Honorable Señora,
En respuesta a
su carta del 8 de enero 2015 dirigida al camarada Xi Jinping, Presidente de la
República Popular China, he recibido instrucciones de responderla para hacer
honor a la tradicional cortesía de mi país y, al mismo tiempo, señalarle:
PRIMERO
Firma usted su carta como “Diputada a la Asamblea Nacional”, cargo y título que usted –efectivamente- tuvo y del cual fue despojada por sus colegas parlamentarios por haber representado a otro país (?) en la Organización de Estados Americanos OEA, con el propósito manifiesto de oponerse a la representación oficial de Venezuela en dicho foro. La República Popular China no se entromete en los asuntos internos de Venezuela, pero creo pertinente comentar que si un diputado chino hubiera incurrido en semejante conducta, y hubiera cometido la locura de volver a China, lo hubiéramos tratado sin la benevolencia que usted ha recibido de parte del gobierno de su país y habría perdido algo más que su curul. Me atrevo, además, a suponer que es en función de esa benevolencia que usted hoy se atribuye un título que no tiene para descalificar a su gobierno y denunciar acuerdos bilaterales que sin duda beneficiarán a su pueblo.
SEGUNDO
Habla usted “en nombre de los ciudadanos venezolanos que hoy nos preparamos para la reconstrucción de nuestro país”, y suponemos se refiere a sus correligionarios. No podemos sino desearle éxito en dicha preparación si es para alcanzar el poder dentro de la legalidad constitucional venezolana, es decir mediante elecciones.
No parece
pertinente de su parte “advertir al pueblo chino” (son sus palabras) de
cualquier cosa que sea. Habla usted con irrespeto y racismo,
como si el gobierno de una nación de 1.370 millones de habitantes necesitara
que usted le informe sobre las realidades del mundo. Peor aún, comienza su
“advertencia” con una afirmación tan errónea como es “Venezuela atraviesa una
crisis económica y social sin precedentes”, cuando hasta los
estudiantes chinos y venezolanos saben que el actual “proceso”
venezolano nació justamente de la profunda y dramática crisis neoliberal de los
80-90, que era política y social y no solamente económica como la actual que,
además, es en gran parte artificial y provocada.
TERCERO
En cuanto a la
parte de su “advertencia” que señala, como para atemorizarnos, “una grave
escasez de productos de primera necesidad, el aumento desenfrenado de la
inflación y la destrucción del sector productivo” un estudio aún superficial de
la historia china le permitirá enterarse, señora Machado, que esas eran las
condiciones cuando nació, en 1948 y en plena guerra fría, nuestra gloriosa
República Popular China, sin mencionar la guerra fría y acoso por parte del
entonces gobierno macarthista de los Estados Unidos.
CUARTO
Escribe usted
que “La solicitud de financiamiento hecha recientemente por el Sr. Maduro ante
la República Popular China, no garantiza que los recursos se utilicen de una
manera responsable…” Una solicitud en sí no garantiza nada: en las
negociaciones bilaterales entre China y Venezuela rige el mutuo interés
estratégico y las garantías financieras. En cuanto al destino y uso que hace
cada Estado de sus finanzas, eso es un asunto de política interna: nosotros no
somos el FMI ni somos el gobierno de su amigo George Bush. El gobierno chino no
regala, ni apuesta decenas de miles de millones de dólares sin saber con quién
está tratando: consideramos que Venezuela tiene suficientes recursos materiales
y humanos para garantizar cualquier cosa. Y sobre la parte de su ‘advertencia’
que indica que “la caída de los precios del petróleo les restan el soporte
(sic) que requeriría la solicitud”, nuestros expertos petroleros difieren y
piensan que hay razones para esperar un repunte de precios en 2015.
QUINTO
En cuanto a su
afirmación de que “el nuevo empréstito podría (sic) estar fuera de
toda norma constitucional venezolana”, su condicional ‘podría’ genera dudas
sobre si el tema la supera a usted o si intentó formular una amenaza, como si
la República Popular China no supiera quién es usted y su poca autoridad que en
materia constitucional.
El resto de su
carta es puramente político, y trata asuntos para ser debatidos entre
venezolanos. Me detendré, sin embargo en su afirmación de que miles de millones
de dólares han sido para “proyectos en el área social que hoy no están concluidos”.
Y decirle que esperamos que nunca se concluyan, porque esa es, justamente, la
naturaleza de los proyectos sociales.
Termina usted su
carta asegurándonos que “al lograr la transición hacia la democracia, el nuevo
gobierno de Venezuela honrará los compromisos asumidos con la República Popular
de China”, a lo que me veo obligado a señalarle que la República Bolivariana de
Venezuela está reconocida como una democracia por los casi 200 países miembros
de las Naciones Unidas y, en general, por toda la comunidad internacional.
Siendo Venezuela una democracia, quizás la “transición” que usted nos anuncia
sea hacia otra cosa que no nos permitimos ni queremos adivinar. Lo único que
podemos hacer, en esta China milenaria y socialista, es preguntarnos si el
“nuevo gobierno” que usted anuncia... durará o duraría- más que el de su
antiguo socio y colega Pedro Carmona Estanga.
Con nuestra
consideración
Me suscribo,
Dr. Fu Man Chu
Encargado de
Asuntos Atípicos Internacionales
Xihuang-Chenggen
Beijie, Beijing
República
Popular de China.
P.S.: Manda a
decir el Presidente Xi Jinping que no sea tan chismosa.
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