Carta de agradecimiento de una madre dirigida al director del
Hospital Juan Manuel Márquez de La Habana, que nos ha hecho llegar uno
de los lectores con el ruego de que se publique. La historia vale la
pena compartirla:
Tomado de CubaDebate
Quivicán, 21 de mayo del 2014
Respetable Director:
Soy una madre que por desdicha de la vida tuve que visitar su centro
en septiembre de este año, discúlpeme que le diga esto, pero en
cuestiones de salud no se puede pensar de otra manera. No obstante le
doy las gracias a Dios por ponerme en manos del equipo de profesionales
que usted dirige. No quisiera ser tediosa, porque sé que para mantener
un Hospital con tanta digna profesionalidad, no le debe alcanzar el
tiempo, por lo que seré breve.
Esto que le voy a contar se lo he hecho saber a cientos de personas e
inclusive a sus superiores, porque cuando se habla de la salud cubana,
no se cuenta a veces lo mejor pero, ¿y lo bueno? ¿Será que nos hemos
dedicado a verle las manchas al sol? Pienso que de lo bueno también hay que hablar.
Iré al grano, mi hija sufrió de una pérdida de visión,
cuando llegué a este centro. ¿Qué le puedo contar? Todo fue
maravilloso, a pesar de no tener referencias y sin “jaba”, e inclusive,
ni amistades, al llegar al Cuerpo de Guardia, el neurocirujano que se
encontraba y el resto de los médicos movilizaron todos sus esfuerzos y
finalmente decidieron dejarla ingresada en la Sala de Misceláneas donde
rápidamente fue atendida por la Dra. Zianna. ¡Director!, ¡qué sala, qué
personal, hasta el de servicio, portaban una majestuosa cortesía, que
sin exagerar le puedo decir que parecía un lugar donde se pagaba con divisa!
Durante 4 días la atendieron tan bien, que dentro de mi angustia me hacían sentirme segura, todo parecía impresionante y me comenté en varias ocasiones, ¡todavía hay buena salud en Cuba! Le
diré algo, si las condiciones materiales no estuvieran tan destruidas,
con su personal (en general) y un poquito de mejoras constructivas su
hospital, sin temor a equivocarme sería ¡qué Referencia Nacional, Referencia Mundial!, en los 16 años que hoy disfruta mi hija nunca había visto tanto calor humano como lo vi en su centro hospitalario.
Después de varios meses tuve que regresar otra vez, porque la niña se
cayó de la escalera del Pre y fue remitida hacia éste mismo lugar, esto
ocurrió el 13 de mayo cuando llegué, la misma historia y gracias a
Dios se encontraba su neurólogo Rogelio, que al conocer la historia acudió sin demora y entre todos fue valorada excelentemente.
¡Director! En solo 3 horitas mi hija fue revisada, placas, Tac,
Ultrasonido, análisis clínicos, fondo de ojos… Tenía que escribirle,
porque creo que soy una cubana más que debe agradecer la impresionante labor que hoy se realiza en su hospital, y como maestra de 26 años de profesión, me sentí comprometida con hacerle saber que ustedes; ¡sí son una potencia médica!
Discúlpeme por robarle su precioso tiempo, pero quiero pedirle un pequeño favor, hágale extensivo mi agradecimiento a todos sus colegas y en especial a aquellos que me llenaron de inspiración para escribirle,
ojalá algún día poderlo conocer, porque se que usted debe ser igual a
ellos, porque adónde quiera que se llegue a ese hospital, se manifiesta
la humanidad solidaridad y muy importante ¡el altruismo! Juan Manuel
Márquez donde esté, estará orgulloso de su colectivo ¡Felicidades!
Revolucionariamente,
Osmara Martínez Llanes
Quivicán, Mayabeque,
¡Gracias!
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