Hoy en día, se puede observar, como cualquier familia cubana
se llena de alegría viendo (en plazas, parques o calles) a sus más pequeños, a
sus padres o abuelos participando en actividades de educación física,
realizando tablas de ejercicios compuestas por movimientos de diversos grados
de complejidad, entre banderines, cintas y otros artículos para complementar la
coreografía corporal.
Este regocijo fue realmente una conquista de la Revolución
cubana, la cual se concretó cuando la educación física se convirtió en una
disciplina en las escuelas de todos los niveles del país.
En la primera década del Siglo XIX, Cuba se situó como la
primera de América Latina en implementar la práctica de la educación física
bajo un programa pedagógico avanzado, con el objetivo lograr un desarrollo
humano integral. Fue en 1839, en La Habana, cuando se abrió las puertas de la primera
instalación conocida como “Gimnasio Normal”, siendo el punto de partida para el
posterior desarrollo de varias disciplinas deportivas. Uno de sus
patrocinadores fue José de la Luz y Caballero.
Sin embargo, durante el período de la
neorepública (1902-1958), la práctica deportiva se convirtió en un vicioso
lucro. El 19 de noviembre de 1961, el Comandante Fidel Castro, en su
discurso frente a la Plenaria Nacional de los Consejos Voluntarios del Instituto Nacional de Deportes, Educación
Física y Recreación (INDER), había hecho un retrato exacto de lo que era
el deporte en Cuba antes del triunfo revolucionario: “El deporte, ¿qué había
pasado a ser el deporte? Aparte del
entretenimiento para los hijos de las familias ricas, que lo practicaban en las
escuelas o en sus clubes aristocráticos, el deporte se había convertido, también,
en un negocio; el deporte se había convertido, también, en una mercancía, se
había convertido, también, en un objeto de explotación.”
…
“¿Por qué les iba a
interesar la educación física y el deporte a los monopolios explotadores que
mandaban en nuestro país? ¿Por qué les
iba a interesar la salud del pueblo a los explotadores del pueblo? No les podía interesar la educación física ni
el deporte, como no les interesaba que millones de cubanos se quedaran sin
aprender a leer ni a escribir, como no les interesaba que cientos de miles de
cubanos estuviesen sin trabajo, como no les importaba que cientos de miles de
niños anduviesen desnudos o descalzos, como no les importaba el porcentaje de
mortalidad entre los niños, como no les importaba la longevidad en la vida
humana.”
Antes de enero de 1959, sólo un
0,25% de la población tenía acceso a las prácticas de deportes, debido a las
anteriores razones expuestas. Las infraestructuras deportivas estatales eran
prácticamente nulas y las escuelas especializadas en la esfera pertenecían al sector
privado, el cual convertía al deporte en una vil vía de enriquecimiento. El
deporte había caído bajo la sombra de las apuestas o en el provechoso trasiego
de compra-y-venta de atletas. Con tantos años de vicios, ya se había creado en
la sociedad cubana una “natural” cultura en determinados profesionales, quienes
estimaban esta práctica como normal para poder abrirse paso en el sustento
económico, sometiéndose a las virulentas artimañas del sector más rico o de la
Mafia radicada, principalmente, en la capital del país.
Pocos fueron los cubanos que
pudieron abrirse paso en algunas disciplinas deportivas. Sus ascensos fueron los resultados de
excepcionales aptitudes personales, lo cual les permitió desarrollar la
genialidad de sus habilidades y alcanzar altos triunfos: Ramón Fonst Segundo (esgrima),
Manuel Dionisio Díaz (sable), José Raúl Capablanca (ajedrez), Eligio Sardiñas
Montalvo (el gran Kid Chocolate_ Boxeo), Gerardo González (Kid Gavilán_Boxeo),
José Ángel Nápoles (Kid "Mantequilla"_Boxeo), Félix "El
Andarín" Carvajal (Maratón), José Barrientos Schweyer (Atletismo), Carlos
de Cárdenas Cumel (Yatismo), Carlos de Cárdenas Pla (Yatismo), Rafael Fortún
(Atletismo) o Reinaldo Paseiro
(Ciclismo). Aunque muchos de ellos, sin poder evitarlo, fueron una mercancía
explotada también.
Pocos
días de haber triunfado la Revolución, el 29 de enero de 1959, ya Fidel daba a
conocer las intensiones del nuevo proceso social con referencia a las prácticas
deportivas: "Venimos decididos a
impulsar el deporte a toda costa, llevarlo tan lejos como sea posible..."
Con la creación
de la dirección General de Deportes (DGD), el 14 de enero de 1959, y la
posterior aprobación de la ley 936 del 23 de febrero de 1961, la cual creó el
Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), se fueron
tomando medidas que dieron al surgimiento de diferentes instituciones que se
integraban en la planificación, dirección y ejecución de los diferentes
programas de las actividades deportivas y la proyección internacional del
mismo; garantizando, de esta manera, la máxima: “El deporte, derecho del pueblo”.
Hoy en día, Cuba cuenta con cerca de 11 mil instalaciones
deportivas al servicio del pueblo de forma gratuita y se garantiza la captación
de atletas en todos los niveles educacionales; así como asegurar en las
diferentes generaciones una cultura en la práctica de actividades físicas, lo
cual favorezca el aumento de los niveles de salud y calidad de vida; además de
proporcionar mejoría de las capacidades físicas y psíquicas de la población en
general, a través de la realización de diversas actividades recreativas en el
tiempo libre, las cuales generen valores que fortalezcan los principios de
unidad, cooperación, integración, respeto, modestia y humildad. Un hecho que se a convertido en realidad
a partir de las palabras de Fidel: “Es por eso, el deporte es una tan maravillosa actividad que no solo ayuda
a la salud física, no solo ayuda a formar el carácter,…, sino que también alienta
al pueblo, entretiene al pueblo, entusiasma al pueblo, y hace feliz al pueblo.”
La práctica
del deporte y la cultura de la educación física se han extendido más allá de
las instituciones educacionales. También hay combinados
deportivos que enseñan diferentes disciplinas deportivas.
La incorporación de algunas técnicas
asiáticas, el Tai Chi Chuan o el Chi Kung, han pasado a ser algo cotidiano en
los círculos de abuelos en muchos barrios cubanos. Incluso, para fortificar las
técnicas, el INDER ha destinado personal para el asesoramiento de estas
actividades y ha creado competiciones demostrativas amistosas que incentivan a
las abuelas y abuelos a continuar practicando, no tanto con objetivo de
perfeccionamiento (aunque no está de más), sino como método terapéutico dirigido
al mejoramiento de la salud. Incluso, para calzar estas prácticas, en algunos
lugares, el INDER ha propiciado los llamados Gimnasios Biosaludables de Cultura
Física. Estos no son más que Parques Deportivos al aire libre, compuestos de un
conjunto de aparatos mecánicos que facilitan el mejoramiento de determinados
planos musculares.
Uno de estos Parques se encuentra en
Nueva Gerona, la Isla de la Juventud, Cuba, frente al estadio de béisbol Cristóbal Labra, el cual no para de tener actividad
todo el día; ya que está abierto al acceso de todos. Allí conversé con Manuel
Frómeta Galeano, quien lleva trabajando en el INDER cerca de 20 años como
Profesor de Cultura Física y últimamente 3 años atendiendo el este Parque
Biosaludable.
Su cometido es poder asesorar a
todos aquel que se acerque al Parque con inquietudes. Primero toma las medidas
topométricas, realiza un diagnóstico antes y durante el período de ejercicios;
así como dosifica la carga de ejercicios del interesado y le da seguimiento. Además,
la actuación de estos profesionales, muchas veces tiene una estrecha coordinación
con los Consultorios del Médico de la Familia de los barrios; lo cual facilita
la atención adecuada de pacientes, abuelas, abuelos, mujeres, niños y hombres
con determinadas dolencias o discapacidad.
Con gran sabor cubano, el profesor Frómeta nos comenta que sabe que está
cumpliendo su función, cuando las mujeres que asisten al Parque, le comentan
que “al ir a la playa, no paran de recibir piropos. Eso quiere decir que
mantienen la línea… en buen cubano: están buenas.” Pero amén del chiste, nos
expone una realidad: “le corresponde al INDER proyectar, también, un plan de mantenimiento y
reparación de estos Parques, con el objetivo que sigan siendo un disfrute de
toda la sociedad cubana.”
Proyectos como estos son otro
ejemplo más del interés que la Revolución cubana ha dado para crear beneficios
al pueblo, cambiando lo que era una práctica viciosa de lucro en una conquista
popular.
“Parecía difícil de comprender que la Revolución se propusiese cambiar ese
concepto del deporte, es decir, el deporte como medio, y crear otro concepto,
el cual debe ser el verdadero concepto del deporte. Es decir, no el deporte como medio, sino el
deporte como fin en sí mismo; no el deporte para una minoría, sino el deporte
para todo el pueblo. Y antes que el
deporte mismo —porque el deporte significa competencia—.” Fue una
labor pedagógica, política e ideológica que llevó su proceso, pero como lo dio
a entender el comandante Fidel Castro, lo cual hoy demuestra la valía humanitaria de esta actividad dentro del
proceso socialista: “la educación física del pueblo, que es la base del deporte.”
Fotos: Gustavo de la Torre Morales |
No hay comentarios:
Publicar un comentario