La
abdicación de Juan Carlos I como Rey de España se produce en el
contexto de una grave crisis del régimen de la Constitución de
1978-2014.
Crisis alimentada por el agotamiento del pacto social de la transición como consecuencia de la gestión neoliberal por parte del PP y el PSOE de la crisis económica y social que sufre el Reino de España.
A esta se suman la crisis del Estado de las autonomías, con la negación del derecho de autodeterminación de las nacionalidades, y la incapacidad de financiar un "estado del bienestar" que garantice un acceso universal de toda ciudadanía a la sanidad, la educación y unas pensiones dignas.
La corrupción de la oligarquía y la propia familia real, que alcanza a la financiación de los dos partidos dinásticos y CiU; y por la propia deslegitimación de la monarquía como institución por la falta de ejemplaridad del propio Rey cierran la lista de agravios.
Crisis alimentada por el agotamiento del pacto social de la transición como consecuencia de la gestión neoliberal por parte del PP y el PSOE de la crisis económica y social que sufre el Reino de España.
A esta se suman la crisis del Estado de las autonomías, con la negación del derecho de autodeterminación de las nacionalidades, y la incapacidad de financiar un "estado del bienestar" que garantice un acceso universal de toda ciudadanía a la sanidad, la educación y unas pensiones dignas.
La corrupción de la oligarquía y la propia familia real, que alcanza a la financiación de los dos partidos dinásticos y CiU; y por la propia deslegitimación de la monarquía como institución por la falta de ejemplaridad del propio Rey cierran la lista de agravios.
Hace una semana las elecciones europeas castigaron al PP y al PSOE, que con 5 millones de votos menos habrían perdido la mayoría necesaria para la reforma controlada de la Constitución de 1978, como hicieron en 2011 para imponer un artículo 135 que prioriza los derechos de los acreedores de la deuda pública a los derechos sociales de la ciudadanía.
Y la sentencia del Caso Nóos está lista para oprobio de la opacidad de la Casa Real.
El presidente del gobierno del PP anuncia una Ley Orgánica para la sucesión del Príncipe Felipe como Rey y nuevo Jefe de Estado. El Rey anuncia que ha decidido que le suceda su hijo Felipe.
El gobierno del PP, con el beneplácito de la dirección del PSOE, pretenden que la Jefatura del Estado siga sin ser elegida por la ciudadanía 37 años después. El Rey no puede decidir por la ciudadanía. Hay que poder votar.
Por un pacto republicano
Se
ha abierto una oportunidad histórica para construir una nueva mayoría
de izquierda en el Estado, que se manifieste en las próximas elecciones
autonómicas y municipales. Esas elecciones, junto con la exigencia del
derecho a decidir de Catalunya, Consulta para el 9N, y Euskal Herria,
profundizarán la crisis del régimen de la segunda restauración
borbónica.
Es necesario un pacto republicano de las izquierdas del Reino de España, federalistas, soberanistas e independentistas, que abra nuevos procesos constituyentes, cimente la legitimidad de la soberanía ciudadana, ponga a voto la Jefatura del Estado y exija la celebración de un referéndum sobre la forma de Estado, en la que cada Pueblo elija entre la monarquía y la república.
En 1978, la transición vigilada por los poderes del franquismo impuso una monarquía que garantizase los intereses económicos capitalistas de las oligarquías. Hoy necesitamos votar para decidir entre monarquía y república.
Construyamos un pacto republicano de todos los pueblos ibéricos. Abramos el camino de nuevos procesos constituyentes. Por la República Catalana, por la República Vasca y Gallega, por la República Española. Por la Confederación Libre de las Repúblicas Ibéricas.
Es necesario un pacto republicano de las izquierdas del Reino de España, federalistas, soberanistas e independentistas, que abra nuevos procesos constituyentes, cimente la legitimidad de la soberanía ciudadana, ponga a voto la Jefatura del Estado y exija la celebración de un referéndum sobre la forma de Estado, en la que cada Pueblo elija entre la monarquía y la república.
En 1978, la transición vigilada por los poderes del franquismo impuso una monarquía que garantizase los intereses económicos capitalistas de las oligarquías. Hoy necesitamos votar para decidir entre monarquía y república.
Construyamos un pacto republicano de todos los pueblos ibéricos. Abramos el camino de nuevos procesos constituyentes. Por la República Catalana, por la República Vasca y Gallega, por la República Española. Por la Confederación Libre de las Repúblicas Ibéricas.
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