lunes, 12 de mayo de 2014

Un Primero de Mayo +, la Cuba socialista como referente


Tomado de Cuba + de Cádiz
Edición Año II, Nº 7

1 de mayo, día del proletariado mundial. Conscientes de que, sobre todo, se trata de un día para crear precisamente conciencia, hoy como nunca, en pleno siglo XXI, la clase trabajadora en su conjunto debe conocer a qué enemigo nos enfrentamos y cuál es el panorama socio laboral al que nos condena. Incluso a esa Europa que se creía socialmente “segura” llega la brutalidad del capitalismo en su verdadera esencia.
 
En pleno centro del sistema ya se siente en “primera persona” que el capital precariza y esclaviza a jóvenes y trabajadores, que obliga al exilio forzado, que recluye a las mujeres en la esfera doméstica, que redobla la explotación de la naturaleza, y que tensa la explotación y desigualdad internacional, auspiciando políticas racistas como aquí con el cierre de las fronteras europeas que suponen las nefastas vallas de Melilla y Ceuta. Al capitalismo ya no le basta con la reserva de mano de obra barata asiática, africana o americana. Ni con haber exportado la crisis financiera mediante la imposición de la deuda externa al “Tercer Mundo”. 

La “guerra social” inherente al capitalismo ha llegado a los “países más desarrollados”. Y esa guerra social se complementa con la guerra imperialista para prolongar un sistema que hace tiempo tenía que haber pasado al museo de la historia.

Así, el imperialismo, con la OTAN como brazo armado, provoca conflictos y tensiones para prolongar una hegemonía estadounidense cada vez más cuestionada y conseguir el control de nuevos recursos fundamentalmente energéticos. Lo vemos desde hace tiempo en Próximo Oriente y ahora ya en Europa del Este (Siria y Ucrania).

Ante esta doble inseguridad social y bélica, se impone la lucha de la clase trabajadora y otras clases populares a fi n de generar una correlación de fuerzas apropiada para tomar el poder político y transformar la sociedad, y nunca abandonando la perspectiva mundial de superación de este sistema caduco y criminal. En este sentido, el primero de mayo no es sólo un día de lucha reivindicativa y de sentimiento de pertenencia a nuestra clase, sino que debe ser un día de unión de la clase obrera a nivel internacional, y de reforzar la realidad `más local´ de cada pueblo con las experiencias en otras partes del planeta donde esa correlación de fuerzas sea positiva.

Y si en este día toca alzar la bandera del internacionalismo proletario, cómo no hacer referencia a Cuba en este 1º de mayo, que, un año más, se ha echado a la calle para defender los logros de su proceso revolucionario socialista. Unos logros que, insistamos siempre, se realzan más si tenemos en cuenta los límites heredados por el colonialismo y la agresión imperial de todo tipo en que ha tenido que desarrollarse la revolución cubana; pero, aún así, desbordando una solidaridad internacionalista impresionante por su generosidad. Al fin y al cabo, ¿cabe precisamente mayor solidaridad con esa revolución (también para ayudarle a superar sus límites heredados) que disponernos a impulsar nuestro propio proceso revolucionario? Esa AVENIDA allá plena de primero mayo rebosante de dignidad de TRABAJADORES nos indica el sendero aquí a tomar.
 




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