Palabras pronunciadas por Eugenio Martínez Enríquez,
Embajador de Cuba en España el 20 de octubre de 2015 en el “Dialogo
sobre Cuba: el papel de la UE y España”
¡Buenos días!
Agradezco al Institute for Cultural Diplomacy la oportunidad de
intercambiar sobre Cuba, al Presidente Zapatero, al ex Canciller Miguel
Angel Moratinos, a los portavoces del Congreso presentes aquí,
embajadores e invitados.
Siento deseos de improvisar, pero no lo haré. Leeré unas palabras que
hace apenas quince minutos concluí de escribir, que es casi lo mismo
que improvisar.
Durante esta jornada podrán contrastarse opiniones y análisis sobre
mi país, sus relaciones con España, con los EEUU y con la Unión Europea.
Al hacerlo, recomiendo no perder de vista, como bien conocen, que la
historia de Cuba es la de una lucha por alcanzar y después sostener su
independencia, soberanía y libertad, contra los intentos de potencias
extranjeras de evitarlo mediante el control o intervención en su
destino.
Hace poco más de cien años, dos generaciones de cubanos tras tres
décadas de combate, sufrieron en esas batallas, la pérdida de un quinto
de su población y también sufrieron al perder su anhelada independencia
por la intervención norteamericana. A cambio, se hallaron, sin desearlo,
ante un modelo de soberanía limitada. Ese modelo que permaneció por
casi sesenta años y detuvo los impulsos cubanos a la plena
independencia, cubrió con una larga sombra a mi pueblo durante toda la
mitad del Siglo XX. La lucha cubana por la libertad iba acompañada de
necesarias transformaciones sociales. Ambas aspiraciones fueron
contenidas y postergadas, hasta la Revolución de 1959 comandada por su
líder Fidel Castro Ruz.
Mi recomendación no es un ejercicio retórico. Los cubanos tenemos muy
presentes los años de invasiones, ocupaciones de nuestro territorio
nacional, ataques terroristas, medidas coercitivas económicas
extraterritoriales, aislamiento internacional y sabotaje económico.
Los intensos vínculos afectivos, históricos, culturales y familiares
entre España y Cuba; los importantes nexos económico-comerciales y de
cooperación, necesitan ser acompañados de una reflexión permanente que
incorpore la verdadera Cuba y que se aparte de los moldes y estereotipos
en los que se pretende encasillar a mi país, muchas veces cuando se
intenta compararlo con procesos y realidades que nada tienen que ver con
los nuestros. Esa reflexión cuando se hace mal e ignora lo mucho que ha
hecho Cuba y lo que ha logrado, conduce a análisis equivocados sobre
nuestros procesos y hacia dónde vamos. Malgastaríamos nuestro escaso
tiempo si establecemos la contradictoria práctica de predecir en el
pasado, acerca de si Cuba hizo esto o si hizo lo otro, en lugar de
respetar lo que los cubanos hemos decidido y defender a plenitud la
relación entre pueblos y gobiernos; conscientes de que mucho nos queda
por hacer para sostener nuestro desarrollo, al transformar nuestro
modelo en uno más eficiente y próspero.
Estimados invitados:
En octubre de 2008, la Unión Europea y Cuba acordaron reiniciar el
diálogo político y la cooperación sobre bases recíprocas, con carácter
incondicional y no discriminatorio, con pleno respeto a la igualdad
soberana de los Estados, al marco jurídico y al ordenamiento
institucional de las Partes, y en total apego al principio de no
injerencia en los asuntos internos de los Estados.
En el año 2014, tras una prolongada reflexión y proceso de consultas
iniciado en el años 2012 entre los Estados miembros de la UE, se invitó a
nuestro país a iniciar negociaciones sobre un Acuerdo de Diálogo
Político y de Cooperación entre la Unión Europea y sus Estados Miembros,
de una parte y Cuba de otra. Cuba respondió en un tiempo mucho menor al
que tomó la reflexión europea y se iniciaron las conversaciones, de las
cuales ya se han celebrado varias rondas. Cuba consideró la invitación
de la UE, de manera respetuosa, constructiva y apegada a su soberanía e
intereses nacionales.
Los principios acordados en el 2008 mantienen plena vigencia y deben
seguir siendo el referente en las relaciones entre la Unión Europea y
nuestro país.
Estos principios, animaron la creación de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la firma por los jefes de Estado y
de Gobierno, en enero del 2014, de la Proclama de América Latina y el
Caribe como Zona de Paz, que deja claro que a pesar de diferencias se
pueden conseguir objetivos comunes; que todo Estado tiene derecho a
elegir su sistema político, económico, social y cultural. En resumen, la
soberanía de un Estado está limitada por la de otro.
Más recientemente se restablecieron relaciones diplomáticas entre
Cuba y los EEUU, se abrieron Embajadas, se iniciaron procesos de
consultas bilaterales, se produjeron contactos de alto nivel, se eliminó
a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del Terrorismo
Internacional, se tomó un acuerdo humanitario mediante el cual se
liberaron a prisioneros cubanos y a un norteamericano. De esta forma se
inició un proceso hacia la normalización de las relaciones que se
alcanzará cuando se ponga fin al bloqueo económico, comercial y
financiero contra Cuba; se devuelva a nuestro país los 117 km2 el
territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval de Guantánamo; cesen
las transmisiones radiales y televisivas y los programas de subversión y
desestabilización contra Cuba, y se compense a nuestro pueblo por los
daños humanos y económicos que aún sufre.
Esto sucede en el momento que Cuba hace las transformaciones
económicas y sociales más complejas de su historia reciente, donde se
mezclan el tránsito hacia una fase que crea condiciones para un
crecimiento sostenible a mediano plazo con una política económica que
revisa la relación entre planificación y mercado con combinación de
tipos de propiedad desde pequeña, cooperativa y estatal y con la
promoción de la inversión extranjera con cambios en los mecanismos de
gestión que delimita sin ambigüedades las funciones estatales de las
empresariales. Este proceso parte del reconocimiento tras un masivo
debate popular de la necesidad de actualizar nuestro modelo, a los
ritmos que consideramos apropiados.
Estimados invitados:
Que los EEUU y Cuba tengan nuevamente relaciones diplomáticas; que
nuestros presidentes se reúnan y nuestros altos funcionarios yo sé que
es motivo de satisfacción de ustedes. De todos. En particular de los
latinoamericanos y españoles aquí presentes, que siempre apoyaron el
inicio de una nueva etapa entre EEUU y Cuba; que siempre condenaron el
bloqueo de los EEUU contra Cuba y que también lo harán el próximo 27 de
octubre en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Veo
representantes de empresas españolas, a quienes agradecemos haber
confiado en Cuba, un socio serio y apreciado; nosotros tampoco
olvidaremos, que ustedes no nos abandonaron cuando muchos creían que
caíamos estrepitosamente o cuando sufrieron el efecto de medidas
extraterritoriales; como siempre lo hizo el pueblo español, el pueblo de
mayores tradiciones del mundo, gente digna y solidaria con Cuba, que
siempre trasladó a los míos afectos entrañables, a quien hoy me permito
abrazar fraternalmente.
Durante el día de hoy, intercambiaremos con respeto lo mucho que EEUU puede avanzar en sus relaciones con Cuba y Cuba con la UE. Esta nueva etapa, confirma que Cuba y EEUU pueden hallar un modus vivendi sobre la base del respeto a la igualdad soberana y el derecho internacional. Sabemos que el Presidente de los EEUU ha dado pasos en la dirección correcta y que tiene suficientes prerrogativas para dar otros que puedan vaciar de su contenido al más extenso sistema de sanciones extraterritoriales aplicado jamás contra un pueblo.
Queremos, por ejemplo, que las 60 mil amputaciones de miembros
inferiores que lamentablemente se practican cada año en los EEUU por la
terrible enfermedad del pie diabético, se eviten con la autorización del
Presidente de ese país para que Cuba pueda exportar el medicamento que
inventó para impedirlo. O que los Hospitales de las provincias cubanas
de Camagüey y Santiago de Cuba privados de ofrecer radiaciones por el
bloqueo de los EEUU, puedan hacerlo, así como que Cuba pueda continuar
adquiriendo el Lotramide 300, medicamento necesario para patologías
graves que al cambiar su suministrador su oficina de México a EEUU, mi
país no ha podido adquirir.
Queremos que nuestros artistas y deportistas puedan presentar su
excelente ejecutoria en los EEUU y recibir remuneración como corresponde
hecho que hoy no es posible; que los aviones cubanos puedan igual que
los norteamericanos lo hacen en nuestra isla, aterrizar en nuestro
vecino del norte; que compremos cualquier producto norteamericano y con
créditos, como hacen todos los países; que las pocas embarcaciones
norteamericanas que hoy pueden tocar puerto cubano, porque su ley se lo
impide plenamente, regresen no vacías, regresen con mercancías cubanas
como puros habanos, los mejores del mundo o mangos, la fruta más dulce
cubana; todo lo que hoy, está prohibido, no por leyes cubanas.
Y sabemos que es posible, como ha sido posible avanzar en menos de un año en las relaciones con EEUU en diversas áreas como los diálogos sostenidos en seguridad área, derechos humanos, asuntos migratorios, medio ambiente, protección contra derrames de hidrocarburos, control epidemiológico, telecomunicaciones y cooperación en proyectos de salud.
Estimados amigos e invitados:
Los cubanos somos un pueblo noble, valiente, solidario y
hospitalario…y permítanme un minuto de vanidad: tenemos una tierra
linda, un país seguro y estable; las hombres ingeniosos y las mujeres
inteligentes y bellas; con una alto nivel cultural y educativo; somos
los creadores de varios ritmos musicales y del ron ligero; de más de 100
vacunas o medicamentos; ofrecemos una extensa cooperación internacional
en varios sectores, donde destacan los más de 25 mil profesionales de
la salud en cerca de 70 países; tenemos las playas más hermosas y
créanme, mejores que las de la competencia. No merecemos menos respeto y
apoyo que otros.
Y pedimos poco como dijo José Martí: “Así es la revolución cubana,
dispuesta a aceptar a todos los que la respetan”. El dialogo
constructivo y la cooperación es el camino.
No ignoramos que nos llamen necios. No ignoramos que nos llamen
obstinados por seguir nuestro camino de resistencia y desarrollo. Pero
Cuba nunca pedirá disculpas por defender nuestro pecado de ser un pueblo
libre e independiente como es y desarrollarnos como queremos que sea.
¡Muchas gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario