Tomado del Periódico
Digital Web Guerrillero.
Por: José
Gregorio Bracho Reyes
Señor
Cantautor:
Comenzaré por
decirle que ésta es la segunda vez que le escribo. La primera vez que lo hice,
era casi un niño, admirado por aquél trabajo (LP) que, junto a Willy Colón,
sacó usted al mercado con el título de “Canciones del solar de los aburridos”.
Obra maestra donde las halla y el cual ya es considerado un “Clásico del
Caribe”. En aquella ocasión le escribí para agradecer la labor de
concienciación que estaba usted llevando a cabo, desde aquél “Siembra”, para la
formación de todos los adolescentes que en ese momento estábamos ansiosos por
configurar una Identidad.
Aunque parezca
raro, le diré que, junto con los de mi hermano mayor, fueron sus mensajes, y
los de Alí Primera, los que más me ayudaron a aclarar el panorama y me
alentaron a tratar de entender, de forma densa, nuestra triste historia
latinoamericana y caribeña, descifrando tantas “verdades que eran mentiras”.
Con “Pablo Pueblo”, “Plantación adentro”, “Tiburón” y tantas otras piezas, poco
a poco, entre pregón y pregón, entre baile y baile, fueron apareciendo en
escena “cosas de este mundo” que no me dejaron indiferente ante nuestra
realidad política, social y cultural. Luego se sucedió en mí, y en mis panas de
aquella época, una sed insaciable de lecturas. Sus canciones fueron como una
llama y esa llama hoy día, quiero que lo sepa, no ha cesado. Puedo decir y digo
que, me considero una persona de izquierdas (no dogmático) y Chavista, en gran
parte gracias a su obra, que sirvió para “abrirme los sentidos”. Gracias
Cantautor, gracias Rubén.
Muchas veces
quise volver a escribirle, porque he seguido siendo fiel a su obra, la cual me
parece monumental y digna de considerarse como “Patrimonio Cultural” de Nuestro
Caribe, de Nuestra América.
Qué triste que
en esta ocasión tenga que escribirle, desde el respeto y la admiración que aún
genera en mi todo su trabajo, pero esta vez para disentir y responder, como
venezolano plenamente identificado y comprometido con un Proceso Político
Revolucionario que, llegado de la mano de nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez
Frías, ha venido a dignificar nuestro nombre, no sólo como venezolanos, sino
como latinoamericanos, como caribeños. Porque si un caraqueño hizo mucho por
toda Nuestra América, no poca cosa hizo un llanero de Barinas por completar la
obra de aquél, articulando los mecanismos efectivos para la tan ansiada “Patria
Unida… la que Bolívar soñó”. Hoy decimos Latinoamericano y nos sentimos
gigantes. Y eso, le guste o no, se lo debemos en gran parte a Hugo Rafael
Chávez Frías.
Señor Rubén
Blades, debería usted saber que si hoy día Venezuela es Territorio Libre de
Analfabetismo (Declarado por UNESCO en 2005), el quinto país en el mundo con mayor
matrícula escolar (85%), y el país que, según la FAO, más esfuerzos hace para
acabar con el hambre en toda la región, que si tenemos uno de los más
alentadores coeficientes GINI de todo el Continente, entre otras cosas de una
larguísima lista que no cabrían en esta carta, es gracias al compromiso y la
acción de la Revolución Bolivariana, liderada hoy día por Nicolás Maduro Moros,
por voluntad del Comandante Chávez y de la mayoría del pueblo venezolano, quien
en elecciones abiertas y limpias, lo llevaron a la Presidencia. No sólo con el
voto de abril, sino también el de diciembre pasado.
Rubén,
Rubencito, el Presidente Chávez no está “extinto”, se sembró en las conciencias
de todos y cada uno de los hombres y mujeres de Nuestro Continente, y le digo
más, allende nuestras fronteras también quedó sembrada la obra y el grito
valiente de Hugo Chávez Frías. Le guste o no a sus amigos y colegas caraqueños
(me refiero a los César Miguel Rondón y sus secuaces), esto se lo digo con
conocimiento de causa, porque vivo, por razones laborales, en un remoto rincón
de Asia, yo soy testigo del entusiasmo y el cariño que suele dibujarse en miles
de rostros cuando se les habla de la Revolución Bolivariana y de Chávez.
Usted dice que
“Venezuela no es una Nación unida” y es “un país cuya población está polarizada
políticamente”, “una sociedad sumida en contradicciones obvias, con un gobierno
electo por un estrecho margen”. Y yo le pregunto:
¿Conoce usted
algún país cuya sociedad sea monolítica, cultural o políticamente hablando?
¿Conoce alguna sociedad donde no existan contradicciones, conflictos, “ruidos”
y roces de tipo político?
¿Le parece que
un 20% de abstención es mucha abstención en un país donde el voto es un derecho
y no una obligación? ¿Conoce usted las cifras de abstención en Chile? ¿Según
usted, con cuál margen debe ganar un candidato para merecer dirigir un proyecto
de país? ¿Con qué margen ganaron Francois Hollande, Mariano Rajoy o Ángela
Merkel? ¿Cuentan ellos con el apoyo total y absoluto de sus ciudadanos? ¿Están
legitimados para imponer sus programas y proyectos de destrucción del Estado de
Bienestar en Europa?
¿Recibió Obama
el apoyo absoluto del pueblo norteamericano? Obama hoy día no representa, ni
siquiera a las comunidades afroamericanas, que manifiestan abiertamente un
total desencanto por su gestión. Pregúntele usted a la legendaria Ángela Davis,
por ponerle un caso, su opinión sobre Obama.
Rubén, usted
(y yo también) es un profesional universitario y sabes de qué le hablo. No haga
demagogia. No se convierta en un “intelectual orgánico” al servicio de los
imperios.
Claro que en
Venezuela existe una parte de la ciudadanía que no apoya este Proyecto de País,
y que aborrecen nuestro “Plan de la Patria”. Claro que hay un porcentaje
importante de la población que opta por un modelo neoliberal y están en su
derecho de disentir. Pero en nuestro país, como nunca antes, existen canales
democráticos a través de los cuales pueden expresar su disconformidad. Tenemos
el Sistema Electoral más diáfano, moderno y confiable del mundo, según James
Carter. No sé si eso le dice algo. Además, nuestros procesos electorales han
sido acompañados por representantes de organismos como la OEA, la UE y el
“Centro Carter”. Por cierto, en los últimos tres lustros se han llevado a cabo 19
procesos electorales, de los cuales, el Proyecto Revolucionario Bolivariano ha
salido vencedor en 18 ocasiones. Por otra parte, nuestra Constitución (la
primera refrendada por el pueblo en la historia de América), contempla la
posibilidad de convocar a un Referendo Revocatorio (RR) para cualquier cargo de
elección popular. Ha de saber que la oposición ya convocó un RR en 2004 contra
el Proyecto Bolivariano, el cual ganamos ampliamente.
Así que,
hermano, no tenemos porqué tolerar que grupúsculos de ultra derecha, fascistas,
que no representan sino a una minoría dentro de la MUD (Mesa de la Unidad
Democrática), se empeñen en sembrar el caos, como parte de una estrategia de
“Golpe Suave”, sirviendo con ello a los intereses del Imperio.
Rubén, “no se
deje confundir, busque el fondo y su razón”.
Los Chavistas,
no sólo nos autodefinimos como socialistas sino que, actuamos en consecuencia.
Nuestro Gobierno Socialista aumentó la Inversión Social (lea usted bien, no
hablamos de “Gasto Social”) en más de un 60% respecto a los gobiernos de la IV
República. Gracias a lo cual hemos logrado reducir la desnutrición, de un 21 %
a menos de un 3%, en poco más de una década. ¿Puede usted decir lo mismo de
Panamá? Usted, que formó parte de uno de los gobiernos recientes del hermano
país. Un país, Panamá, que nos duele tanto como el nuestro, al cual vemos como
poco a poco lo van arrastrando por senderos oscuros, empeñados en convertirlo
en refugio de capitales de dudosa procedencia.
Nosotros no
sólo hemos leído a Lenin, sino también a otros autores como Pierre Bourdieu, de
los cuales hemos aprendido, por ejemplo, a desmontar las trampas de las
corporaciones mediáticas al servicio de los intereses neo-coloniales y
neoliberales. Por cierto ¿Ha leído usted “Sur la Télévision”? Nosotros sí,
porque en Venezuela ya no existe analfabetismo.
Claro que
hemos leído a Lenin, y como lo hemos leído, sabemos lo que es el “do ut des”,
razón por la cual mantenemos el intercambio comercial con los Estados Unidos.
Usted mismo da respuesta a la pregunta que formula. Comprendemos que existen
determinaciones históricas que obligan a tomar decisiones y mantener ciertos
vínculos, aunque resulten ideológicamente incómodos. Para hacerlo corto:
sabemos que todo tiene su momento. Pero no por ello vamos a comprometer nuestra
soberanía. Hoy, como nunca antes, tenemos criterio propio y defendemos nuestro
derecho a autodeterminación.
En Venezuela
no existen presos políticos, ni se reprime a estudiantes. Hoy día permanecen
detenidos unos señores que han alterado el orden público y pretenden derrocar
por la fuerza un gobierno legítimo. Nadie ha sido encarcelado por manifestarse,
sino por causar daños terribles al patrimonio público, por incitación a la
violencia y por causar pérdidas humanas. Al hablar de “represión y censura”,
creo que usted se confunde de país. Colombianos y chilenos han creado una
etiqueta para twitter que le invito a ojear (#noesvenezuelaescolombia
y #noesvenezuelaeschile).
Venezuela es territorio de Paz, donde la censura está prohibida por ley. Pero
la Paz necesita de órganos y mecanismos legales que la defiendan y protejan de
facciosos.
Por cierto,
¿sabía usted que nuestra hermana República de Colombia lleva más de cincuenta
años en guerra? Sin embargo, nunca se ha negado usted a ofrecer conciertos o
visitar al vecino país. Hoy día en México, en Michoacán concretamente, el
pueblo se ha armado pues se siente desvalido ante la impunidad de los
narcotraficantes. ¿Visitaría usted México si le invita Peña Nieto? ¿Ha visto
usted como reprimen al pueblo Mapuche en el hermano país austral, un país en el
que los estudiantes son apaleados cuando reclaman su derecho a educación
gratuita? ¿Rechazaría hacer un conciertito en Viña del Mar?
El Presidente
Nicolás Maduro, como lo hizo Chávez en su momento y ningún otro anterior a él,
ha llamado al diálogo, desde que asumió el poder. Pero dialogar no quiere decir
ceder ante las imposiciones del capital extranjero, ni ante los intereses de la
burguesía parasitaria local. Tenemos un Proyecto de País, un Plan de la Patria,
independiente, soberano, y no vamos a ceder “ni un tantito así”.
Hermano, todas
estas escenas de caos y muerte, no son más que un capítulo del guión que
desarrollan quienes pretenden hacer de Venezuela otra Siria, no caiga usted en
su macabro juego. Ya lo intentaron en abril de 2002 y fracasaron. Los derrotó
un pueblo arrecho. Por cierto, nunca supe de una carta suya dirigida a Uribe o
a Piñera, en la que condenase la represión a las comunidades afrocolombianas, a
las torturas y el destierro al que han sido sometidos millones de campesinos
colombianos por parte de los paramilitares (bajo la complicidad del estado) y
que “cruzan la frontera pa’ salvarse en Venezuela”, o la represión a los
estudiantes que exigen su derecho a educación pública en Santiago o a los
mapuches que reclaman sus derechos ancestrales sobre la tierra.
Le expreso mis
opiniones, mi respetado Cantautor, sin rencores ni ironías, con el único objeto
de dejarle claro que Venezuela, el Proyecto Revolucionario Bolivariano y
Nuestro Presidente Nicolás Maduro cuentan con millones de dolientes, dentro y
fuera de nuestro país.
Rubén, quiero
decirle que, a pesar de este penoso capítulo que lamentable y tristemente ha
querido usted protagonizar, seguiré disfrutando de su valiosa e insuperable
obra, tal y como disfruto del trabajo de autores que, como Borges o Vargas
Llosa, decidieron en un momento alistarse en “el otro bando”, llegando a apoyar
incluso las más sangrientas dictaduras de las que quizás se haya tenido
noticia. Su obra, como la de aquellos autores, está muy por encima de usted. Ya
no le pertenece, aunque siga usted cobrando, con mucha razón, los derechos
autorales.
Usted, como yo
y como todos nuestros prójimos, próximos y lejanos, así como todos los cuerpos
sociales conocidos, está pleno de contradicciones. Ya sabemos que en nada
humano existe la pureza. Yo le juro que seguiré respetando su persona, porque
para eso me formé con una conciencia de izquierda, valga decir, en la defensa
activa de la dignidad del ser humano, pero quería que supiese que “el que se
mete con mi barrio… me cae mal”.
Sin mucho más
que decirle, por ahora, me despido.
Atentamente,
Desde un
rincón de Anatolia, febrero de 2014.
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