Por José Manzaneda. Coordinador de CubaInformacion.
Basado en
un post de Iroel Sánchez, en el blog “La pupila insome” (1)
Es difícil encontrar una investigación periodística que
compare de manera rigurosa los sistemas de salud públicos y privados en el mundo.
Las empresas mediáticas respaldan ideología e intereses del sector empresarial
privado (2). Además, las aseguradoras y clínicas privadas, un sector en
expansión por las políticas de privatización de servicios de salud, son un
potencial cliente de espacios publicitarios al que los medios no deben
incomodar (3).
Para acceder a un trabajo de este
tipo debemos acudir a los medios alternativos o a trabajos de bloggers
independientes. Es el caso del físico y bloguero Alberto Sicilia, que ha
analizado los datos oficiales de salud de varios países ricos, todos
pertenecientes a la OCDE, a partir de las estadísticas de la propia OCDE (4).
Nos
indica que el país industrializado con la menor protección sanitaria pública garantizada es EEUU, con un 27,4 % de la población, en
contraste con otros países industrializados, donde roza el 100 %.
El conjunto de indicadores de salud de la población de
dichos países parece arrojar una conclusión evidente: la mayor cobertura
pública en servicios sanitarios garantiza una mejor salud de la población. Y
desmiente la tesis de que la gestión privada es más eficiente que la pública en esta materia.
Por
ejemplo, la mortalidad infantil en EEUU es de 6,7 por cada mil nacidos vivos,
frente al 4,8 de Reino Unido o al 2,5 de Suecia. Y las estadísticas de la OCDE
no lo dicen, pero sí las de UNICEF (5): EEUU tiene peor indicador de mortalidad
infantil que un país del Tercer Mundo cercano a sus costas y al que bloquea
desde hace casi 60 años: Cuba, que este año ha rebajado su índice a 4,2 (6).
Otro dato
curioso aportado por la OCDE es el relativo a la enfermedad de la diabetes.
EEUU presenta el mayor índice de personas que sufren la amputación de sus pies
por agravamiento de dicha enfermedad: 36 por cada cien mil, frente al promedio
de 12 en los países de la OCDE. Y es curioso que Cuba tenga un índice de 4,9,
siete veces menor al de EEUU. La explicación: la aplicación en el sistema
público de la Isla del medicamento cubano Heberprot-P, que evita dichas
amputaciones, muchas de las cuales –recodemos- derivan en fallecimientos (7). Y
más curioso aún es que este medicamento cubano comienza a comercializarse ya en
otros países (8), pero no en EEUU, porque las leyes del bloqueo a la Isla lo
prohíben (9).
Más datos
relevantes: consecuencia directa del coste económico de las consultas médicas,
EEUU es uno de los países con menor ratio de visitas por paciente al año: 4,
menos de la mitad que Cuba, con 9,2 visitas por
habitante y año (10).
La estadística
de la OCDE nos dice, además, que en el país más rico y poderoso del planeta, más de un tercio
de las personas enfermas no pueden seguir su tratamiento por problemas
económicos. Algo absolutamente impensable incluso en las zonas rurales más montañosas
y apartadas de Cuba, en las que la atención médica personalizada, el
seguimiento domiciliario y los medicamentos están garantizados y son gratuitos
o altísimamente subvencionados (11).
Existen otros interesantes datos de salud al
margen de la estadística de la OCDE. Por ejemplo, según la Organización
Panamericana de la Salud, Cuba tiene mayor densidad de recursos humanos en el
área de salud que EEUU: 134,6 por cada diez mil habitantes, frente a los 125,1
de EEUU (12).
En cualquier caso, si es cierta la tesis de que la gestión
privada es más eficiente que la pública, aunque los resultados sean inferiores,
el gasto sanitario en un país como EEUU debería ser muy inferior. Las
estadísticas, sin embargo, demuestran lo contrario: la población estadounidense es la que más
dinero gasta en sanidad, con 8.000 dólares al año por persona, el doble que el
de la mayor parte de los países industrializados. Pero ¿y si lo comparamos con
el gasto sanitario en Cuba? En la Isla el gasto
per cápita anual es de 435,91 pesos cubanos
(13). Si empleamos el cambio de 25 pesos por dólar, empleado por los medios
–siempre fuera de contexto- para asegurar que el salario cubano no supera los
20 dólares (14), llegaríamos a la conclusión de que Cuba gasta 17 dólares al año
por persona en sanidad. Es decir, que invirtiendo 470 veces menos que EEUU, logra mejores indicadores de salud.
Todos
estos datos parecen demostrar varias cosas. Una, que la supuesta ineficiencia
del sistema socialista cubano no es demostrable en lo que respecta a los
servicios sanitarios; dos, que los sistemas de salud pública en el mundo son
superiores en resultados y eficiencia a los privados; y tres, que los medios
prefieren mirar para otro lado ante un hecho de evidente relevancia
informativa: que un país pobre y bloqueado como Cuba es superior en casi todos
los renglones sanitarios a la mayor potencia económica del mundo.
(2) http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/11/30/sanidad-privada-amenazas-oportunidades/635852.html
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