Cuba ha pasado por dos fases en su tránsito, desde finales del Siglo XV (con la llegada de Cristóbal Colón) hasta la actualidad.
La primera fase tuvo dos períodos: el primero se enmarca en
la lucha por la independencia, llevando una gesta mambisa contra la metrópolis
española y el segundo contra Estados Unidos; ya que Cuba, junto a Puerto Rico,
había pasado a ser neocolonia de los yanquis y donde el pueblo unido a
organizaciones revolucionarias clandestinas tuvieron que enfrentarse a gobiernos
de turno nacionales serviles al imperialismo. Un segundo período donde la
dependencia y subyugación a los intereses de un país foráneo marcó de
humillación la vida de los cubanos.
La segunda fase comenzó una vez que la Revolución cubana
triunfó en enero de 1959 y comenzó a forjarse un camino propio, enfrentando
disímiles de obstáculos: presiones diplomáticas, bloqueos económicos,
filtraciones de mercenarios, financiamiento de bandas criminales en nuestras
montañas con el resultado de asesinatos de niños, mujeres y hombres campesinos
inocentes o de maestros voluntarios, de atentados contra la economía del país o
la propia población cubana que resulto en miles de víctimas, guerra biológica y
un largo etcétera.
Teniendo en cuenta los fracasos de la invasión de Girón (que
el próximo 19 de junio celebramos un aniversario más del triunfo revolucionario
sobre el imperialismo yanqui) y demás acciones criminales, los gobiernos
norteamericanos junto al lobby anticubano de batistianos que se concentró bajo
el amparo de ese gobierno, principalmente, en Miami, han optado por crear y
financiar una red de mercenarios en el interior del país, a los cuales George
W. Bush edulcoradamente llamó “disidentes”; pero quienes serían “útiles” para
que desde dentro del archipiélago cubano dieran la sensación al mundo de que el
pueblo no respaldaba la dirección histórica del gobierno cubano y así crear una
opinión pública que dentro del país caribeño se había afincado en el poder una
casta totalitaria.
Esta contrarrevolución
(¡Digo!_ “disidencia”) estaría calzada por los grandes monopolios mediáticos,
trasmitiendo constantemente una imagen distorsionada de la realidad cubana.
Pero, pido perdón, porque lo anterior expresado y cual ya
todos sabemos que ha sido denunciado en todos los foros por las autoridades
cubanas y otras personalidades importante de la arena internacional, no es a lo
que intento darle relevancia en esta
entrada; sino el presentar un simple contraste de ese sistema
socialista, que se empeñan en llamar “régimen” y “totalitario” frente al
“santificado” sistema capitalista que se empeñan en presentarlo como “idílico”.
El objetivo principal de la Revolución cubana es crear
riquezas que a través de políticas y programas se reviertan en beneficios
sociales. Éstos los clasificamos como Conquistas Socialistas, las cuales,
incluso, son reconocidas positivamente por instituciones y organismos
internacionales oficiales y que no sólo se ponen al servicio de la población
cubana, sino que muchos de ellos también se brindan a otros países a través de
la colaboración solidaria.
Gracias a toda la labor de la dirección de la Revolución, el
Partido Comunista de Cuba y al carácter inclusivo de todo el proceso
sociopolítico, es que el pueblo cubano brinda su firme apoyo en la continuidad
de la construcción y desarrollo del socialismo en el país.
Los monopolios mediáticos sólo se hacen eco de las “marchas”
de las “Damas de Blanco” o de los contrarrevolucionarios que ocupan sedes
religiosas. Sin embargo, nunca emiten una palabra en referencia a que es el
propio pueblo cubano quien le sale al paso a estas mercenarias (teniendo que
ser escoltadas en ocasiones por la Policía Nacional Revolucionaria en
salvaguardia de la seguridad de estas mercenarias) o a que es el propio Consejo
de Iglesias quien denuncia la actitud vandálica de estos delincuentes pagados
por la SINA (oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana) cuando ocupan
ilegalmente Iglesias.
Sobre las marchas
del pueblo cubano cada 1º de Mayo o las concentraciones en conmemoración
del 26 de julio o en la Tribuna Antiimperialista, se hace un abismal silencio o
simplemente se menciona ligeramente para no darle la connotación que realmente
lleva: respaldo de la mayoría de la sociedad a la Revolución.
Se omite deliberadamente cada manifestación popular… y no
hablo de minúsculos grupúsculos antisociales que se autoexcluyen de las
actividades del país mientras son pagados desde el exterior por sus actividades
subversivas; sino que me refiero a esas marchas donde asiste una marea de
personas_ miles de miles_ levantando pancartas y carteles diciendo: ¡Viva la
Revolución!, donde se levantan miles de banderas cubanas junto a fotos de
nuestros indiscutibles líderes (Fidel y Raúl) y héroes de nuestras luchas
(Camilo Cienfuegos, Ernesto “Che” Guevara, Fran País, Abel Santamaría, entre
otros) o de nuestros héroes prisioneros injustamente en cárceles de Estados
Unidos (Ramón, Gerardo y Antonio). ¿Por qué no se habla de ese respaldo? ¿Si en
Cuba hay un régimen totalitario, cómo es posible que tenga el apoyo popular de
millones de cubanos? ¿Por qué para los monopolios al servicio de los grandes
capitales es sólo motivo de “noticia” los desfiles, orientados desde la SINA,
de las Damas de Blanco?
Pero todavía hay un hecho que debería llamar un poco más la
atención a todo aquel que aún sienta dudas sobre la realidad cubana. ¿Si en
Cuba hay un régimen totalitario y el pueblo no se siente representado por el
gobierno, cómo es posible que la participación del pueblo en cada proceso
electoral llegue a un promedio del 95% de participación y del mismo, más del 90%
sigue dando el sí al liderazgo histórico y al Socialismo? ¿Si en Cuba hay un
régimen totalitario, cómo es posible que se lleve a discusión y análisis las
decisiones más importantes para la vida económica del país, como es el caso de
los Lineamientos Económicos discutidos en el año 2011?
Desde el Estado Español, hay partidos, como el PP (Partido
Popular), CiU (Convergencia i Uniò), PSOE (Partido Socialista Obrero Español), UPyD
(Unió Progreso y Desarrollo), entre otros, han financiado a la contrarrevolución
interna y externa de Cuba a través de sus propios partidos u organizaciones
(como es el caso del PP con la Fundación para el Análisis y los Estudios
Sociales (FAES) o su apoyo
a la apertura de una sede en Madrid de la connotada organización terrorista
Alpha 66). La expresidenta falangista de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, tiene un grueso expediente de relaciones con la mafia anticubana de
Miami y de amplias relaciones con connotados terroristas como Carlos Alberto
Montaner, siendo promotora de una voluminosa financiación a organizaciones
contrarrevolucionarias.
Pero las actividades de los políticos de la derecha española
contra la Revolución cubana también se han querido llevar dentro de las
fronteras cubanas. Recordemos la incursión de 10 jóvenes catalanas que
visitaron a Cuba, en el 2007, como miembros de la Joventut Nacionalista de
Catalunya (JNC) del partido Convergencia Democrática de Catalanya (CDC), entre
ellas Francina Vila, exconcejala de CiU en Barcelona, quienes entraron con
visado de turistas, pero el verdadero objetivo era codearse con las llamadas
“Damas de Blanco” y a algunos disidentes internos de la Isla. No
olvidemos que algunos políticos españoles se le ha prohibido la entrada a Cuba
por sus sabidas intensiones de establecer contactos con la contrarrevolución
interna, muy a pesar de llevar en el bolsillo un visado de turismo: a Luis
Yáñez-Barnuevo (miembro del PSOE) se le prohibió la entrada en el 2008 y
después en el 2010 y a Jorge Moragas (secretario de relaciones internacionales
del PP) se le impidió el acceso en octubre de 2004. En el 2005 fueron
expulsadas de Cuba a las entonces senadoras del PP Isabel San Baldomero y Rosa López
Garnica. Con el mismo modus operandi de visado de turismo entró
Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP, a Cuba en el 2012, y
que su desafortunada incursión trajo la muerte de dos disidentes: Oswaldo Payá
y Harold Cepero.
Empero, estos partidos, muy bien matizados por reiterados casos
de corrupción, pretenden ser paladines para enseñar a los cubanos la
“alternativa” de su fracasado sistema. Un sistema dirigido por un gobierno
anclado en hacer promesas incumplibles (mentiras
en toda la extensión de la palabra), sólo por ganarse votos en cada proceso
electoral y que se encuentra el signo del deterioro en estas votaciones
europeas. Por cierto, en los procesos electorales en España no sobrepasa el
50%, si es que llegan a la cifra.
Mientras las arterías de Cuba se llenan de pueblo apoyando
la Revolución, en España se va levantando el pueblo en mareas de protestas. El
más actualizado ejemplo de las manifestaciones que enfrenta el gobierno de
Rajoy se vivencia a partir del día 26 de mayo de 2014, en Barcelona, donde el Ayuntamiento
decidió arbitrariamente romper negociaciones, desalojar y derrumbar el centro social Can Vies (en la zona
de Sants), el cual había sido recuperado desde hacía 17 años y se había
convertido en un punto de referencia para la cultura popular y la autogestión.
El disgusto social se incrementó una vez la policía
anti-disturbio cargó contra las masas protestantes y bajo el lema “Si Can Vies
va a terra, els barris en peu de guerra” (Si Can Vies va a tierra, los barrios
en pie de guerra), gritado por las masas manifestadas, se produjo el “Efecto Can Vies” en otras localidades de
la Provincia de Barcelona, las cuales se sumaron manifestaciones en solidaridad
con la que se va sosteniendo en la zona de Sants.
Manifestaciones de apoyo al Centro de Can Vies, Barcelona |
Carga policial contra las manifestaciones en apoyo a Can Vies, Barcelona |
¿Cuándo ha ocurrido una manifestación social, de gran
impacto, a favor del gobierno de España? A no ser que se magnifiquen los reducidos círculos políticos de los partidos con algunos cientos de
participantes, como máximo, y con el único objetivo de montar campañas
publicitarias que les ayude a rescatar a los votantes decepcionados; pero
ninguna de esas manifestaciones son ni meramente la sombra, comparado con las
marchas del pueblo cubano.
La Revolución cubana y la dirección del país cuentan con el
apoyo del pueblo. ¿Con cuál apoyo social cuenta el gobierno español? Por lo
tanto. ¿Con qué moral vienen a hablar de democracia para Cuba, si la que
publicitan como idílica es un rotundo fracaso?
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