martes, 31 de diciembre de 2013

¿Sin rostro la política de EE.UU. hacia Cuba?

Tomado de La Pupila Insomne
Por Iroel Sánchez

Si algo han enseñado cincuenticinco años de confrontación entre Cuba y Estados Unidos es la predisposición positiva de los funcionarios a cargo de la política exterior norteamericana para insultar al gobierno de La Habana. Un libro que recogiera sus declaraciones a la prensa debería tener -con un cálculo conservador- miles de páginas.
 
Si se hiciera esa obra podríamos percatarnos de cómo han ido evolucionando los pretextos para sostener una política hacia Cuba que los últimos en reconocer que debe modificarse -aunque con los mismos objetivos de “cambio de régimen”- han sido el presidente Barack Obama y el Secretario de Estado John Kerry.

De la alianza con la Unión Soviética, el apoyo a los movimientos de liberación nacional en Latinoamérica, la presencia militar en África y el respaldo a las guerrillas en Centroamérica, Washington pasó a esgrimir el estado de los Derechos Humanos en la Isla para sostener su política de bloqueo económico. En ese tema, como la realidad no le suministra argumentos, EE.UU. los crea mediante la asignación de fondos -anualmente veinte millones al Departamento de Estado y treinta a las emisoras Radio y Televisión Martí- que financien grupos dentro de Cuba presentados como luchadores por las libertades individuales. Como han explicado los propios diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana en los cables revelados por Wikileaks sobre estas personas,  ”la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos”.

En resumen, en ausencia de pretextos para mantener su política hacia Cuba, Estados Unidos destina cincuenta millones de dólares cada año a fabricarlos. Sobre ello no hay novedad. Lo realmente novedoso es que en este fin de año, la prensa internacional sólo haya podido encontrar un “alto funcionario de la diplomacia estadounidense que pidió el anonimato” para repetir el gastado discurso que quiere escuchar la industria del anticastrismo con asiento en Miami, beneficiaria de esos dineros. 

Según la agencia AFP, única con acceso a la exclusiva declaración, el anónimo señor del Departamento de Estado le dijo que el gobierno estadounidense está “enfocado en la necesidad de mejorar las condiciones de los derechos humanos y el respeto hacia las libertades fundamentales en Cuba” y eso le valió despliegues del titular en diarios como El Nuevo Herald:Habrá diálogo si mejoran DDHH en Cuba, responde EEUU a Raúl Castro”. 
Las afirmaciones del presidente  del presidente cubano, Raúl Castro,  en la clausura del Segundo Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional, a las que alude AFP, fueron las siguientes:

“Si en los últimos tiempos hemos sido capaces de sostener algunos intercambios sobre temas de beneficio mutuo entre Cuba y los Estados Unidos, consideramos que podemos resolver otros asuntos de interés y establecer una relación civilizada entre ambos países como desea nuestro pueblo y la amplia mayoría de los ciudadanos estadounidenses y la emigración cubana.

“En lo que a nosotros respecta, hemos expresado en múltiples ocasiones la disposición para sostener con Estados Unidos un diálogo respetuoso, en igualdad y sin comprometer la independencia, soberanía y autodeterminación de la nación. No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social ni aceptamos negociar el nuestro. Si realmente deseamos avanzar en las relaciones bilaterales, tendremos que aprender a respetar mutuamente nuestras diferencias y acostumbrarnos a convivir pacíficamente con ellas. Solo así; de lo contrario, estamos dispuestos a soportar otros 55 años en la misma situación.”

Interesante, muy interesante, que nadie en Washington quiera dar la cara para responder ese planteamiento y defender una política que hasta el propio presidente Obama considera que ya no puede ser la de 1961. Allá los que se quieran inventar el entusiasmo por el pasado luego de un año en que 188 países condenaron en la ONU el bloqueo económico de EE.UU. contra Cuba, la Isla fue reelecta al Consejo de Derechos Humanos de esa organización, John Kerry -interrogado sobre el “contratista” del Departamento de Estado preso en Cuba por acciones subversivas- dijo  ”estamos en algunas conversaciones sobre las que no puedo entrar en detalle”, se sostuvieron reuniones sobre el correo postal y la migración entre ambos países y Barack Obama no tuvo más remedio que saludar al presidente cubano en los funerales de Nelson Mandela.

Tiene uno la impresión de que la realidad va en una dirección y la “diplomacia estadounidense que pidió el anonimato”, así como quienes la amplifican entusiastamente, en otra.

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