Por Echedey Morales (*)
La
política de comunicación del Gobierno de España y, con él, todo el Partido
Popular ha cambiado del tan manido "hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades, debemos hacer sacrificios para salir de la crisis" a un
optimista "ya estamos saliendo de la crisis". No son los
primeros en ejercer de "pitonisos", ya el gobierno de Zapatero nos
trató de convencer de que existían "brotes verdes". Pero al
final, tanto unos como otros, lo único que quieren es perpetuar la estafa y que
tomemos la situación por normal.
Nos
hablan del final de la crisis y para ello utilizan argumentos
macroeconómicos. Para que nos entendamos, cuestiones como la prima de
riesgo, el aumento en las exportaciones, la inversión extranjera en bancos y
grandes empresas. Todo esto, al común de los mortales, ni nos
suena. La tal prima de riesgo no es de nuestra familia y desde luego que
los grandes financieros logren más beneficios tampoco logra que paguemos más
fácilmente la factura de la luz. Estas mejoras de la economía a gran
escala sólo benefician a las grandes empresas, grandes fortunas y demás, pero
nos quieren convencer que esas mejoras tirarán del resto de la economía
mejorando, a medio plazo, nuestra vida. Pero esto no es necesariamente
cierto, las medidas que se han tomado políticamente para buscar este resultado
han propiciado que todos los ciudadanos y ciudadanas, la gente común, suframos
un nivel de precariedad en muchos casos extremos.
Es
bastante fácil de demostrar, incluso sin alejarnos del argumentario del PP, que
nos han impuesto muchos sacrificios. Hablo de la reforma laboral que ha
institucionalizado la precariedad del empleo, sometido a EREs arbitrarios,
negociaciones colectivas coartadas, etc. Hablo de la reducción drástica en los
servicios prestados por el Estado en sanidad, educación o servicios
sociales. Hablo de como las pensiones han sufrido una reforma que hace
perder poder adquisitivo a los que se la han ganado y complica al resto poder
ganársela. Incluso hablo de cómo nos han reformado la constitución para
que el pago de la deuda sea prioridad a la inversión en los aspectos básicos
del Estado. Todo esto es sin duda un precio muy alto para lograr esas
mejorías que no afectará a la mayoría social.
En
cambio, de los otros aspectos de la crisis ni palabra. Seguimos sin
afrontar un profundo cambio del sistema político que tiene a la sociedad
cautiva y desencantada, con una calidad democrática paupérrima. No en
vano el último informe del CIS (Octubre 2013) habla de que el 81% de los
encuestados consideran mala o muy mala la situación política en España y,
además, que tras el paro, la corrupción política, los políticos y los partidos
políticos son las mayores preocupaciones de los españoles. ¿Acaso también
cree el Partido Popular que esta crisis ha acabado? La realidad es que la
crisis no se está acabando. La crisis ha venido para quedarse y es justo
lo que busca el Gobierno del Partido Popular, y lo que parece que buscó el PSOE
en sus últimos años. Han tomado medidas para que los peores efectos de la
crisis (la precariedad laboral, los sueldos míseros, la necesidad colectiva e
incluso el hambre instalada en muchas familias) se queden de forma
permanente. ¿Por qué iban a querer tal cosa? Pues porque la
precariedad es un gran negocio para unos pocos, esos pocos a los que el PP
defiende, ya que como dice una encuesta publicada esta semana "los jóvenes
españoles estamos dispuestos a trabajar cuanto sea por lo que sea" y los
no tan jóvenes también. Qué gran empresario iba a querer cambiar esa
situación, hace tiempo que han comenzado las rebajas en el mercado laboral.
Como
siempre, de nosotros depende cambiar esta situación, las alternativas ya
existen y se pueden crear más. En nuestra mano está tomar parte para
cambiarlo.
(*) Echedey Morales es coordinador IUC en las Palmas de G.C.
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