Tomado de
Descubriendo Verdades
Por Percy Alvarado
Godoy.
Todo parece repetirse para la CIA. En este viejo artículo, publicado hace
cinco años, analizaba yo el intento de aplicar en Venezuela uno de sus planes
más siniestros, empleado contra Cuba por su Oficina de Planes y que comprendía
un sistema de acciones en diversos campos para procurar el derrocamiento de la
Revolución Cubana.
Hoy, ciertamente, han ocurrido cambios en el escenario político venezolano,
fundamentalmente con la desaparición física de Hugo Chávez. Sin embargo,
todavía son válidas muchas apreciaciones emitidas por mí en aquellos momentos:
el empleo del movimiento estudiantil vinculado a la derecha para realizar
acciones desestabilizadoras, el mantenimiento de guarimbas, los vínculos de la
derecha venezolana con la contrarrevolución cubana, el mantenimiento de planes
golpistas -opción nunca descartada por la derecha y la CIA-, la creación de
conflictos con Colombia, el empleo del paramilitarismo y el sicariato para
propiciar la eliminación física de los dirigentes revolucionarios, el
mantenimiento de una fuerte desinformación comunicacional y la satanización del
proceso bolivariano, entre muchas.
Sirva, pues, este trabajo para reflexionar sobre los antecedentes
inmediatos a la situación que vive la Venezuela de hoy. No importa que, en
algunos casos haya ocurrido un recambio de sujetos y nuevos hechos hayan sido
incorporados al contexto político, como lo es el fortalecimiento de la guerra
económica y la especulación como factores de desestabilización. Los enemigos
son los mismos, las tácticas similares y el objetivo estratégico de derrotar al
chavismo sigue siendo la caprichosa opción del Imperio y sus lacayos.
"La reciente publicación, el pasado 24 de septiembre, de una
información sobre la participación de la ultraderecha venezolana en un plan
para entrenar a un centenar de estudiantes venezolanos, pertenecientes a la
UVV, la UCAB, la UNIMET, la UNET, ULA, entre otras, para ser entrenados en
técnicas subversivas en Miami, en contubernio con organizaciones terroristas de
origen cubano y por especialistas de la CIA, pone al desnudo la magnitud del
plan desestabilizador implementado contra el gobierno de Hugo Chávez en
Venezuela y revive pasadas operaciones de gran envergadura como la Operación
Mangosta, usada contra Cuba en la década de los 60 del pasado siglo.
De acuerdo con dicha información, el grupo de estudiantes recibió
entrenamiento en Miami sobre preparación de cocteles Molotov, resistencia
guerrillera en la ciudad, amotinamiento, así como un fuerte entrenamiento
ideológico anticomunista. El plan era, en esencia, que pusieran en práctica
estas técnicas luego de su regreso a Caracas. Otro paso posterior, que ya se
encuentra en período de implementación, es la multiplicación en talleres y
encuentros en las universidades venezolanas de los conocimientos recibidos por
parte de representantes de grupos como la FNCA, Alpha 66, Vigilia Mambisa,
Movimiento Democracia, Consejo para la Libertad de Cuba y otros. Han
participado igualmente varios miembros de la mafia terrorista venezolana de
Miami como Rafael Poleo y su hija Patricia Poleo, Donatella Ungreddaen, ex
coronel Antonio Semprum Valecillos, los ex tenientes José Antonio Colina, Isaac
Solórzano y Henry Clement, el ex mayor Manuel Ramírez y otros, en unión de
Pablo Díaz.
El objetivo de esta maniobra golpista tiene un carácter mediático y
desestabilizador, presentando ante el mundo una falsa oposición a las reformas
constitucionales emprendidas por el gobierno bolivariano. El empleo de los
estudiantes de las universidades burguesas por la ultraderecha antichavista
tuvo su origen en las movilizaciones previas al referéndum de la reforma
constitucional de noviembre de 2007, cuando crearon un aparatoso show mediático
alentador de la violencia callejera. Este preparado show mediático desembocó
hace unos días cuando un grupo de estudiantes, manipulados por la extrema
derecha se declaró en huelga de hambre ante la oficina de la Organización de
los Estados Americanos, para atacar una supuesta persecución política por parte
del gobierno.
Las orientaciones para los grupos opositores, particularmente los
estudiantes en huelga, vienen del Norte y existen varios antecedentes que
comprometen a los contrarrevolucionarios venezolanos radicados en Miami y a la
mafia anticubana en esa ciudad, así como a la Agencia Central de Inteligencia
de los Estados Unidos.
Como ya señalamos, existen fuertes evidencias de que las actuales ofensivas
de la CIA contra Venezuela son la expresión de un intento de revivir la
Operación Mangosta, esta vez contra la nación sudamericana, como una manera
sistémica de implementar la guerra sucia en un amplio espectro.
John F. Kennedy aprobó la Operación Mangosta el 30 de noviembre de 1962,
como un vasto plan de contingencia para derrocar a la Revolución Cubana después
de la derrota de Playa Girón. A grandes rasgos, la CIA se propuso el desarrollo
de agresiones de todo tipo contra territorio cubano, que incluían los ataques terroristas
desde territorio norteamericano, la creación de focos guerrilleros en las
montañas de la Isla, la planificación de acciones militares que propiciaran la
intervención directa de las Fuerzas Armadas norteamericanas en Cuba, las
agresiones económicas y una fuerte guerra ideológica a nivel internacional. En
este sentido, se vieron involucradas diversas agencias y organismos estaduales
de EE UU, tales como la propia CIA, los Departamentos de Defensa, de Estado y
de Tesoro, así como la Agencia de Información de los Estados Unidos y otras
agencias especializadas de la comunidad de inteligencia norteamericana.
Para implementarla, el gobierno norteamericano creó la estación JM-WAVE y
destinó millones de dólares para lograr su cometido, reestructurando toda la
jerarquía de inteligencia. Nuevos halcones pasaron a dirigir la CIA, entre
ellos John Mc Cone como nuevo jefe de la misma, el general Marshall Carter,
Richard Helms, el general Maxwell Taylor, Richard Bissell y otros; dedicándose
a las operaciones específicas contra Cuba William Harvey, como Jefe de la Cuban
Task Force; y Samuel Halpern, como su segundo al mando.
El bandidismo desarrollado por la CIA nucleó a cerca de dos mil individuos
que cometieron incontables crímenes en las zonas rurales. La Operación Mangosta
también concibió la guerra biológica contra Cuba, dirigida a dañar a la
población civil y sabotear la producción de la Isla. También la Operación
Mangosta contaba, entre sus 32 tareas, con 13 vinculadas a la guerra económica,
que incluían el entorpecer el comercio de Cuba con otras naciones, atentar
contra las producciones agropecuarias y mineras, atentar contra
representaciones cubanas en el exterior, así como afectar la generación
energética y las producciones industriales del país.
Durante el período de vigencia del Plan Mangosta, en un lapso de unos 14
meses se registraron de ellas 716 sabotajes de envergadura contra objetivos
económicos. Como respuesta, Cuba accedió a la sugerencia de la Unión Soviética
de emplazar cohetes atómicos en su territorio, lo que condujo a la Crisis de
los misiles de Cuba en octubre de 1962, el momento álgido de la Guerra Fría.
Para los altos personeros de la administración norteamericana estaba claro
que todas las acciones de la guerra irregular contra Cuba, desembocarían en un
conflicto armado entre las dos naciones, previsto para octubre de 1962. Sin
lugar a dudas, el impacto de esta operación de la CIA fue enorme, no solo en la
cantidad de daños humanos provocados, sino también en cuanto a afectaciones económicas.
Solo en el período de ejecución de los planes de la operación Mangosta, se
realizaron 716 grandes sabotajes de envergadura contra la economía cubana.
Aunque teóricamente fue suspendida luego de octubre de 1962, la Operación
Mangosta continuó adquiriendo distintos matices hasta el día de hoy. Por un
lado sirvió de base a las políticas de las subsiguientes administraciones
norteamericanas hacia Cuba y, por otro, preparó a un extenso grupo de
terroristas que han causado muertes y daños incalculables a las naciones
latinoamericanas, muchos de los cuales participan hoy en las agresiones contra
Venezuela.
La guerra sucia contra la Revolución Bolivariana llevada a cabo por los
Estados Unidos guarda grandes coincidencias con los planes usados una vez
contra Cuba. Examinemos algunos elementos para atestiguar esta aseveración:
● Creación y apoyo a una base contrarrevolucionaria en el exterior: La
CIA ha buscado entre los cerca de 10 000 venezolanos residentes en Miami, al
personal idóneo para desarrollar su guerra sucia contra Venezuela, al igual que
lo hizo una vez con los contrarrevolucionarios cubanos que emigraron hacia esa
ciudad luego del triunfo revolucionario de 1959.
En tal sentido, se ha apoyado en la base contrarrevolucionaria cubana
residente en esa ciudad floridana, de la que ha solicitado apoyo a sus planes
contra Chávez. Los grupos terroristas radicados en Miami han prestado
financiamiento y entrenamiento a los contrarrevolucionarios venezolanos y han
participado, asimismo, en las campañas mediáticas contra su gobierno.
Algunos hechos aseveran esta afirmación: El 29 enero de 2003, se creó una
alianza entre los Comandos F-4, organización terrorista del auto proclamado
comandante, Rodolfo Frómeta, y la mal llamada Junta Patriótica Venezolana, dirigida
por el capitán golpista Luis Eduardo García. Esta alianza entre terroristas ha
permitido que se entrenen cerca de cincuenta extremistas en los pantanos de los
Everglades, con vistas a desarrollar acciones violentas contra Cuba y
Venezuela.
Imitando los desfiles callejeros de los escuálidos en Venezuela, tuvo lugar
el 18 de enero de 2003 una marcha contra la Revolución Bolivariana, en la que
participaron varios representantes de la mafia terrorista de Miami, repitiendo
este desfile antichavista, el 27 de marzo 2004 realizaron una nueva marcha en
las calles de la Pequeña Habana, en Miami. Confraternizando y vociferando
histéricas consigna contra Chávez, se vio en esta ocasión al vendido dirigente
sindical Carlos Ortega y al ex ministro de Defensa venezolano, Radamés Muñoz,
con “ilustres” representantes de la mafia miamense como Tony Calatayud,
reconocido terrorista dirigente del Congreso Nacional Cubano; al
ultraderechista Lincoln Díaz-Balart y el alcalde de Miami-Dade, Alex Penelas.
El 7 de junio de 2007 varios grupos de la mafia anticubana de Miami, entre
ellos la FNCA, envió grandes sumas de dinero para financiar las actividades
antichavistas de los grupos contrarrevolucionarios en Venezuela. En esta
campaña también participó la Organización de Venezolanos en el Exilio (Orvex).
El 10 de abril de 2008 la Junta de Directores del Partido Nacionalista
Democrático (PND), hizo entrega del premio Paladín de la Libertad a uno de los
principales representantes de la contrarrevolución venezolana, el ex general Raúl
Baduel, en un almuerzo en Hotel Sheraton Miami Airport.
Otro hecho que atestigua los fuertes vínculos entre estas mafias
contrarrevolucionarias tuvo lugar el 6 de marzo de 2009, cuando varios
cabecillas terroristas como Huber Matos, Ángel De Fana y otros miembros de
Alpha 66, se encontraron con sus socios venezolanos, representados por los
conspiradores golpistas Gustavo Díaz, el ex coronel del ejército; el ex capitán
Javier Nieto Quintero y el ex teniente José Antonio Colina Pulido,
participantes en el golpe de 2002.
No cabe duda, pues, que en este caso Diablo los cría y la CIA se encargó de
juntarlos.
● Desarrollo de una guerra ideológica basada en el terror mediático:
El contar con el sostén de los dueños de los principales medios de comunicación
en Venezuela, así como con el apoyo de diversas organizaciones periodísticas
internacionales vinculadas a la CIA, han permitido a la contrarrevolución
venezolana desarrollar una poderosa campaña ideológica contra el presidente
Chávez y la Revolución Bolivariana, encaminada a desinformar y desvirtuar el
proceso que tiene lugar en ese país.
Con posterioridad a la victoria de Hugo Chávez en el referéndum revocatorio
del 2004, los EEUU endurecieron su guerra ideológica contra el presidente
venezolano. En varias declaraciones de prominentes miembros del gobierno como
la ex Secretaria de Estado Condoleezza Rice, el ex director de la CIA Porter
Goss, el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Bantz Craddock,
ex Comandante de SOUTHCOM, el Director de la Oficina de Política Nacional de
Control de Drogas John Walters, así como varias figuras de la actual
administración del presidente Barak Obama, se ha acusado al presidente
venezolano como violador de los derechos humanos y de la democracia, promotor
del terrorismo, dictador anticonstitucional, represor y narcotraficante,
vinculado al lavado de dinero y a la corrupción, genocida y otros epítetos, en
un ingente esfuerzo por desvirtuar a su figura ante la opinión pública
internacional.
En el intento por demonizar a Chávez y a la Revolución venezolana, se han
valido de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Human Rights Watch,
Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras, National Endowment for
Democracy, la USAID y diversas ONG como Sinergia y Súmate, que sirven de
fachada a la CIA o se vinculan estrechamente a ésta y acusan al gobierno de
Venezuela de violador de derechos humanos y de la libertad de expresión.
● Crear artificialmente un diferendo entre Venezuela y Colombia como
justificación para un conflicto con Estados Unidos: Antes de culminar su
mandato, el presidente Bush declaró que los Estados Unidos defenderán a
Colombia en caso de un conflicto militar con Venezuela, esclareciendo de esta
forma su pretensión de acabar con la Revolución Bolivariana y, de esta manera,
apoderarse de las importantes reservas de petróleo y gas existentes en la
región.
Con la complicidad del gobierno colombiano de Álvaro Uribe, los Estados
Unidos han creado una zona de tensiones en la frontera colombo venezolana mediante
el empleo de miles de paramilitares, quienes realizan reiteradas incursiones
para agredir al territorio de Venezuela.
Otro de los elementos del conflicto fabricado por los Estados Unidos es
inculpar al gobierno venezolano de apoyar a los grupos guerrilleros de las
FARC. El pasado 29 de julio de 2009, la cancillería de Bogotá acuso de manera
irresponsable a Venezuela de darle a las FARC armamento sueco para su
enfrentamiento armado al gobierno colombiano. Por otra parte, la legítima
decisión del gobierno venezolano emitida el 17 de enero de 2008 de reconocer a
las FARC y al ELN como grupos insurgentes, rechazando la certificación como
terroristas endilgadas a estos por el Departamento de Estado, avivó aún más las
diferencias entre las dos naciones.
A pesar de que las diferencias entre Venezuela y Colombia quedaron zanjadas
en la Cumbre de Río, celebrada en marzo del 2008 y que los cancilleres de ambas
naciones continuaron las negociaciones en junio de ese año, dentro del marco de
la XXXVIII Asamblea General de OEA, el gobierno colombiano ha intentado de
manera reiterada de recrudecer el diferendo. Un elemento nocivo para calentar
la situación en la región ha sido el compromiso del gobierno colombiano de
establecer siete bases norteamericanas en su territorio y, paradójicamente, las
acusaciones sobre un rearme militar de Venezuela.
Con una cara de complacencia y de hipócrita fraternidad, Uribe se ha
reunido con Chávez, primero el 11 de julio de 2008 en Paraguaná, en Venezuela,
y, luego, en Cartagena el 24 de enero de 2009, prometiendo a eliminar cualquier
diferendo entre ambas naciones. Sin embargo, solapadamente, se presta al
rejuego geopolítico de Estados Unidos en la región.
El clímax de este diferendo provocado por Uribe tuvo lugar el 26 de julio
del 2009 cuando acusó a Venezuela de armar a las FARC. Chávez respondió con el
retiro de su embajador de Bogotá y con un eventual rompimiento de relaciones
diplomáticas.
Que los Estados Unidos están usando al gobierno colombiano como futura base
de agresiones no cabe la menor duda. Esto lo demuestran las reiteradas visitas
de altos jefes norteamericanos a Bogotá en los últimos meses, como fue el caso
de la vista realizada por el Almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor
Conjunto de las Fuerzas Armadas de EEUU en el 2008. Unos días después, entre el
4 y el 5 de febrero de 2008, tuvo lugar una reunión en Mayport, Florida, entre
altos jefes militares colombianos y estadounidenses. Un tiempo después, el 29
de febrero de ese año, el Contraalmirante Joseph Nimmich, director de la Task
Force para la inteligencia del Comando Sur de Estados Unidos, visitó Bogotá con
el fin de entrevistarse con el Comando General de las Fuerzas Militares
colombianas.
● La Operación Tenaza: El 20 de noviembre salió a la luz pública un
documento confidencial emitido por Michael Middleton Steere, de la embajada
norteamericana en Caracas y dirigido a Michael Hayden, Director Agencia Central
de Inteligencia (CIA), en el que se informaba al Director de la Agencia sobre
el desarrollo de la Operación Tenaza, un plan elaborado por la inteligencia
norteamericana para impedir la Victoria del SÍ, en la votación sobre el
Referéndum de la Reforma Constitucional, a realizarse el 2 de diciembre de
2007. Este documento reconoce que la actividad contra la voluntad popular
venezolana responde a una directiva interna de la CIA clasificada como
directiva 3623-g-0217.
De acuerdo con la estrategia de la CIA, una de las direcciones de sus
esfuerzos estaba dirigida a impedir el referéndum o al desconocimiento de sus
resultados. También contemplaba un manejo de las informaciones preliminares
buscando la desinformación y, como resultado inmediato, provocar una situación
de caos e incertidumbre, contando con el apoyo de la prensa mediática. Los
focos de protestas, preparados por orientación de la CIA, debían crear una
situación de ingobernabilidad dentro de los comicios.
La participación de un reducido grupo de estudiantes vinculados a la
derecha venezolana en la Operación Tenaza, por indicaciones de la CIA, quedó
evidenciada en una parte de este memorándum: “En cuanto a las movilizaciones de
calle, tal como lo contempla el Plan, hemos logrado persuadir a importantes
sectores estudiantiles vinculados a las instituciones educativas privadas para
que se incorporen orgánicamente a nuestras iniciativas para salir de Chávez. En
la tercera semana de Noviembre se logró un acuerdo marco con los lideres
emergentes que han acogido nuestro ideario de democracia y libertad, varias
reuniones de trabajo hemos realizados, bajo la coordinación de los rectores
Rudolph Benjamín Scharikker Podolski de la Universidad Simón Bolívar y Ugalde
de la Universidad Católica Andrés Bellos. Estas autoridades han constituido un
equipo donde participan unos grupos de profesores entre los que destacan Ángel
Oropeza y su equipo del post-grado de Ciencias Políticas. A las reuniones han
asistido dirigentes estudiantiles de varias universidades: Yon Goicochea de la
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Juan A. Mejías de la Universidad
Simón Bolívar (USB), Douglas Barrios de la Universidad Metropolitana, Ronel
Gaglio de la Universidad Monte Ávila, Gabriel Gallo de la Universidad Santa
María. Entre estos líderes hay consenso en términos generales, pero con algunas
diferencias en cuanto a las acciones concretas para los próximos días. Ha
resultado halagador la postura asumido por dirigentes estudiantiles de un grupo
denominado Bandera Roja, antiguamente enemigo jurado de los intereses nuestros
en el país. Su dirigente Ricardo Sánchez, de la Universidad Central de
Venezuela, fue uno de los que apoyo nuestra propuesta de acciones de calle
directas contra las instituciones: CNE, Tribunal Supremo de Justicia y el
Palacio de Miraflores.”
La participación de agencias de prensa y otros medios mediáticos en apoyo
al Operación Tenaza, quedó también evidenciada: “En la esfera de la propaganda
y las operaciones psicológicas contempladas en el Plan en curso, es donde hemos
cosechado los mayores éxitos, hasta tal punto que en las últimas semanas hemos
impuesto nuestra agenda y dominado la escena publicitaria. Los aportes de la
SIP y de las agencias internacionales han sido clave. Especial reconocimiento
merece Benjamín Gregg ZIF, AAPP de la Embajada, por este trabajo. El y el
equipo organizado por Ravell vienen rindiendo sus frutos y requiere en esta
última fase mayores aportes nuestros.”
Inicialmente, la Operación tenaza le costó a la CIA cerca de 8 millones de
dólares, aunque la suma final fue mucho mayor.
Este documento es una prueba fehaciente de cómo Estados Unidos financia,
planifica y organiza la actividad de los grupos ultraderechistas en Venezuela,
particularmente a los estudiantes de la universidades de la burguesía.
● La Operación Peter Pan II: En un artículo
firmado por Randy Alonso, el 16 de junio de 2009, se denunció que la CIA
pretende repetir la ignominiosa operación Peter Pan, mediante la cual 14.000
niños fueron enviados a Estados Unidos entre 1960 y 1962 por sus familiares en
Cuba, luego de una campaña desinformativa en la que se acusaba al gobierno de
robar la patria potestad a los padres. Esta operación fue montada para
desvirtuar el contenido de Ley Orgánica de Educación en Venezuela, creando
entre los ciudadanos fuertes temores y reacciones de oposición.
Tal como hemos analizado en el presente artículo, muchas cartas tiene la
CIA a su disposición para tratar de revertir el proceso bolivariano. Sus planes
contemplan desde las alianzas con la mafia terrorista de Miami y los
paramilitares colombianos, hasta la organización y financiamiento de la contrarrevolución
interna. Desde la provocación y subversión desde Colombia, hasta la amenaza con
bases militares alrededor del territorio venezolano y de la presencia de
fuertes flotas navales frente a sus aguas jurisdiccionales. Asimismo, no ha
descartado el empleo de una guerra ideológica sin cuartel sin parangón en la
historia, solo comparable con la que se mantiene constantemente contra Cuba.
Los planes de la CIA, muchos de ellos repetidos luego de sus fracasos en
Cuba, mantienen su ignominiosa esencia, tal como lo ejemplifica el intento por
reverdecer la criminal Operación Peter Pan.
No caben dudas que se quiere revivir de sus olvidados rincones a la
Operación Mangosta. Por suerte para los venezolanos, los planes de CIA están
destinados otra vez a un rotundo fracaso. Esa es una verdad de
Perogrullo."
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