Por Volker Hermsdorf
Cuando no está viajando por el
mundo, la bloguera Yoani Sánchez pasa una gran parte de su tiempo
enviando mensajes desde su cuenta de Twitter. La dependencia financiera
de sus patrocinadores en Miami, de la Sección de Intereses de Estados
Unidos en La Habana (SINA) y de organizaciones ultraderechistas en
Europa y Latinoamérica es bien conocida. Y los patrocinadores quieren
ver los resultados de su inversión. Para ello, Yoani Sánchez debe enviar
todos los días decenas de mensajes en Twitter, con la intención siempre
de denigrar a su país, al que un día volvió frustrada después de su
desilusionante experiencia como migrante en Europa. Yoani no para de
inventar incidentes y de repetir mentiras, mientras “olvida” una parte
de la realidad que, en ocasiones, la desenmascara. Así ha ocurrido en la
última semana.
El lunes 20 de enero, Yoani Sánchez publicó un texto de intenciones
evidentes: “Espero en una larga cola para comprar comida. Una joven
protesta por la demora y una señora le sale al paso: quejarse no sirve
de nada”. Un poco más tarde continuaba con otro mensaje: “Queda solo un
poco de pollo congelado cuando logro entrar a la tienda. Sobre la nevera
un avispero de gente se pelea por un paquete”. Y un poco más tarde,
Yoani Sánchez -cuyas cuentas bancarias en el extranjero se estiman en
varios cientos de miles de dólares y euros- hace saber al mundo lo
siguiente: “Me voy a casa sin pollo, pero con jabón de lavar. Al menos
alcancé algo”. Es decir: en Cuba -y en la casa de Yoani Sánchez- no hay
suficiente para comer, y en las tiendas las personas tienen que luchar
por lo poco que hay. Es inevitable que surja la compasión por esta pobre
bloguera que pasa tanta hambre.
Dos días más tarde, el miércoles 22 de enero, la misma Yoani
divulgaba este otro texto: “Fui a botar cajas de cartón y no llegué al
contenedor de basura. Un mendigo me las pidió. `Es que hace tanto frío
en las noches´, dijo”. El público que sigue sus tuits aprende que en
enero, en La Habana, hace frío; que existen personas sin techo también
en Cuba; y que Yoani Sánchez tiene un buen corazón y regala a los pobres
cartones vacíos. Este es el sentido de su mensaje.
Pero... ¿de dónde sacó Yoani Sánchez los cartones vacíos, que eran
tan grandes que una persona pudo cubrirse con ellos para dormir? ¿Fueron
los cartones de la pieza de jabón –lo único que, según nos dijo, pudo
comprar en la tienda– ? Por supuesto, Yoani Sánchez no nos revela nada
sobre ello.
Pero sí otro bloguero cubano –que no goza, por cierto, de la venia de
la prensa internacional-: Yohandry Fontana. Leemos en el Twitter de
Yohandry Fontana mensajes como los siguientes: “Suma de dinero yanqui
perdida en La Habana es encontrada en gastos privados de Yoani Sánchez”.
“Dos refrigeradores, dos TV pantallas planas, juego de sala, muebles,
cocina de horno, entre otros, hasta completar 10 mil dólares en compras
de Yoani Sánchez en los últimos días”. “El dinero fue gastado en tiendas
Trasval de Galiano, Carlos Tercero, Infanta y San Lázaro, presupuesto
de #USAID para Yoani Sánchez” (1).
¿Ahora entienden de dónde sacó Yoani sus cartones?
(1) http://www.yohandry.com/index.php/component/content/article/44-cuba/2460-2014-01-27-03-36-28
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