Por Atilio Borón
Porque tal como lo había venido diciendo desde hace al menos dos años, un informe reciente publicado por Los Angeles Times
dice que “en 2011 una empresa independiente contratada por Washington
hizo una errónea estimación del petróleo técnicamente recuperable del
mayor yacimiento de esquisto bituminoso del país, ubicado en Monterey,
California, que contiene alrededor de dos tercios de las reservas de
petróleo de esquisto de la nación.
Según aquella estimación, se podrían obtener unos 13.700 millones de
barriles de petróleo. Sin embargo, un reciente informe asegura que la
cantidad no será mayor de 600 millones de barriles, es decir, una
cantidad 96% menor de lo esperado y que, como señala la publicación
especializada Business Insider, equivale a las reservas totales de
petróleo de Bolivia.
Esa errónea estimación de 2011 había sido calificada como la
esperanza para reducir la necesidad del país de las importaciones de
petróleo desde el extranjero, según el diario ‘The Angeles Times’. Y es
que la cantidad que reportan ahora es insignificante si se tiene en
cuenta que solo podría cubrir las necesidades energéticas en EE.UU.
correspondientes a 33 días.”
De lo anterior se desprenden cuatro conclusiones iniciales:
a) que la dependencia energética de Estados Unidos seguirá siendo muy
elevada, y tal vez creciente en función de la evolución de la demanda
doméstica, y que esto reforzará las tendencias belicistas del imperio
para tratar de asegurarse la obtención del petróleo que necesita por
cualquier medio.
No olvidar que las intervenciones militares de los Estados Unidos en
terceros países tuvieron como causas fundamentales el petróleo y las
presuntas amenazas a la “seguridad nacional” planteada por gobiernos
“hostiles” (en realidad, gobiernos dignos que no estaban dispuestos a
sacrificar la autodeterminación nacional);
b) que los planes para destruir la OPEP a partir del
autoabastecimiento petrolero tendrán que ser archivados por mucho
tiempo, tal vez definitivamente, lo que constituye un durísimo revés
para la política exterior de Estados Unidos.
c) que dado lo anterior la Casa Blanca redoblará su ofensiva
sediciosa y destituyente sobre la Venezuela bolivariana, potenciando su
apoyo logístico, financiero, organizativo y mediático a sus peones en el
terreno, los cuales son presentados como una “oposición pacífica”
cuando en realidad son mercenarios a sueldo del imperio con la misión de
quebrantar el orden constitucional y provocar la caída del gobierno
bolivariano.
Dato significativo: de los varios cientos de vándalos arrestados por
las autoridades los estudiantes apenas constituyen el 20 % y una
proporción igual está formada por extranjeros, algunos de los cuales ni
hablan castellano. A la luz de las novedades publicadas por Los Angeles
Times es previsible un aumento de la presión desestabilizadora
orquestada por Washington.
d) que las bravuconadas de Obama y Kerry en el sentido que
suministrarían petróleo y gas a Ucrania para facilitar que ese país sea
fagocitado por la OTAN y la Unión Europea han quedado reducidas a eso: a
meras bravuconadas carentes de sustancia y sin ningún efecto práctico
que no sea la tentativa de engañar a los ingenuos.
Desgraciadamente para Washington, el petróleo y el gas se encuentran
cada vez con más frecuencia en países que no están dispuestos a ponerse
de rodillas ante los mandatos de la Casa Blanca. Por lo tanto, sus
palancas económicas para operar en Ucrania son sumamente débiles.
Más información en: http://actualidad.rt.com/economia/view/129021-sueno-eeuu-independencia-energetica
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