miércoles, 28 de mayo de 2014

Carta de una madre: De lo bueno también hay que hablar

Carta de agradecimiento de una madre dirigida al director del Hospital Juan Manuel Márquez de La Habana, que nos ha hecho llegar uno de los lectores con el ruego de que se publique. La historia vale la pena compartirla:
 
Tomado de CubaDebate

Quivicán, 21 de mayo del 2014

Respetable Director:

Soy una madre que por desdicha de la vida tuve que visitar su centro en septiembre de este año, discúlpeme que le diga esto, pero en cuestiones de salud no se puede pensar de otra manera. No obstante le doy las gracias a Dios por ponerme en manos del equipo de profesionales que usted dirige.  No quisiera ser tediosa, porque sé que para mantener un Hospital con tanta digna profesionalidad, no le debe alcanzar el tiempo, por lo que seré breve.

Esto que le voy a contar se lo he hecho saber a cientos de personas e inclusive a sus superiores, porque cuando se habla de la salud cubana, no se cuenta a veces lo mejor pero, ¿y lo bueno? ¿Será que nos hemos dedicado a verle las manchas al sol? Pienso que de lo bueno también hay que hablar.

Iré al grano, mi hija sufrió de una pérdida de visión, cuando llegué a este centro. ¿Qué le puedo contar? Todo fue maravilloso, a pesar de no tener referencias y sin “jaba”, e inclusive, ni amistades, al llegar al Cuerpo de Guardia, el neurocirujano que se encontraba y el resto de los médicos movilizaron todos sus esfuerzos y finalmente decidieron dejarla ingresada en la Sala de Misceláneas donde rápidamente fue atendida por la Dra. Zianna. ¡Director!, ¡qué sala, qué personal, hasta el de servicio, portaban una majestuosa cortesía, que sin exagerar le puedo decir que parecía un lugar donde se pagaba con divisa!

Durante 4 días la atendieron tan bien, que dentro de mi angustia me hacían sentirme segura, todo parecía impresionante y me comenté en varias ocasiones, ¡todavía hay buena salud en Cuba! Le diré algo, si las condiciones materiales no estuvieran tan destruidas, con su personal (en general) y un poquito de mejoras constructivas su hospital, sin temor a equivocarme sería ¡qué Referencia Nacional, Referencia Mundial!, en los 16 años que hoy disfruta mi hija nunca había visto tanto calor humano como lo vi en su centro hospitalario.

Después de varios meses tuve que regresar otra vez, porque la niña se cayó de la escalera del Pre y fue remitida hacia éste mismo lugar, esto ocurrió el  13 de mayo cuando llegué, la misma historia y gracias a Dios se encontraba su neurólogo Rogelio, que al conocer la historia acudió sin demora y entre todos fue valorada excelentemente. ¡Director! En solo 3 horitas mi hija fue revisada, placas, Tac, Ultrasonido, análisis clínicos, fondo de ojos… Tenía que escribirle, porque creo que soy una cubana más que debe agradecer la impresionante labor que hoy se realiza en su hospital, y como maestra de 26 años de profesión, me sentí comprometida con hacerle saber que ustedes; ¡sí son una potencia médica!

Discúlpeme por robarle su precioso tiempo, pero quiero pedirle un pequeño favor, hágale extensivo mi agradecimiento a todos sus colegas y en especial a aquellos que me llenaron de inspiración para escribirle, ojalá algún día poderlo conocer, porque se que usted debe ser igual a ellos, porque adónde quiera que se llegue a ese hospital, se manifiesta la humanidad solidaridad y muy importante ¡el altruismo! Juan Manuel Márquez  donde esté, estará orgulloso de su colectivo  ¡Felicidades!

Revolucionariamente,

Osmara Martínez Llanes
 
Quivicán, Mayabeque,

¡Gracias!

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