Por Tracy Eaton.
Conversación con Judy Gross
Olvídense de la política del Sur de la Florida, negocien con los
cubanos y encuentren una manera de traer a Alan Gross a casa. Eso fue lo
que Judy Gross me dijo esta semana.
Su esposo ha estado preso en Cuba por más de cuatro años –1 521 días,
para ser exacto. Y ella dijo que está indignada y frustrada que el
gobierno de EE.UU. no haga más para garantizar su libertad. Dijo:
“… ha pasado mucho, mucho tiempo y nuestro gobierno es responsable de
que Alan está allá y no puedo creer que no puedan hacer nada. A veces
me pregunto si hay algún motivo detrás de todo eso. No quiero ser
paranoide, pero todavía me vuelve loca que ni siquiera mencionen el
nombre de Alan.
Gross reiteró su llamado al presidente Obama para que redoble
esfuerzos para liberar a su esposo. Al preguntarle acerca de la reciente
petición del secretario John Kerry para que el Vaticano ayudara, Gross
dijo:
“realmente liberar a Alan es trabajo del secretario Kerry, no del
Papa. Así que en vez de pedirle ayuda al Papa, creo que el secretario
Kerry debiera ponerse a trabajar en eso”.
Judy Gross también culpó al gobierno cubano por encarcelar a su esposo en 2009, pero expresó su admiración por el pueblo cubano.
“Realmente amo a Cuba y espero poder regresar bajo otras circunstancias. La gente es tan amistosa…”
Lo que sigue es una transcripción de nuestra entrevista.
Tracey Eaton: ¿Cómo le va?
Judy Gross: Me va bien, solo que trato de vivir la vida cada día y hacer lo más que pueda.
Eaton: Después de su última visita a Cuba, ¿ve usted alguna
señal esperanzadora? ¿Ha sabido usted algo que le dé motivo para ser más
optimista?
Gross: Sabe, estuve allí hace tres semanas. Lo que fue positivo, me
parece, y lo que fue diferente es que de manera coincidente Scott
(Gilbert, el abogado de la familia Gross) y yo estuvimos allá al mismo
tiempo que la delegación del Departamento de Estado que sostuvo las
conversaciones migratorias, así que ellos pudieron reunirse con Alan y
eso fue por primera vez. Con excepción de la Sección de Intereses en
Cuba, es la primera vez que alguien del Departamento de Estado se ha
reunido con él.
Así que si hubo algo positivo, creo que fue muy bueno para ellos ver a Alan y hablar con él y ver cómo es su vida diaria y escuchar sus argumentos y cómo se siente. Convirtió a la persona en algo real, verlo realmente cara a cara.
Eaton: ¿Sabe usted qué funcionarios se reunieron con él?
Gross: No los recuerdo a todos. La gente acostumbrada de la Sección
de Intereses, es decir, el jefe de la misión, y la delegación estaba
encabezada por Edward “Alex” Lee (subsecretario asistente en funciones
para Asuntos del Hemisferio Occidental), del Departamento de Estado aquí
en Washington.
Eaton: ¿Le transmitieron a usted alguna de sus impresiones después de esa visita?
Gross: Creo que recibieron una lección de humildad al hablar con Alan
y verlo, y espero que eso haga alguna diferencia. Tendremos que
esperar.
Eaton: Esa debe haber sido una reunión emotiva, porque estoy
segura de que Alan debe sentirse muy frustrado y molesto y quiere hablar
con alguien. ¿Cuál fue su reacción a la reunión?
Gross: Bastante parecido a lo que usted dijo. Él estaba indignado.
Estaba frustrado. Debo decir que expresó esas cosas –indignación y
frustración y mucha tristeza y pesar y muchos otros adjetivos que él
expresó. Para alguien que ha estado encarcelado cuatro años, se guardan
muchas cosas adentro, y él básicamente está en una celda de un
dormitorio.
Eaton: He visto varias de sus entrevistas en CNN y otros
medios y usted había hablado de la necesidad de que el presidente Obama
participe personalmente. ¿Cree usted que ahora él está participando
personalmente o que está interviniendo?
Gross: No he oído nada, así que no puedo decir que esa situación haya
cambiado. Puede que sí y que yo no lo sepa, pero hasta donde sé, y
hasta lo que siento, él aún tiene que… La Casa Blanca tiene que
participar en esto. Evidentemente, es muy triste que no lo hayan hecho.
Eaton: Sí, estoy seguro. Me pregunto, ¿ha cambiado su opinión
acerca del gobierno norteamericano desde que comenzó toda esta terrible
experiencia?
Gross: (ríe) Pienso que he ganado mucho en perspectiva acerca de la
burocracia, y cuán grande este gobierno es realmente y cuán burocrático
es realmente. Y es bastante difícil estar envuelto en eso. Pero en lo
que respecta al gobierno no, realmente no ha cambiado. Estoy indignada.
Estoy indignada porque, para comenzar, no hay respuesta del gobierno que
envió a Alan allá. Es evidente que era un proyecto del gobierno de
EE.UU. Y estoy indignada porque no ha habido comunicación, en especial
porque él estaba trabajando como contratista del gobierno de EE.UU. Pero
no creo que me sienta diferente acerca del gobierno. Aún creo en
nuestro sistema político.
Eaton: Comprendo. ¿Así que los funcionarios de EE.UU. no se
comunican regularmente con usted ni se mantienen en contacto con usted
ni la ponen al día o cosas así?
Gross: Así es.
Eaton: OK. ¿Y puede describir la experiencia de tener que
hacer una reclamación judicial al gobierno norteamericano y al patrón de
Alan para tratar de obtener algún tipo de compensación?
Gross: Nunca estuve en ninguna de las reuniones, el litigio o
cualquier cosa, así que personalmente no puedo describir cualquier
sentimiento por estar allí. Pero fue muy frustrante, porque duró tanto y
para ser honesta, sentí mucho miedo. No sabía cómo iba a vivir. Es
decir, hubiera tenido que mudarme para –¿cómo se dice?–, ni siquiera un
apartamento de un dormitorio. Un apartamento muy, muy pequeño y vivir
muy cuidadosamente. Y aún tengo miedo por mi futuro desde el punto de
vista financiero. Así que eso fue frustrante y que durara tanto. Y me
alegro de haber llegado a un acuerdo.
Eaton: No estoy informado de lo último. ¿No hay una apelación en la reclamación judicial contra el gobierno de EE.UU.?
Gross: Eso es algo de lo que no puedo hablar, porque aún hay litigio.
Eaton: Me sorprendió un poco leer hace unos días que
legisladores norteamericanos habían eliminado los programas de USAID
para Cuba en el nuevo presupuesto.
Gross: ¿De verdad? No me he enterado. Eso es algo que yo hubiera pensado si lo hubiera sabido.
Eaton: No ha llamado mucho la atención. Me pregunto si usted
sabe si el caso de su esposo puede haber influido algo en esa decisión.
Gross: No puedo opinar acerca de eso. Voy a tener que averiguarlo.
Eaton: Ya fue votado y aprobado.
Gross: ¡Dios mío! ¿Y cómo permitió (el senador Bob) Menéndez que eso sucediera? Me extraña no haber oído nada acerca de eso.
Eaton: ¿Cree usted que la liberación de Fernando González
(uno de los Cinco de Cuba que debe salir de prisión el 27 de febrero)
tendrá algún impacto en el caso?
Gross: No, no creo que eso provoque algún cambio.
Eaton: ¿Y de lo que se dice que el secretario de Estado Kerry
iba a pedir ayuda al Vaticano para obtener la liberación de Alan? ¿Cree
usted que eso ayude? ¿Ha oído algo acerca de eso?
Gross: Soy muy escéptica acerca de eso. Hemos tenido contacto con el
Vaticano con el papa anterior y –¿sabe?– quisiera equivocarme, pero no
creo que vaya a salir algo de eso. Y realmente liberar a Alan es trabajo
del secretario Kerry, no del papa. Así que en vez de pedirle ayuda al
papa, creo que el secretario Kerry debiera ponerse a trabajar en eso.
Eaton: Tiene razón. Y en total ¿cuántas veces usted ha ido a Cuba?
Gross: Creo que este fue mi sexto viaje.
Eaton: Vaya, son muchos viajes.
Gross: Muchos años.
Eaton: Leí que el ministro cubano de Relaciones Exteriores le
dijo a usted que los cubanos estaban esperando a un enviado de EE.UU.
que pudiera comenzar las negociaciones con los cubanos. ¿Recibió usted
esa misma impresión en su último viaje?
Gross: El ministro de Relaciones Exteriores es Bruno Rodríguez. Me
reuní con él la vez anterior, no en este último viaje. En este viaje nos
dijeron que Cuba ha enviado una carta pidiendo a Estados Unidos que los
contacten para poder comenzar a conversar, y ellos dijeron que no había
precondiciones.
Eaton: Y en sus viajes a Cuba me imagino que su dedicación es
como un láser en Alan, pero ¿ha tenido usted alguna impresión del país o
alguna opinión acerca del país en sí?
Gross: Quisiera poder salir de La Habana. Nunca voy más allá. Amo a
Cuba realmente y espero poder seguir regresando bajo otras
circunstancias. La gente es tan amistosa y con todas las dificultades
que tienen –y realmente tienen muchas dificultades– parecen mantener un
buen carácter. Eso es lo que he observado. No tengo relaciones
personales con nadie allá. Pero las personas que he conocido han sido
muy gentiles y muy amables y me encanta el sentir de la ciudad. Miro y
trato de pensar cómo era antes de que la infraestructura comenzara a
derrumbarse. Me encanta la música. Me encanta la cultura.
Eaton: Si existiera la máquina del tiempo me gustaría ir hasta 1958 para ver cómo era todo.
Gross:(ríe) Quisiera ver el día en que los norteamericanos puedan compartir la música con los cubanos. Eso es lo que quisiera.
Eaton: Eso sería maravilloso. Algunos legisladores dicen que
Cuba debiera hacer concesiones a EE.UU. –mejorar algunos derechos
humanos básicos, por ejemplo– antes de que habláramos con Cuba acerca de
Alan. ¿Cuál es su opinión respecto a eso?
Gross: Mi opinión es que necesitan sentarse a conversar y negociar lo
que quieran negociar. No quiero verme envuelta en los asuntos políticos
de Cuba. Nuestros legisladores… Creo que todo debe estar en la mesa. No
creo que nuestros legisladores deben exigir precondiciones, digámoslo
así.
Eaton: Tengo solo una pregunta más y es muy abierta. Me
pregunto, ¿hay algo que los periodistas no le hayan preguntado y que
usted quisiera que hubieran hecho? ¿Hay algo que usted quisiera comentar
o que le gustaría que la gente supiera?
Gross: Bueno, esa es una pregunta que nunca me han hecho. Es difícil.
Solo quiero reiterar my frustración, tengo que decir, con ambos
gobiernos. Evidentemente no puedo decir que solo con el gobierno
norteamericano. El gobierno cubano tiene mucha culpa también, comenzando
por haber arrestado a Alan. Pero ha pasado mucho, mucho tiempo y
nuestro gobierno es responsable de que Alan esté allá y no puedo creer
que no puedan hacer nada. A veces me pregunto si hay algún motivo detrás
de todo eso. No quiero ser paranoide, pero todavía me vuelve loca que
ni siquiera mencionen el nombre de Alan.
Eaton: A mí también me extraña. Supuestamente somos el
gobierno más poderoso del mundo. Se me ha ocurrido –¿no podrían
liberarlo por la fuerza? Aunque imagino que eso podría poner en peligro a
Alan. Es difícil creer que no puedan hacer más.
Gross: Creo que la política de alguna manera levanta su fea cabeza.
Usted debe averiguar más acerca de la influencia que Menéndez tiene y
(la representante) Ileana Ros Lehtinen y (el senador Marco) Rubio, pero
en especial el senador Menéndez. Honestamente creo que tiene mucho poder
en todo esto. Puedo estar equivocada, pero no se me ocurre otra razón
de por qué el presidente no habla de esto.
Eaton: Me encantó hablar con usted.
Gross: OK, cuídese.
(Tomado de Along the Malecón. Traducido por Progreso Semanal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario