Por Por Elizabeth Rivas
Los tiempos cambian y con ellos los métodos de dominación, y aunque
las ansias y objetivos son los mismos, ya no pueden instaurarse
dictadores a punta de fusil ni oscurecer naciones enteras con un
tenebroso Plan Cóndor, al menos no abiertamente, al menos no en contra
de la opinión pública internacional. Eso lo concluyeron muy bien
nuestros enemigos y debe haber sido esa una de las razones por las que
hoy sus objetivos se enmascaran y desarrollan detrás de estrategias
mediáticas que emplean la tecnología de la información.
Muchos adjetivos para una misma cosa diría yo, observemos: ¿Que son
los golpes blandos, revolución de colores, guerra no convencional,
golpes suaves, guarimbas, primavera árabe, guerra de cuarta generación,
guerra asimétrica o la famosa guerra psicológica? Entre estos y otros
fenómenos con denominación propia, según el país donde se lleven a cabo,
no existe diferencia alguna. Todos tienen como objetivo desestabilizar
gobiernos, siguiendo una línea que ha sido perfeccionada en el tiempo,
ejemplos sobran y no creo lógico redundar en ellos.
Cabría preguntarnos quienes son los encargados de prepararlos y
ejecutarlos, y observaríamos que “sorpresivamente” la respuesta acusaría
al gobierno de EE.UU. Pero la
curiosidad hace indagar ¿en qué parte de ese gobierno, en que lugar
especifico además de la USAID, el Departamento de Estado, la NSA, la CIA
y todas esa dependencias que históricamente se han dedicado a perpetrar
planes macabros? Después de varios clicks, la respuesta salió a
relucir: en el Comando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas
de EE.UU (SOCOM), que pertenece
al Departamento de Defensa de esa nación y que tiene entre sus
principales misiones las operaciones psicológicas (SYOPS).
Vaya sorpresa me lleve cuando conocí que las SYOPS son las encargadas
de modificar el criterio de las personas tanto a nivel nacional como de
la comunidad internacional sobre un tema de interés para el gobierno
estadounidense, y que por lo general el tema en cuestión es fabricado,
incluso que fomentan los conflictos internos de los países que
representan un obstáculo en el desarrollo y expansión tanto territorial
como económica de EE.UU. Que
insulto a la soberanía de las naciones, que burla al Derecho
Internacional y a las normas que rigen la autodeterminación de los
pueblos.
Una muestra de lo anterior la han sufrido países que han sido blanco
de estas operaciones por el hecho de poseer cuantiosos recursos
naturales o simplemente responder a gobiernos progresistas, ejemplo
Afganistán, Libia, Siria, Ecuador, Bolivia y Venezuela, o también Rusia y
Ucrania, por mencionar algunos.
Países a los cuales y para mayor desfachatez, son enviados contratistas de agencias pertenecientes al Departamento de Estado de EE.UU,
con el propósito de asistir a los llamados por ellos “países
necesitados”. Agencias como Acádemi (antigua Blackwater) que se nutren
de oficiales retirados provenientes de cualquiera de los servicios
armados que conforman el SOCOM y que como se ha visto en Ucrania, su
función principal es promover los conflictos civiles y no solucionarlos.
En fin camaradas, que ese país que tanto acusa y tan victima se hace
en cuanto forum se presenta, continúa manejando las riendas de la
agresión y la injerencia en los asuntos internos de cada Estado.
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