lunes, 5 de mayo de 2014

Después de 1959, el privilegio de la minoría se convirtió en un derecho del todo el pueblo.



Hoy en día, se puede observar, como cualquier familia cubana se llena de alegría viendo (en plazas, parques o calles) a sus más pequeños, a sus padres o abuelos participando en actividades de educación física, realizando tablas de ejercicios compuestas por movimientos de diversos grados de complejidad, entre banderines, cintas y otros artículos para complementar la coreografía corporal.

Este regocijo fue realmente una conquista de la Revolución cubana, la cual se concretó cuando la educación física se convirtió en una disciplina en las escuelas de todos los niveles del país.

En la primera década del Siglo XIX, Cuba se situó como la primera de América Latina en implementar la práctica de la educación física bajo un programa pedagógico avanzado, con el objetivo lograr un desarrollo humano integral. Fue en 1839, en La Habana, cuando se abrió las puertas de la primera instalación conocida como “Gimnasio Normal”, siendo el punto de partida para el posterior desarrollo de varias disciplinas deportivas. Uno de sus patrocinadores fue José de la Luz y Caballero.

Sin embargo, durante el período de la neorepública (1902-1958), la práctica deportiva se convirtió en un vicioso lucro. El 19 de noviembre de 1961, el Comandante Fidel Castro, en su discurso frente a la Plenaria Nacional de los Consejos Voluntarios del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), había hecho un retrato exacto de lo que era el deporte en Cuba antes del triunfo revolucionario: “El deporte, ¿qué había pasado a ser el deporte?  Aparte del entretenimiento para los hijos de las familias ricas, que lo practicaban en las escuelas o en sus clubes aristocráticos, el deporte se había convertido, también, en un negocio; el deporte se había convertido, también, en una mercancía, se había convertido, también, en un objeto de explotación.”
“¿Por qué les iba a interesar la educación física y el deporte a los monopolios explotadores que mandaban en nuestro país?  ¿Por qué les iba a interesar la salud del pueblo a los explotadores del pueblo?  No les podía interesar la educación física ni el deporte, como no les interesaba que millones de cubanos se quedaran sin aprender a leer ni a escribir, como no les interesaba que cientos de miles de cubanos estuviesen sin trabajo, como no les importaba que cientos de miles de niños anduviesen desnudos o descalzos, como no les importaba el porcentaje de mortalidad entre los niños, como no les importaba la longevidad en la vida humana.”

Antes de enero de 1959, sólo un 0,25% de la población tenía acceso a las prácticas de deportes, debido a las anteriores razones expuestas. Las infraestructuras deportivas estatales eran prácticamente nulas y las escuelas especializadas en la esfera pertenecían al sector privado, el cual convertía al deporte en una vil vía de enriquecimiento. El deporte había caído bajo la sombra de las apuestas o en el provechoso trasiego de compra-y-venta de atletas. Con tantos años de vicios, ya se había creado en la sociedad cubana una “natural” cultura en determinados profesionales, quienes estimaban esta práctica como normal para poder abrirse paso en el sustento económico, sometiéndose a las virulentas artimañas del sector más rico o de la Mafia radicada, principalmente, en la capital del país.

Pocos fueron los cubanos que pudieron abrirse paso en algunas disciplinas deportivas.  Sus ascensos fueron los resultados de excepcionales aptitudes personales, lo cual les permitió desarrollar la genialidad de sus habilidades y alcanzar altos triunfos: Ramón Fonst Segundo (esgrima), Manuel Dionisio Díaz (sable), José Raúl Capablanca (ajedrez), Eligio Sardiñas Montalvo (el gran Kid Chocolate_ Boxeo), Gerardo González (Kid Gavilán_Boxeo), José Ángel Nápoles (Kid "Mantequilla"_Boxeo), Félix "El Andarín" Carvajal (Maratón), José Barrientos Schweyer (Atletismo), Carlos de Cárdenas Cumel (Yatismo), Carlos de Cárdenas Pla (Yatismo), Rafael Fortún (Atletismo) o Reinaldo Paseiro (Ciclismo). Aunque muchos de ellos, sin poder evitarlo, fueron una mercancía explotada también.

Pocos días de haber triunfado la Revolución, el 29 de enero de 1959, ya Fidel daba a conocer las intensiones del nuevo proceso social con referencia a las prácticas deportivas: "Venimos decididos a impulsar el deporte a toda costa, llevarlo tan lejos como sea posible..."

Con la creación de la dirección General de Deportes (DGD), el 14 de enero de 1959, y la posterior aprobación de la ley 936 del 23 de febrero de 1961, la cual creó el Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), se fueron tomando medidas que dieron al surgimiento de diferentes instituciones que se integraban en la planificación, dirección y ejecución de los diferentes programas de las actividades deportivas y la proyección internacional del mismo; garantizando, de esta manera, la máxima: “El deporte, derecho del pueblo”.

Hoy en día, Cuba cuenta con cerca de 11 mil instalaciones deportivas al servicio del pueblo de forma gratuita y se garantiza la captación de atletas en todos los niveles educacionales; así como asegurar en las diferentes generaciones una cultura en la práctica de actividades físicas, lo cual favorezca el aumento de los niveles de salud y calidad de vida; además de proporcionar mejoría de las capacidades físicas y psíquicas de la población en general, a través de la realización de diversas actividades recreativas en el tiempo libre, las cuales generen valores que fortalezcan los principios de unidad, cooperación, integración, respeto, modestia y humildad. Un hecho que se a convertido en realidad a partir de las palabras de Fidel: “Es por eso, el deporte es una tan maravillosa actividad que no solo ayuda a la salud física, no solo ayuda a formar el carácter,…, sino que también alienta al pueblo, entretiene al pueblo, entusiasma al pueblo, y hace feliz al pueblo.”

La práctica del deporte y la cultura de la educación física se han extendido más allá de las instituciones educacionales. También hay combinados deportivos que enseñan diferentes disciplinas deportivas.

La incorporación de algunas técnicas asiáticas, el Tai Chi Chuan o el Chi Kung, han pasado a ser algo cotidiano en los círculos de abuelos en muchos barrios cubanos. Incluso, para fortificar las técnicas, el INDER ha destinado personal para el asesoramiento de estas actividades y ha creado competiciones demostrativas amistosas que incentivan a las abuelas y abuelos a continuar practicando, no tanto con objetivo de perfeccionamiento (aunque no está de más), sino como método terapéutico dirigido al mejoramiento de la salud. Incluso, para calzar estas prácticas, en algunos lugares, el INDER ha propiciado los llamados Gimnasios Biosaludables de Cultura Física. Estos no son más que Parques Deportivos al aire libre, compuestos de un conjunto de aparatos mecánicos que facilitan el mejoramiento de determinados planos musculares.

Uno de estos Parques se encuentra en Nueva Gerona, la Isla de la Juventud, Cuba, frente al estadio de béisbol Cristóbal Labra, el cual no para de tener actividad todo el día; ya que está abierto al acceso de todos. Allí conversé con Manuel Frómeta Galeano, quien lleva trabajando en el INDER cerca de 20 años como Profesor de Cultura Física y últimamente 3 años atendiendo el este Parque Biosaludable.

Su cometido es poder asesorar a todos aquel que se acerque al Parque con inquietudes. Primero toma las medidas topométricas, realiza un diagnóstico antes y durante el período de ejercicios; así como dosifica la carga de ejercicios del interesado y le da seguimiento. Además, la actuación de estos profesionales, muchas veces tiene una estrecha coordinación con los Consultorios del Médico de la Familia de los barrios; lo cual facilita la atención adecuada de pacientes, abuelas, abuelos, mujeres, niños y hombres con determinadas dolencias o discapacidad.

Con gran sabor cubano, el profesor Frómeta nos comenta que sabe que está cumpliendo su función, cuando las mujeres que asisten al Parque, le comentan que “al ir a la playa, no paran de recibir piropos. Eso quiere decir que mantienen la línea… en buen cubano: están buenas.” Pero amén del chiste, nos expone una realidad: “le corresponde al INDER proyectar, también, un plan de mantenimiento y reparación de estos Parques, con el objetivo que sigan siendo un disfrute de toda la sociedad cubana.”

Proyectos como estos son otro ejemplo más del interés que la Revolución cubana ha dado para crear beneficios al pueblo, cambiando lo que era una práctica viciosa de lucro en una conquista popular. 

“Parecía difícil de comprender que la Revolución se propusiese cambiar ese concepto del deporte, es decir, el deporte como medio, y crear otro concepto, el cual debe ser el verdadero concepto del deporte.  Es decir, no el deporte como medio, sino el deporte como fin en sí mismo; no el deporte para una minoría, sino el deporte para todo el pueblo.  Y antes que el deporte mismo —porque el deporte significa competencia—.” Fue una labor pedagógica, política e ideológica que llevó su proceso, pero como lo dio a entender el comandante Fidel Castro, lo cual hoy demuestra la valía humanitaria de esta actividad dentro del proceso socialista: “la educación física del pueblo, que es la base del deporte.”

Fotos: Gustavo de la Torre Morales

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