Por Ramón Bernal Godoy
Después de escuchar las palabras del presidente de Ecuador Rafael Correa sobre los avances reciente de la ultraderecha latinoamericana me dispuse a navegar en Internet
en busca de hechos e informaciones que me permitieran profundizar al
respecto. El resultado de mi esfuerzo me confirmó la percepción del
presidente ecuatoriano y otro elemento archiconocido: el control que
ejerce el gobierno estadounidense sobre esa derecha, son ellos, los
señores de Washington, los que planifican, coordinan e
instruyen cada paso a dar en aras de liquidar un movimiento de izquierda
que genuinamente tomó un “segundo aire” con el accionar de un líder
histórico, Hugo Rafael Chávez Frías.
Es perceptible, la guerra que hoy Estados Unidos dirige en América Latina no es la guerra burda de un Plan Cóndor,
se trata de un intento desesperado de desmontar y dejar sin “valores” a
los que nos aferramos a un ideal de izquierda, se trata de hacer
prevalecer el consumo y el fracasado modelo neoliberal
como máximo exponente y requisito absoluto de un porvenir próspero, se
trata de “confundir” naciones enteras con la tesis de que no existen
izquierdas ni derechas sino solo “pueblo”, para así eliminar un vocablo
que resume toda una clase social “izquierda” y terminar enterrando las
categorías de pensamiento y acción que esa clase y ese movimiento
representan.
A lo largo de mi vida he visto desfilar
disímiles estrategias de dominación yanquis, pero estas que implementan
hoy en día no podemos dejar de calificarlas como “peligrosas” y “bien
estructuradas”. El “Norte revuelto y brutal”, como lo calificó José Martí, se empeña en sustituir las bombas en cualquier “oscuro rincón” por un “sutil” aprovechamiento de las Tecnologías de la Información (TIC) para a través de ellas fabricar el descrédito de los líderes de la izquierda,
implementar una guerra de cuarta generación e inmiscuirse en el proceso
electoral de determinado país, y de todo esto ejemplos recientes
sobran, no lloveré sobre lo mojado, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, y hasta Colombia, son algunos de ellos.
Y es precisamente el caso colombiano el
que les traigo a colación con un interesante artículo que encontré en
Internet, exactamente en el sitio “http://www.avanzarcolombia.com” y el cual viene acompañado de una foto que habla por sí sola. En la misma aparece el ex mandatario Álvaro Uribe y el exsubsecretario de Estado Roger Noriega, nada más claro, el propio artículo lo explica, Washington
manda y Uribe le representa en ese hermano país. Uribe es el
instrumento que lo mismo cumple instrucciones como que las traslada, y
es precisamente esa última función la que ejerce con Oscar Iván Zuluaga, candidato que se enfrenta al presidente Juan Manuel Santos en segunda vuelta.
(Ambos personajes; Noriega y Uribe, resumen dos amenazas a nuestra región: Fascismo y Golpismo).
Les dejo con el artículo, pero no sin antes llamar la atención que el tercer sujeto que aparece en la foto es Jorge Luís García Pérez, alias Antunez, el contrarrevolucionario cubano que junto a una decena de asalariados de su mismo origen se discuten el “cargo” de Uribe para Cuba, es decir “máximo representante de los intereses imperiales” en la isla, solo que en este caso el propio gobierno norteamericano, a través de las revelaciones de wikileaks,
hizo saber al mundo que no son tan “ciegos” ni están tan “equivocados”
como repetidamente demuestran, que están conscientes que los mercenarios
cubanos no representan ni tienen conexión con la inmensa población de
este archipiélago, que los Antunez y compañía no son un Álvaro Uribe ni Cuba es Colombia, ellos, los gringos, les pagan por un servicio, justo como Roma hacía con sus traidores, pero en este caso con años de derrota y sin esperanza real de victoria alguna*.
Acá la mencionada foto y artículo, cual también pueden ver en el sgte link:
*(Es decir, que la foto reúne no dos sino tres amenazas: Fascismo, Golpismo y Servilismo). |
ALVARO URIBE, EL FRUTO MADURO DE LA DERECHA ESTADOUNIDENSE.
Por Amadeus
En
Colombia vuelve a aparecer la controvertida figura del ex mandatario
Alvaro Uribe, quien continúa sacando provecho de sus relaciones y viejas
amistades, algo que muchos confunden con sus supuestas habilidades
políticas.
Para
mí no quedan dudas, su elección para el Senado colombiano y todo lo que
acontece en materia electoral lo ha logrado gracias al apoyo de una
extrema derecha adinerada radicada en Estados Unidos y algunos segmentos
de la burguesía bien posicionada en nuestro país, en una evidente
combinación de su obsesión por el poder y la intención de sectores
estsdounidenses vinculados al ala ultraconservadora del Partido
Republicano, por sabotear el Proceso de Paz y la reelección de Juan
Manuel Santos.
Quien
mire hacia atrás en la historia de este señor, comprenderá que nada
responde a cualidades naturales y que su único mérito ha sido engañar y
seleccionar correctamente a amigos poderosos. A nadie le queda dudas que
en política Latinoamericana, si usted no posee estrechos vínculos con
el poder imperial no puede modificar la constitución de su país sin
referéndum, para permitir su propia reelección. No puede tener a su
disposición soldados que secuestraban a jóvenes para asesinarlos, luego
los vestían como guerrilleros y así cobraban recompensas secretas. No
puede convivir impunemente durante décadas con aliados incondicionales
que hoy son prófugos de la justicia o están en las cárceles colombianas,
no puede masacrar los derechos civiles de sus ciudadanos, o gobernar
salpicado de constantes escándalos de corrupción y estafas. Tampoco
puede armar un Cuerpo de Inteligencia privado que espíe ilegalmente a
periodistas, llamados opositores y hasta las propias oficinas del actual
Presidente. No se puede simplemente, no se puede sin la ayuda y apoyo
incondicional de poderosos e influyentes amigos en Estados Unidos.
Todo
ahijado tiene un padrino y aunque Uribe tiene varios domiciliados en la
Ultraderecha Republicana, destaca el ex subsecretario de Estado, Roger
Noriega, un personaje de oscuros antecedentes. Noriega es un
neoconservador que dirigió la USAID para Centroamérica, se encargó del
financiamiento y asesoría a la oposición nicaragüense en contra de los
sandinistas, fue activo en el golpe de estado de abril 2002 contra el
Presidente Chávez en Venezuela, y hoy en día es uno de los principales
críticos en Estados Unidos contra el Proceso de Paz que impulsa el
Presidente Juan Manuel Santos.
No
cabe dudas, Uribe y Noriega son dos alas de un mismo pájaro. Uribe es
el mejor aliado de la ultraderecha de los Estados Unidos en la región.
Lo han fabricado, lo han protegido y lo intentan hacer renacer en las
circunstancias actuales, su elección como Senador responde a su
servilismo de antaño, a su enfrentamiento diametral a las políticas del
actual gobierno, y su encarnada oposición al proceso venezolano y demás
gobiernos progresistas de la región. Uribe es el principal instrumento
que utilizan para tratar de sabotear un Proceso de Paz que pudiera
catalogarse de histórico de lograr concretarse. En fin, un tres en uno,
un solo personaje que garantiza tres o más objetivos. Una unión
peligrosa, una mezcla volátil, estemos alerta.
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