viernes, 24 de enero de 2014

Juventud cubana apuesta por la integración


Tomado de Juventud Rebelde
Por Susana Gómez Bugallo 
 
En los tiempos que vive el mundo nadie debe darse el lujo del escepticismo político. Los jóvenes cubanos conocen esta verdad, y por tal razón se esfuerzan en ser protagonistas principales de la Cuba de hoy.

Las miradas que cada vez se dirigen más hacia nuestro Sur no se equivocan. Si José Martí y Simón Bolívar lo predijeron como destino final, los líderes actuales de Latinoamérica y el Caribe no pueden dudar de su camino común. Las nuevas generaciones tampoco dudan en seguirlo.

Este diario intercambió con jóvenes para conocer sus expectativas ante la integración en marcha en nuestra región. Aun cuando algunos reconozcan la lucha que supone crecerse ante otras alianzas más poderosas, saben que los vínculos entre hermanos pueden lograr más frutos porque están ligados a sentimientos de identidad que son base de la verdadera unidad.
Y para que sea real la integración, los países deben unirse en todos los sentidos. Así lo defiende Yelena Sánchez, trabajadora del Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Cubano de Radio y Televisión, quien opina que la integración no debe ser solo política, sino también sociocultural, para lograr que no se fragmente, pues todo está mediado por factores culturales de nuestras sociedades que no pueden obviarse. «Todavía existen muchos estereotipos y no podemos fragmentarnos culturalmente», acotó.

Por su parte, Jorge González, joven profesor de la Facultad de Filosofía, Sociología e Historia de la Universidad de La Habana (UH), cree que esta es una buena oportunidad para la región y para Cuba.

«Constituye un esfuerzo para seguir consolidando un mecanismo regional autónomo en contraposición a otros más asentados históricamente», pero que no nos representan de modo auténtico. «Para que todo dé resultado deben esperarse unos cuantos años porque esta es una batalla larga para lograr resultados económicos, políticos, culturales, diplomáticos y sociales. Pero el hecho de tener una postura de consenso en la región marca la diferencia», alega.

Los jóvenes no olvidan los deseos de Martí y Bolívar. Lo patentiza Yulién Chong, estudiante de la Facultad de Derecho de la UH, quien opina que de este lado del mundo se piensa más en fortalecer la unión entre todos los países para compenetrarse y apoyarse unos a otros en lo que cada quien es más fuerte. Cuba podría apoyar en educación y salud, como sus mayores potenciales, comenta. Reconoce también que por vez primera América Latina y el Caribe se encuentran unidas.

Su compañero Eliades Leyva expresa  que los jóvenes son los indicados para propiciar y apoyar la interacción cultural. Asimismo, el músico Nicolás Lincoln destaca la importancia del intercambio en este sentido para el desarrollo de la mentalidad de las personas.

Por otro lado, Yeisa Sarduy, investigadora del Centro de Investigación Cultural Juan Marinello, opina que «la celebración de la II Cumbre de la Celac en Cuba ayudará a lograr mayor articulación en la economía. Además de mostrar nuestros logros como cubanos, debemos establecer una retroalimentación con las propuestas de otros países», comenta.

La realidad latinoamericana interesa a todos. Yunior Contreras, trabajador de seguridad del Hospital Calixto García, espera que el fortalecimiento de la integración haga surgir ideas y amplíe el campo de ayuda mutua y solidaridad.

Otras realidades no escapan al ojo de los más nuevos

José Antonio García, profesor de Filosofía, ve en la Cumbre otro reconocimiento al prestigio de Cuba, y la oportunidad de fortalecer sus relaciones con otros Gobiernos de la región.

«Hay muchas expectativas con respecto a la Cumbre y al proceso de integración latinoamericana por el que siempre hemos abogado los cubanos», dice Ives Raymar, estudiante de Derecho.

«Que América Latina sea más fuerte gracias a la integración es gratificante para los jóvenes cubanos. Tenemos las de ganar por poseer una identidad común y por la raíz histórica tan fuerte que nos dejó la colonización. En ese sentido, somos superiores a la Unión Europea con sus grandes diferencias culturales», recalcó.

Claudia de la Paz, también alumna universitaria, defiende que los pueblos tienen que sentir el efecto de la integración y acota que los jóvenes cubanos esperamos que, como resultado de estos debates, Cuba siga prosperando como sociedad.

«Si nos unimos podemos lograr el desarrollo de los pueblos, que es el objetivo común. Mientras más entrelacemos nuestras ideas, más nos fortalecemos para combatir la globalización del mundo», dijo Berenice Salazar, estudiante de Música de la Escuela Nacional de Arte.

Unidad dentro de la diversidad es la máxima que defendemos como región. Y en la sinfonía latinoamericana hay más elementos armónicos que discordantes.

La abogada Zahilis Miclín hace énfasis en la unión como vía de desarrollo. «Si los más fuertes también se unen, ¿cómo no hacerlo nosotros? Latinoamérica tiene recursos naturales para lograr países desarrollados. Si los dirigentes logran la cooperación será más difícil explotarnos, aislarnos y robarnos. Debemos levantarnos unidos».

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