martes, 14 de enero de 2014

Justo Vega: Con pie forzado

Tomado de CubAhora
Por Rafael Lam Marimón

Justo Vega fue uno de los repentistas estelares en el pie forzado en el punto campesino en Cuba, era aquel señor que se presentaba todos los domingos en el programa de TV Palmas y Cañas, frente a Adolfo Alfonso, con el que hacía una pareja ideal.

“Aquellos encuentros de controversia callejera eran, en buena medida, puro teatro del bueno. A mí me gusta la décima seria –me dijo una vez en secreto antes de comenzar uno de los programas de TV-, en realidad me gusta la filosofía romántica, la que describe el paisaje, pero a la gran mayoría de la gente le gusta que la controversia sea el plato fuerte de nuestro trabajo artístico junto al tremendo Adolfo Alfonso. Por eso complazco a la gente, en contra de mi gusto, pero uno trabaja para el pueblo. Adolfo de buscarme la lengua, de ponerme bravo, y aunque yo le diga “guayabas verdes” se ríe. Si se molestara de verdad, nunca lo hubiese hecho por segunda vez”.

Justo nació el 9 de agosto de 1909 en San Antonio de las Cabezas, provincia de Matanzas y falleció en La Habana el 13de enero de 1993, el pasado año se conmemoró el aniversario 20 de su fallecimiento. Fue el padre del cineasta Pastor Vega.

“Mucha gente no sabe que el primer público que me escuchó las décimas improvisadas fueron dos vacas que yo ordeñaba para vender la leche por las calles de mi pueblo, eso era a principios de siglo XX, cómo han pasado los años”.

Después de ordeñar tantas vacas, Justo en 1924, ahora hace 90 años llega a la capital ansiada y diez años después funda y dirige el cuarteto Trovadores Cubanos, integrado por Pedro Guerra, Alejandro Aguilar laudista y Bernardo Vega.

Son memorables los encuentros y festivales de la décima de Justo Vega con Adolfo Alfonso en los Jardines de La Tropical, cuando aquello las controversias campesinas eran muy queridas por la enorme cantidad de emigrantes que llegaban a Cuba y en especial a la capital.

Justo fue jurado de muchas jornadas Cucalambeanas y, en 1973 con su compañero Justo Vega integró una embajada cultural que viajó a Panamá. “Recuerdo la fiesta que dieron en la Universidad de la capital y a las 11 de la noche nos mandaron a buscar y tuvimos que salir siete veces a la tribuna, aquello fue apoteósico, ellos comprendían la autenticidad de nuestro trabajo artístico”.

La fuerza de su poesía lo situaron entre los grandes de la décima, junto a Angelito Valiente, Jesús Orta Ruiz, Inocente Iznaga, Chanito Isidrón, Rigoberto Rizo, José Sánchez León, José Marichal, Patricio Lastra y muchos más. Extrañamos ese arte tan tradicional y querido por el pueblo cubano.

Se mantuvo más de medio siglo brindando su arte popular. De su obra escribió un libro de décimas.

La amistad
La amistad es un afecto
Recíproco, solidario,
Sin prejuicios de vestuario
Ni de piel ni de intelecto.
Su proceder es correcto
Sin mando ni servidumbre,
Y con íntima costumbre
Su calor nos manifiesta
Lo mismo en horas de fiesta
Que en horas de pesadumbre.


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