miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un saludo de siete segundos y 10 posiciones


Tomado de Descubriendo Verdades
Por Percy Francisco Alvarado Godoy.

Para unos fue casual, para otros estaba premeditado. Los hay que especularon y lanzaron todo tipo de hipótesis sobre el inicio de un acercamiento definitivo entre Cuba y Estados Unidos. Otros, los menos, lanzaron su rabia casi histérica en las redes sociales y en los acostumbrados medios de prensa a su servicio. Lo cierto es que, durante una ceremonia centrada en el legado de reconciliación de Mandela y en los actos fúnebres al mismo, Barack Obama y Raúl Castro se estrecharon la mano, en un acto más protocolar que  previamente organizado. Fue un encuentro breve, tal como el contexto lo requería y Obama, por un acto de elemental cortesía –tal como sucedió por parte de Raúl-, se saludaron entre sí, tal como ocurrió con otros jefes de estado. Obama no podía evitarlo a fuer de ser descortés pues Raúl encabezaba la fila de los mandatarios presentes.

The Economist reseñó de esta forma el evento: "Habría sido francamente grosero con él evitar el saludo, sobre todo en una ocasión en la que Obama pronunció unas emocionadas palabras sobre el espíritu de reconciliación de Mandela".

Tal vez la manipulación mediática de la noticia se centró en destacar a este simple evento,  como lo comentara AP, como un  “encuentro entre dos enemigos de la Guerra Fría”.

1.- Optimistas, algunos medios de prensa vieron este gesto como un anuncio dentro de los supuestos pasos entre Estados Unidos y Cuba hacia un acercamiento diplomático, lo que descongelaría las históricas diferencias entre las dos naciones. Tal vez lo que despertó las especulaciones fue el hecho de que han sido inusuales los encuentros a nivel presidencial entre cubanos y norteamericanos y limitados a la coincidencia en un evento internacional, aunque es sabido que los ocupantes de la Casa Blanca siempre han eludido los mismos, llegando a presionar para que Cuba esté ausente en los ellos. Cuando no ha sido posible, evitaron en más de una ocasión encontrarse con Fidel y con Raúl. A saber, solo hubo otro estrechón de manos entre dos presidentes, Fidel Castro y Bill Clinton, en el marco de  la Cumbre del Milenio de 2000. 

2.- Otros, aún escépticos, esperan que este gesto sea solo algo pasajero y no una señal permanente de intención mutua en cuanto a mejora de sus relaciones.

3.- Obama, acostumbrado a la doble moral, criticó en su discurso a aquellos gobiernos, sin mencionar nombres, al decir: "hay muchos que expresan solidaridad con la lucha de Madiba por la libertad, pero no toleran el disenso de su propio pueblo". ¿Se habrá olvidado de que el propio pueblo norteamericano es reprimido por protestar contra la guerra, la crisis, la pobreza y la demora en establecer una reforma migratoria justa e inclusiva?

4.- Raúl, en cambio, fue menos agresivo y se centró en dignificar a la figura de Mandela, al decir del mismo valoraciones tales como: "símbolo supremo de dignidad y de consagración inclaudicable a la lucha revolucionaria por la libertad y la justicia; como un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz" (…) “Mandela es un ejemplo insuperable para América Latina y el Caribe que avanzan hacia la unidad e integración en beneficios de sus pueblos, respetuosos de su diversidad, con la convicción de que le diálogo y la cooperación son el camino para la solución de las diferencias la convivencia civilizada de quienes piensan distinto”.  Ni lastimó, ni hirió a nadie. Pero había dos mensajes implícitos en su discurso: en primer lugar, estaba claro que el luchador sudafricano luchó contra muchos de los allí presentes hoy, quienes lo alabaron con compungida hipocresía; en segundo lugar, dijo a Obama en su propia cara que era el momento de solucionar cualquier diferendo conversando sobre la base del respeto mutuo.

5.- Los contrarrevolucionarios subvencionados por Estados Unidos en su guerra subversiva contra Cuba, reaccionaros de maneras diversas. Unos lo vieron como un acto protocolar, tal como Elizardo Sánchez Santa Cruz, jefe del grupúsculo difamador denominado Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). Este mismo sujeto había calificado de “mal chiste” haber invitado a Raúl a los funerales de Mandela. La viuda de Payá, Ofelia Acevedo, cuestionó el gesto de Obama de manera airada y con decepción.

La gusana y falsa huelguista, ubicada entre los mercenarios de la época terciaria, Marta Beatriz Roque Cabello, calificó de contradictoria la postura del presidente Obama al saludar a Raúl Castro y agregó que ya están acostumbrados a ello. ¿Defraudada, montará otra dieta mediática de aguacates?

El bandido de Palmarito de Cauto y jefe del grupúsculo UNPACU, pareció irse en una posición contrapuesta al resto de los mercenarios USA dentro de Cuba, al declarar que el saludo Obama-Raúl le parece positivo, según declaró a EFE, pero trató de manipular a la figura y luchas de Mandela al pedir al jefe de estado cubano respeto a la “disidencia”. Dijo Ferrer:   "Ojalá que Raúl Castro diese también algún síntoma de que quiere comportarse civilizadamente con los demócratas cubanos y dialogar con ellos. Nos gustaría que abogase como Mandela por el respeto a los derechos humanos". Obviamente olvidó dos cuestiones esenciales: a) Mandela luchó contra el Apartheid que sometía a la mayoría de los sudafricanos, mientras la contrarrevolución representa solo a grupos aislados e irrepresentativos dentro de la población cubana y b) En Cuba no se violan los derechos humanos del pueblo y las supuestas luchas por ellos por parte de los “opositores” responde a un plan de desestabilización protagonizado por mercenarios al servicio de una potencia extranjera.

El provocador Antonio González Rodiles, promotor de "Estado de SATS", no quiso meterse en grandes problemas en los precisos momentos en que montaba un show mediático en su casa en La Habana, aunque lanzó sus ataques contra la legítima gobernabilidad en Cuba. Aún más agrio en sus críticas fue el connotado contrarrevolucionario Guillermo “Coco” Fariñas, quien lanzó unja dura crítica a Obama en un tweet que reza: "Respeto decisión de @barackobama, pero que recuerde que saludó a Raúl Castro, un dictador que tiene las manos manchadas de mucha sangre inocente"· Las falacias del sicópata de Santa Clara sobre derechos humanos han subido de tono en los momentos en que, como frecuente mercenario viajero, ha sido aupado por la flor y nata de los enemigos de Cuba. ¿Hasta cuándo se lo permitiremos?

6.- Aunque Obama no hizo de momento declaración alguna ante el hecho mediático, se apresuró su secretario de estado, John Kerry, a aclarar en una audiencia sobre Irán en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EEUU, que en saludo fue un acto casual, ante la reprobación de la ultraderecha anticubana presente allí. Dijo, simplemente: "Señoras y caballeros, hoy era un día para de homenajear a Nelson Mandela. El presidente estuvo en un funeral internacional, y no eligió quién asistía". Raúl fue más objetivo y restó relevancia al hecho en una entrevista concedida a la emisora colombiana La FM, calificando el saludo como lo que realmente era: un hecho normal y de elemental cortesía. 

7.- Los tradicionales y furibundos enemigos ideológicos de Cuba sobredimensionaron el evento para lanzar duras críticas a Obama. Una de ellas, Ileana Ros-Lehtinen, interrogó a Kerry, descompuesta e histérica, y luego declaró que el saludo era un "golpe de propaganda para el dictador". 

No podían faltar las críticas del ultraderechista senador republicano John McCain, quien dijo que  el saludo de Obama "no hace más que darle a Raúl propaganda que permite apuntalar su régimen dictatorial". Por su parte, el hábil Marco Rubio navegó entre dos aguas en sus declaraciones, evitó criticar a Obama, pero le reprochó que éste no hubiera tocado con Raúl el tema de los derechos humanos en Cuba.

8.- Los grupos mafiosos y terroristas de Miami reaccionaron casi satanizando a Obama por un hecho meramente diplomático. Para ellos, el gesto de Obama fue tildado con epítetos tales como "decepcionante", "hipocresía diplomática", "indigno" y "desacertado", según reportó EFE.

El terrorista Ramón Saúl Sánchez, provocador y flotillero jefe del Movimiento Democracia, dijo: "Da tristeza que Obama le de la mano a un dictador (Raúl Castro) que tiene la suya embarrada de sangre".  (…) Obama "podía haber evadido perfectamente ese momento. La política tiene que tener dignidad humana".

El corrupto y desbancado repartidor de dinero a la contrarrevolución interna en Cuba, Orlando Gutiérrez Boronat, jefe del Directorio Democrático, dijo que el saludo de Obama "envía un pésimo mensaje político" a sus asalariados en Cuba.  

Otros connotados contrarrevolucionarios provocadores radicados en Miami como Ángel DeFana, jefe del grupúsculo Plantados y Sylvia Iriondo, de MAR por Cuba, también lanzaron fuertes críticas a Obama. 

9.- Otras personas, menos intolerantes y más conocedoras de los complejos vericuetos de la diplomacia, ofrecieron opiniones más sensatas. Tal es el caso del presidente  del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter, quien declaró: "Haberse negado a saludar a Castro -especialmente en el acto de homenaje a Nelson Mandela- habría quedado como un gesto corto de miras y completamente opuesto a la generosidad de espíritu de Mandela".

En esa misma dirección reaccionó el académico cubanoamericano Arturo López Levy, quien dijo: “Mandela, después de muerto, continúa promoviendo la paz y la reconciliación entre los pueblos", luego de apuntalar que "no hay que exagerar" ese apretón de manos pero sí "transmite mensajes positivos" y su simbolismo "no es insignificante".

10.- Este evento dio pie también a que necrófilos y augures lanzaran todo tipo de sandeces y especulaciones. Esta vez la payasada salió del Augur del Tarot, quien colocó el siguiente comentario, aparecido en el cuestionado sitio http://neoclubpress.com: “¿Qué vio Augur del Tarot más allá del apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro? ¿Qué significado esotérico tiene ese saludo, presenciado por el mundo, en el futuro de ambos  países?”

“El saludo no fue real, sino simbólico. Fue la señal de un pacto asumido, virtual y telefónicamente, hace un año: la confirmación de que ambos mandatarios se volverán a encontrar en La Habana durante el sepelio de Fidel Castro. Cuando esto suceda, cosa que pronostiqué para el 1 de enero del 2014, habrá al pie de los festejos  fúnebres del Comandante una declaración conjunta de ambos mandatarios.”

“Obama se comprometerá a trabajar en función de abolir el embargo, Raúl en función de democratizar la vida política de los cubanos. Obama prometerá inyectar con créditos blandos la economía de Cuba. Raúl, desestatizar la propiedad. Obama ensanchará las vías para el intercambio cultural. Raúl prometerá ayudar a Estados Unidos con misiones internacionalistas en el campo de la cultura, el deporte y la ciencia. Y, como recompensa, Obama  develará en el mausoleo de la Estatua de la Libertad una efigie de Fidel Castro. ¡Pa´su madre!”. Esta nueva estupidez solo puede despertar hilaridad y desprecio por ese tonto agorero que tiene poco tino en sus predicciones. Fidel, aunque ya viejo, disfrutará ese nuevo Primero de enero junto a su pueblo. ¡No tengo la menor de las dudas.

No cabe duda que el saludo entre Obama y Raúl fue un hecho casual y no planificado, ocurrido por la lamentable muerte de Mandela. Sin embargo, soy de los que me inclino a pensar que desde hace un tiempo ha llegado el momento –duélale a quien le duela-, de que los mandatarios de dos países vecinos se sienten a conversar y replantear sus relaciones bilaterales con respeto mutuo y aceptando la soberanía del otro.


Creo que Obama puede marcar la diferencia.

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