Fidel Castro Ruz denunció el 2 de junio de 1964 el probable empleo por los yanquis de la guerra bacteriológica contra nuestro pueblo. (Foto: Autor no identificado) |
Por Pedro Etcheverry Vázquez
Durante más de medio siglo, dentro del arsenal de
modalidades subversivas aplicadas por los Estados Unidos en su política
agresiva y hostil contra Cuba, han estado presentes las acciones de
guerra biológica. La característica común de estas agresiones es su
coincidencia en el tiempo con el impulso del Gobierno Revolucionario a
los planes de desarrollo de actividades productivas específicas,
destinadas a fortalecer la capacidad exportadora de la nación y la base
alimentaria de nuestro pueblo.
Los daños causados han sido muy costosos, por
la dolorosa pérdida de vidas humanas, los perjuicios materiales
causados y los enormes recursos financieros dedicados al enfrentamiento
de este tipo de agresiones.
Ya en 1962 el Gobierno
estadounidense comenzó a utilizar estos criminales métodos. El 18 de
enero, en un documento secreto titulado Proyecto Cuba, donde se exponían las 32 tareas originales de la Operación Mangosta, aparecía la siguiente formulación:
Tarea 21: “La CIA someterá el 15 de febrero
un plan para provocar fracasos en las cosechas alimentarias en Cuba”.
La Tarea 33 planteaba “...un plan para incapacitar a los trabajadores
azucareros cubanos durante la zafra, mediante el empleo de medios
químicos bélicos”. Este año se produjo una epizootia (epidemia entre
los animales) de newcastle, enfermedad de origen viral que afectó más de un millón de aves de corral en Pinar del Río, La Habana y Matanzas.
Fidel denuncia
El 29 de mayo de 1964, vecinos de zonas rurales de
Sancti Spíritus observaron el descenso de objetos brillantes que al
hacer contacto con la tierra se disolvían, dejando en la superficie una
sustancia gelatinosa que se diluía en horas. El 2 de junio siguiente
el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó la probabilidad de que el
Gobierno estadounidense estuviera detrás de estos hechos. Los
acontecimientos ocurridos posteriormente demostraron que el máximo
líder de la Revolución Cubana tenía razón.
El 19 de enero de 1965, en la
finca Santa Catalina, en Santiago de las Vegas, descendió otro globo
plástico y al impactar en el suelo expulsó un polvo blanco que afectó
un cañaveral. El 4 de septiembre de 1968 fue detenido un extranjero al
comprobarse que, actuando al servicio de la CIA, había introducido en
Cuba un virus para perjudicar la producción de azúcar. Se ocupó el
material biológico y se expulsó del país al visitante.
A principios de mayo de 1971, en el Instituto de Medicina Veterinaria se registraron los primeros casos de la fiebre porcina africana aparecida
en el municipio de Boyeros, en La Habana, y que después se propagó a
otras regiones. Hubo que sacrificar medio millón de cerdos.
En el momento del brote, la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Ejército de Estados Unidos
estaban experimentando con venenos, toxinas mortales, productos para la
destrucción de cosechas y otras técnicas de la guerra biológica.
En 1977, el periódico Newsday,
de Long Island, Nueva York, dio a conocer que un recipiente que
contenía el virus de la fiebre porcinahabía sido entregado a un agente
en Fort Gulick, una base militar de Estados Unidos en el Canal de
Panamá, con la misión de hacerlo llegar a una organización terrorista
en Cuba.
En septiembre de 1978, en Holguín
se presentó la roya de la caña y hubo que demoler 30 por ciento de las
plantaciones. Se sustituyeron 480 mil hectáreas. Al año siguiente
apareció, en Villa Clara, el moho azul del tabaco, que al expandirse con alta virulencia, provocó la disminución en las exportaciones y perjuicios al consumo nacional.
Objetivo: la niñez cubana
En 1981, se detectaron los primeros casos de fiebre
hemorrágica que causó la muerte a cuatro niños en el municipio de
Boyeros. Unos días después, los laboratorios del Instituto de Higiene,
Epidemiología y Microbiología y el Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí, del Ministerio de Salud Pública, diagnosticaron una epidemia de
dengue del serotipo 02, que afectó a todo el territorio nacional.
El Departamento del Tesoro de
Estados Unidos demoró la autorización de la venta y envío a Cuba de los
insecticidas específicos para atacar el mosquito Aedes aegypti y
los aspersores de fumigación necesarios para combatirlo. El Gobierno
Revolucionario tuvo que adquirirlos en terceros países, a un costo
adicional de varios millones de dólares y con la correspondiente demora
en su llegada, lo que provocó muchos fallecimientos.
El Ejército norteamericano había informado de la existencia de una vacuna que incluía la protección contra el dengue-2,
que le fue aplicada a la población de la Base Naval de Guantánamo, lo
que propició que en dicho enclave militar no se registrara un solo
enfermo.
Las investigaciones condujeron a
la evidencia de que la epidemia fue introducida deliberadamente en el
territorio nacional, por agentes al servicio del Gobierno de Estados
Unidos.
Especialistas norteamericanos en guerra biológica habían sido los únicos en obtener una variedad de mosquito Aedes aegypti sensiblemente asociada a la transmisión del virus 2,
según informó el coronel Phillip Russell, en el XIV Congreso
Internacional del Océano Pacífico, efectuado en 1979, dos años antes de
que se desatara la epidemia en Cuba.
En total, se registraron 344 mil
203 personas aquejadas (incluyendo 10 mil 312 graves), 116 mil 143
enfermos fueron hospitalizados, unos 24 mil padecieron hemorragias y 10
mil 224 sufrieron shocks. Murieron 158 pacientes, incluyendo 101 niños.
El 9 de septiembre de ese año, cuando todavía no había concluido la batalla contra el dengue, se detectó la conjuntivitis hemorrágica,
que alcanzó una rápida diseminación. Una semana después, durante la
inauguración de la 68 Conferencia Mundial de la Unión
Interparlamentaria, celebrada en al Palacio de Convenciones, de La
Habana, Fidel denunció que el Gobierno de los Estados Unidos estaba
utilizando armas biológicas contra Cuba.
El 10 de octubre de 1981 se reportó el último caso de dengue.
Un brote de disentería ocasionó la muerte de 18 niños en Guantánamo durante 1984 y se extendió a Santiago de Cuba. Las investigaciones arrojaron el aislamiento de la bacteria shigella serotipo 01, no reportada anteriormente en el país. Los dos primeros casos habían participado en una actividad festiva dentro de la Base Naval de Guantánamo, donde ingirieron alimentos y bebidas ligeras.
A finales de septiembre de este último año,
el contrarrevolucionario Eduardo Arocena Pérez, cabecilla de la
organización terrorista Omega-7 y conocido por sus vínculos con la CIA,
fue declarado culpable del asesinato del diplomático cubano Félix
García Rodríguez y de numerosos actos violentos cometidos dentro del
territorio norteamericano.
En un juicio que tardó cinco
semanas, el jurado federal no hizo mención a las declaraciones del
terrorista en el sentido de que la misión de su grupo era “obtener
ciertos gérmenes e introducirlos en Cuba”.
Posteriormente, en la zona de
Monte Oscuro, en Palma Soriano, se detectó la roya del café, que
provocó la demolición de más de 300 caballerías, y el despliegue de un
intenso tratamiento que duró más de tres años.
Durante el período especial.
Tras la desaparición del campo socialista europeo, en
el otoño de 1989, y la desintegración de la URSS, en agosto de 1991,
la economía cubana se vio significativamente afectada, ya que el 85 por
ciento de su intercambio comercial era con la Unión Soviética.
El sector agropecuario tuvo que
enfrentarse a un reto de grandes proporciones, al verse reducidos los
insumos de que disponía para el aseguramiento de los cultivos y las
producciones pecuarias, y al tener que responder a una demanda
incrementada por las restricciones en las importaciones de alimentos,
como consecuencia de las nuevas medidas tomadas por el Gobierno de
Estados Unidos. Comenzó para nuestro pueblo el denominado período
especial en tiempos de paz, y en estas complejas circunstancias otras
epidemias azotaron al país.
En octubre de 1990, cuando se
desarrollaban intensamente los planes de producción agrícola para
apoyar el Programa Alimentario, apareció la sigatoka negra en
lotes de plátanos de Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, en
Contramaestre, Guamá, Palma Soriano y Santiago de Cuba, y en Minas de
Matahambre y Mantua, en Pinar del Río. Cuatro meses más tarde se
detectó la presencia de acarosis, una
enfermedad que afectó la apicultura en Ciego de Ávila, Camagüey,
Holguín, Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma. Este mal acortaba el
ciclo de vida de las abejas. En mayo de 1993 se conoció la presencia de
la enfermedad hemorrágica viral del conejo en los alrededores de la
capital y esta se extendió a los territorios de La Habana y Matanzas.
Se sacrificaron o murieron 122 mil 135 animales.
La producción de cítricos también
fue un objetivo en esta sucia guerra biológica contra Cuba. En
diciembre de 1992 fue detectado en Caimanera, Guantánamo, el pulgón negro,el
vector más agresivo de la tristeza de los cítricos. Poco menos de un
año después apareció el minador de los cítricos en Ceiba del Agua, en
La Habana, y al cabo de cinco meses ya se encontraba desde Pinar del
Río hasta Camagüey, causando retraso en el crecimiento de las posturas.
Si había dudas sobre las causas de tan extrañas plagas, un hecho
despejó incógnitas: el 10 de febrero de 1995, en el Aeropuerto
Internacional José Martí, varios tubos de ensayo con el virus de la
tristeza del cítrico fueron descubiertos dentro del equipaje de un
científico extranjero. Los recipientes resultaron decomisados y el
portador tuvo que abandonar el país.
Hubo más “casualidades”. El 21 de febrero apareció la broca del cafeto en
Buey Arriba, Granma, y en Guamá, Santiago de Cuba, coincidiendo con la
visita de un grupo de norteamericanos que supuestamente pertenecían a
una organización no gubernamental. Considerada la peor plaga de este
cultivo, se le atribuyeron pérdidas de hasta el 80 por ciento de las
cosechas y daños directos a los rendimientos agrícolas.
In fraganti
El 21 de octubre de 1996, los tripulantes del vuelo
de Cubana de Aviación CU-710, que cubría el itinerario La Habana-Las
Tunas, observaron sobre el corredor aéreo Girón, en la región
occidental, una aeronave monomotor de fumigación modelo S2R, matrícula
N3093M, operada por el Departamento de Estado norteamericano, que volaba
de norte a sur a unos mil pies por encima de ellos, y que roció
sustancias desconocidas. Dicha aeronave había despegado de la Base
Patrick de la Fuerza Aérea en Cocoa Beach, Florida, con destino a Gran
Cayman. Dos meses después apareció la plaga thrips palmi karny en cultivos de papa de la variedad Diamand,
en la Empresa de Cultivos Varios de Jovellanos. El Gobierno
Revolucionario denunció oportunamente esta nueva agresión biológica.
El 8 de octubre de ese mismo año,
durante la clausura del V Congreso del Partido, Fidel señaló: “Nosotros
estamos seguros de que durante un largo período de tiempo el Gobierno
de Estados Unidos era responsable de estos hechos, […] porque ellos
inventaron todo: cómo contaminar el azúcar que iba en los transportes
de los barcos, cómo afectar el comercio, cómo afectarlo todo. […] Son
muchas plagas seguidas contra cultivos esenciales: arroz, cítricos,
papa, vianda, plátano, caña, café, tabaco, […] ¿Tenemos o no tenemos
derecho a denunciar cuando ocurre algo de esto? Sobre algunas de estas
cosas no se han hecho denuncias: ¿Cómo usted lo prueba? Incluso algunas
de estas plagas pueden ser introducidas por mafias, por grupos
contrarrevolucionarios” […] “Cualquier día aparecen unos senadores o
unos legisladores y desclasifican algunos documentos […] en que se diga
cómo se introdujeron plagas de este tipo en nuestro país. […] Cuántas
veces no nos habrán tomado a nosotros de conejillos de Indias para
probar los efectos de enfermedades, en las plantas, en el hombre”.
La guerra sucia continúa
La llegada del nuevo milenio no implicó que
disminuyeran “las casualidades” en el sector agropecuario. En noviembre
del 2002 apareció en la provincia de La Habana el síndrome gastroentérico transmisible del cerdo,
provocado por un virus exótico, sin antecedentes en nuestra masa
porcina. Durante la investigación realizada por científicos cubanos se
concluyó que la cepa coincidía genéticamente con la aislada en Estados
Unidos durante una epidemia ocurrida en 1999.
Cuba ha sido objeto de numerosas
agresiones biológicas. La voluntad política del Gobierno Revolucionario
de destinar los recursos que fueran necesarios para enfrentar estos
males, la dedicación del personal especializado de los ministerios de
Salud Pública y Agricultura, de la Academia de Ciencias y de otras
instituciones científicas, más el oportuno apoyo brindado por las
organizaciones políticas y de masas en el enfrentamiento a este tipo de
agresiones, han evitado que las afectaciones sean mucho mayores. La
guerra biológica que ha causado tanto daño y luto a nuestro pueblo
constituye un hecho irrefutable.
En 1971 se desató el virus de la fiebre porcina africana y hubo que sacrificar medio millón de cerdos. Foto: Autor no identificado) |
____________
Guerra biológica:
acciones encubiertas con fines subversivos, a partir de la introducción
de bacterias, virus, hongos, toxinas, ácaros y otros organismos
productores de enfermedades existentes en la naturaleza —ocasionalmente
procesados en laboratorios para dificultar su enfrentamiento— con el
propósito de subvertir la situación social y económica de una nación.
“Cuando regresamos del aeropuerto, vomitó
el desayuno. Y al poco rato me dijo: ¡Ay, me caigo! […]. A las 10 de la
noche de ese mismo día le repitió el mareo y regresamos al hospital
[…]. Decidieron ingresarla […]. A media noche le pedí que durmiera y me
respondió que no porque se iba a morir […]. Antes de cerrar los ojos
me dio un beso muy frío y me pidió que no le soltara la manito […].
Como a las dos de la madrugada su mano comenzó a perder fuerzas dentro
de la mía. Cuando la miré estaba moradita […] Y ya […]. A los seis
meses, producto de eso, el padre murió, a él le atacó mucho el
corazón.” [Testimonio de Silvia Torres, madre de la niña Ernestina
Oñate, fallecida de dengue hemorrágico, a la edad de 12 años]
____________
*Especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (Cihse)
*Especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (Cihse)
Fuentes consultadas
Documentos localizados en Foreign Relations of the United States, 1961-1963 Volume X, Cuba 1961-1962 (Department of State, Washington, 1997); y Supuestas conspiraciones de asesinatos involucrando a líderes extranjeros. Informe provisional del Comité Selecto del Senado de Estados Unidos para estudiar operaciones gubernamentales relacionadas con las actividades de inteligencia (Imprenta del Gobierno de Estados Unidos, Washington, 1975). El discurso de Fidel en la clausura del V Congreso del Partido (Granma, 29 de octubre de 1997). La declaración de Fidel Denuncia probable empleo por los yanquis de la guerra bacteriológica contra nuestro pueblo (Revolución, 2 de junio de 1964). La Demanda del Pueblo Cubano contra el Gobierno de Estados Unidos por los Daños Económicos Ocasionados a Cuba (Editora Política, 2000). El texto periodístico Cuba denuncia agresión biológica (Granma, 7 de mayo de 1997). Declaración del terrorista de origen cubano Eduardo Arocena Pérez ante el Tribunal Federal de la ciudad de Nueva York (en Exp.2 FBINY, 1984).
Documentos localizados en Foreign Relations of the United States, 1961-1963 Volume X, Cuba 1961-1962 (Department of State, Washington, 1997); y Supuestas conspiraciones de asesinatos involucrando a líderes extranjeros. Informe provisional del Comité Selecto del Senado de Estados Unidos para estudiar operaciones gubernamentales relacionadas con las actividades de inteligencia (Imprenta del Gobierno de Estados Unidos, Washington, 1975). El discurso de Fidel en la clausura del V Congreso del Partido (Granma, 29 de octubre de 1997). La declaración de Fidel Denuncia probable empleo por los yanquis de la guerra bacteriológica contra nuestro pueblo (Revolución, 2 de junio de 1964). La Demanda del Pueblo Cubano contra el Gobierno de Estados Unidos por los Daños Económicos Ocasionados a Cuba (Editora Política, 2000). El texto periodístico Cuba denuncia agresión biológica (Granma, 7 de mayo de 1997). Declaración del terrorista de origen cubano Eduardo Arocena Pérez ante el Tribunal Federal de la ciudad de Nueva York (en Exp.2 FBINY, 1984).
No hay comentarios:
Publicar un comentario