando en un memorando confidencial al Departamento de Estado, la CIA y al Consejo de Seguridad Nacional, afirmó:
“…Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo…”
“…Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo…”
“Sin un verdadero milagro entre los líderes de la oposición…, no es probable que el movimiento disidente tradicional pueda reemplazar al gobierno cubano”.
“…es preciso que empiecen por lograr cierto grado de unidad de objetivos como oposición, o al menos que dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros”.
“…no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores…”
Estas afirmaciones no son propaganda comunista, sino las de un representante de la Casa Blanca en su cable confidencial fechado el 15 de abril del 2009, con la referencia: 09HAVANA221, ID: 202438, que como se aprecia tiene total vigencia, porque como expresó José Martí:
“…el fausto se compra casi siempre a precio del decoro”.
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