A Cuba le urge cambiar la matriz de generación de energía. Foto: AIN |
Por Ana María Domínguez Cruz.
El ritmo moderado de crecimiento del Producto Interno Bruto, las
elevadas tasas de acumulación, la dualidad monetaria y la necesidad de
modificar la matriz de generación eléctrica del país, entre otros, son
problemas hacia cuya solución se dirigen los esfuerzos de la
actualización.
Así lo comentó la víspera Marino Murillo Jorge, vicepresidente del
Consejo de Ministros y presidente de la Comisión Permanente de
Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la Revolución, a los asistentes a la jornada
inaugural del I Taller Internacional de Auditoría, Control y
Supervisión, que sesiona en La Habana.
Afirmó que la solución de esos problemas ha de trazarse a partir de
«las políticas de Gobierno definidas en los Lineamientos y no desde los
actores económicos; sin traumas y sin terapias de choque y, sobre todo,
estimulando las fuerzas productivas».
Para lograr un crecimiento del PIB por encima del cinco y el siete
por ciento, deberíamos producir en el país mucho de lo que importamos,
por ejemplo, y llevar a cabo diversos procesos que solo pueden dar
resultado a largo plazo, aseveró.
Murillo Jorge comentó que aunque el origen y estructura de nuestro
PIB ha mejorado, Cuba necesita fuentes externas de financiamiento para
su desarrollo, por lo que la inversión extranjera, bien hecha, es una
posibilidad real de crecimiento económico.
«No se trata de vender el país, sino de utilizar las potencialidades de esta variante».
Más adelante comentó que un 96 por ciento de la energía que generamos
es dependiente del petróleo, y que urge cambiar esa matriz para
aprovechar más las fuentes renovables, que conllevan elevados costos en
la inversión, pero muy bajos desde el punto de vista operacional.
En el marco del programa de desarrollo que impulsamos, los
contralores y auditores son esenciales, expresó tambien, pues son
quienes nos brindarán las herramientas indispensables para enfrentar los
errores, las malas intenciones, los actos de corrupción y las
ilegalidades, y mantener el carácter preventivo ante estos fenómenos.
Al respecto la vicepresidente del Consejo de Estado y contralora
general de la República de Cuba, Gladys Bejerano Portela, señaló que no
habrá eficiencia sin control, ni transparencia sin ética. Debemos
estimular buenas prácticas para el ejercicio de la auditoría y el
control y lograr que la participación ciudadana impulse la lucha contra
las ilegalidades y la corrupción, dijo. Al I Taller Internacional de
Auditoría, Control y Supervisión, que sesionará hasta el próximo jueves
en el Palacio de Convenciones de La Habana, asisten 182 delegados y
están representados 11 países.
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