CUBA
Es la
madre que nos dejó nacer en sus brazos,
dándonos
el calor de su seno tropical y
alimentándonos
de la savia de su historia,
entrelazada
de hispanidades y africanas leyendas,
entre la
lucha emancipadora y la madurez de la autodeterminación futura.
Ella nos
dio sus curvilíneas calles para los juegos,
su
acariciante brisa costera,
el
susurro de cada canto de pájaro
y el
declamar de su naturaleza.
CUBA
Es la
novia que nos dio el primer beso
cuando ya
trovábamos entre el estudio y la labor del campo,
la que
nos hizo dar nuestros primeros pasillos de bailes,
entre la
salsa de los Van Van con “Pastorita”
hasta con la disco de los Boney M.
Es la
novia que nos reunió con la juventud toda,
en sus
alegres y patrióticas manifestaciones.
CUBA
Es la
esposa que nos dio nuestros hijos e hijas,
compartió
su trabajo con el nuestro,
escuchó
nuestros problemas y puso su empeño
por hacer
cada momento más romántico,
con el
optimismo puesto en la alegría del nuevo día.
CUBA
Es la
compañera que marcha a nuestro lado,
sin
importar dónde estemos.
Es la que
dialoga con la bandera de la solidaridad
en la
punta de sus palmas,
estrecha
la mano con firmeza
y abraza
con la sinceridad en sus palabras.
Es la
compañera con la cual dialogamos
de
ideología, economía política, estrategia laboral,
de compañerismo,
emulación socialista, ayuda incondicional.
CUBA
Es con la
que bailamos en los cumpleaños colectivos,
analizamos
en las reuniones de vecinos,
criticamos
lo injusto y lo incorrecto
en los
diferentes y apropiados escenarios sociales,
la que
alaba a quienes merecen reconocimiento
por la
gran labor que realizan y encarna
el
principio más preciado de su esencia: la Unidad.
CUBA
Es la
madre, la novia, la esposa y/o la compañera
que pide
a todos nosotros que la cuidemos
de
quienes intentan denigrarla con falacias;
que la
defendamos de quienes intentan
agredirle
con invasiones militares,
por la
aplicación de leyes injustas
e
ilegalmente extraterritoriales
o con
oportunistas acciones de villanía.
Como
calificó nuestro apóstol José Martí,
nosotros “cubanos
buenos” tenemos
que
ponernos en fila para no permitir
que ni
cubanos indignos ni extranjeros,
mancillen
a nuestra PATRIA.
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