Tomado de Cubainformación
Por José Cubainformación Manzaneda,
coordinador de.-
La reciente decisión del
Gobierno de Cuba de permitir la reincorporación a su antiguo trabajo en la Isla
a los profesionales médicos que se acogieron a los programas de captación del
Gobierno de EEUU (1) ha descolocado a no pocos medios internacionales,
interesados en seguir proyectando una imagen sancionadora y represiva del
Estado cubano (2).
Recordemos que, desde 2006, un programa
llamado “Cuban Medical Professional Parole” otorga asilo político –y residencia
en EEUU- a cuanto cooperante sanitario de Cuba lo solicite (3).
El diario español ABC
aseguraba que con esta medida el Gobierno cubano “ha puesto un puente de oro
para que regresen” estos médicos (4). Curioso “puente de oro” porque, en la
misma noticia, el diario asegura que a estas personas les esperan –en la Isla-
“pésimas condiciones laborales” y bajos salarios.
La explicación de esta
medida “conciliadora” de La Habana estaría, según el ABC, en que dichos
“profesionales escasean en un país exportador de servicios”. De esta manera, el
diario volvía a la carga contra la cooperación médica cubana en el mundo, que
describe como un mero “negocio” (5).
En los últimos años, el
Gobierno de Cuba ha comenzado a solicitar a los gobiernos con los que mantiene
convenios de colaboración médica una compensación económica por gastos y
servicios (6), adaptada a las condiciones de cada país. Recordemos que Cuba
tiene cooperación médica en naciones con fuertes rentas petroleras, como Qatar,
Brasil, Venezuela, Sudáfrica o Angola (7) (8). Y que en países como Haití,
Níger, Honduras o Eritrea, Cuba sigue asumiendo todos los costes de la misión
sin contraprestación económica alguna (9).
Teniendo en cuenta la
magnitud de esta cooperación –con 50.000 profesionales sanitarios en 68
naciones (10)- que un país pobre como Cuba solicite una compensación económica
es algo justo y comprensible. Esto aporta al país 6.000 millones de dólares
anuales que, además de garantizar a los médicos en el exterior un salario
superior al de la Isla, sirven para autofinanciar el sistema de salud cubano
(11).
Ahí radica el problema:
que estos ingresos no van a parar al bolsillo de acaudalados accionistas, ni
engordan las cuentas de altos funcionarios. Tampoco convierten a los médicos cubanos
en una clase “exclusiva”, al estilo de lo que ocurre en América Latina (12):
una anomalía “ideológica” que debe seguir siendo satanizada por medios como el
ABC. Un diario que, curiosamente, ha publicado en los últimos años 478 noticias
(13) –la mayoría en tono de empalagosa alabanza- sobre la empresa privada de
servicios médicos Sanitas (14), beneficiaria de la privatización de hospitales
públicos españoles (15) y cuyo beneficio –solo en el año 2013- fue de 148,9
millones de euros (16)... que –en este caso- sí fueron a las cuentas de
accionistas multimillonarios.
Por supuesto, de las
prácticas laborales abusivas de esta empresa y de las reiteradas protestas de
los sindicatos, no leeremos en este –ni en ningún otro gran diario español- ni
media palabra (17).
(5) http://www.abc.es/internacional/20141024/abci-dictadura-cubana-diplomacia-batas-201410222020.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario