Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Miembro del Buró Político del PCC y Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros en la clausura del Primer Taller de Informatización y Ciberseguridad. |
Por su importancia en el ámbito nacional e internacional, les entrego
la intervención de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos
de Estado y de Ministros, en la clausura del Primer Taller Nacional de Informatización
y Ciberseguridad. La Habana, el 20 de febrero del 2015, “Año 57 de la
Revolución”.
Compañeras y compañeros que presiden la clausura del Primer Taller Nacional
de Informatización y Ciberseguridad;
Compañeras y compañeros miembros de la comunidad informática de Cuba:
Cómo emocionan esas imágenes que vimos al principio de esta sesión de trabajo,
y creo que la causa fundamental está en que cada victoria genera nuevas
victorias.
Sin duda hemos asistido a un taller nacional que ha propiciado un debate
honesto y sincero, crítico y justo, amplio y participativo, serio y
comprometido, realista y objetivo y también visionario, que ha devenido en un
ejercicio democrático y público alrededor de un proceso complejo, retador,
necesario, que tiene que ser abordado en la multi y la interdisciplinariedad,
con visión de país y contando con la participación institucional y ciudadana,
el cual debe abarcar transversalmente todos los escenarios y ámbitos de la vida
política, económica y social del país, y constituir un imprescindible apoyo y
soporte al perfeccionamiento integral de nuestra sociedad socialista, próspera
y sostenible.
Hablamos, por supuesto, de la informatización en Cuba.
Una vez más se impone el método de la consulta y la participación masiva
como algo esencial en nuestra práctica revolucionaria.
Elocuentes son los datos de participación en el evento. Este evento, que
forma parte de un esfuerzo que viene realizando el país para asegurar el
proceso de informatización de la sociedad, tuvo la participación —como aquí se
expresaba— de más de 11 500 profesionales de las tecnologías de la informática
y las comunicaciones, a través de videoconferencias y de 21 auditorios a lo
largo y ancho del territorio nacional.
Conocemos las prioridades para la informatización segura de la sociedad y
los pasos que se implementan para la creación de la Unión de Informáticos de
Cuba, cuyo comité organizador en las próximas semanas dará los pasos en cada
provincia para dar a conocer la propuesta de estatutos, ir creando las
organizaciones de bases, o sea, los clubes y las organizaciones territoriales y
avanzar en un proceso que nos debe conducir posteriormente al congreso, donde
se elegiría la dirección nacional.
Durante tres jornadas, un grupo de expertos debatieron un total de 71
ponencias que impactan en estas esferas.
El foro-debate en la red, como se explicaba, contó con la participación de
más de 73 000 internautas, que emitieron 1 346 criterios con propuestas de
solución asociados a la temática, que en su mayoría evidencian respaldo a las
acciones que se desarrollan e identifican las inquietudes y expectativas en
torno al tema.
Me daban también un dato que abarca la participación en las redes sociales,
que se extiende a más de dos millones de participantes.
Las acciones de divulgación sobre el evento han permitido informar al
pueblo la determinación de la dirección de la Revolución en llevar a cabo un
proceso de informatización de la sociedad, masificando el uso de las TIC,
satisfacer las necesidades crecientes de información y servicios, elevar el
bienestar de la población y acelerar el desarrollo económico y social, y dar a
conocer las razones de Cuba y nuestra verdad en la red.
El Taller nos deja también expectativas, insatisfacciones, y por esas
razones, de hecho, se impone su continuidad y sistemática alimentación con
nuevas ideas y propuestas. Es, por tanto, solo el inicio de la continuidad de
una inmensa tarea estratégica que vamos a construir y que ya estamos
construyendo.
Hay muchas preguntas, preguntas inteligentes por responder, y las
respuestas, por supuesto, llegarán con la implementación de la estrategia.
Además, se han aportado propuestas que serán tomadas en cuenta.
El tema es complejo, no hay recetas ni una respuesta única y se necesita
trabajar con visión de país y con la participación intersectorial,
interdisciplinaria y abierta que permita construir una estrategia nacional que
ponga esta tecnología y la infraestructura que debe acompañarle al servicio de
la construcción del socialismo próspero y sostenible que se pretende.
Un tema como este no puede verse desvinculado del resto de los grandes
temas a los que se enfrenta el país, y existe la voluntad y disposición
efectiva del Partido y el Gobierno cubanos de desarrollar la informatización de
la sociedad y poner Internet al servicio de todos, facilitando una inserción
efectiva y auténtica de los cubanos en ese espacio.
Hablemos también de las premisas. Hay que referir cómo el Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, en el acto por el aniversario 15 del Palacio Central de
Computación, el 7 de marzo del 2006, afirmó que “la informática se convertirá
en una poderosísima fuerza científica, económica y política para Cuba”.
Muchos han sido los esfuerzos en estos años, que van desde la enseñanza de la computación en las carreras universitarias y en el sistema general de educación, hasta el desarrollo del programa de los Joven Club de Computación, los cuales socializaron y pusieron al alcance de todos estas tecnologías.
En estos años se han creado otras instalaciones especializadas en la
enseñanza de las ciencias de la computación, como son la Universidad de las
Ciencias Informáticas y los politécnicos de esa disciplina y este propio
centro, el CITI.
Se han incorporado en varias esferas productivas y de servicios modernas
tecnologías. Son numerosas las instituciones que desarrollan software y
aplicaciones, y está presente en el perfeccionamiento de los servicios de salud
la incorporación de nuevas tecnologías para detectar y combatir enfermedades
también con soluciones informáticas.
El enorme capital humano formado por la Revolución es innegable y
constituye la principal fortaleza con que contamos para enfrentar los desafíos
y retos futuros. Este evento ha visibilizado ese potencial.
El bloqueo a Cuba, aunque algunos no lo quieran considerar, ha limitado el
acceso a financiamiento, tecnología, sistema, infraestructura, software y
aplicaciones. El reconocimiento de su fracaso como política por parte del
presidente Obama y el anuncio de realizar inversiones en el sector de las
telecomunicaciones para que el pueblo cubano pueda acceder a las mismas, es un
reconocimiento de ello. El cambio de táctica, pero no de los objetivos de la
política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, acentúa la necesidad de que
avancemos más en el proceso de informatización cubano.
Por otra parte, en el ciberespacio hemos enfrentado la agresión para
subvertir ideológicamente a nuestra juventud, como parte de su pretensión de
formar una plataforma de restauración capitalista, neocolonial y neoliberal.
Conocidos son los proyectos Piramideo y Zunzuneo, orientados a fomentar la
desideologización y desmovilización revolucionaria en nuestros jóvenes. Por un
lado, se apoya con medios, dinero, cursos, viajes, intercambios y tecnología a
sus mercenarios; y, por otra parte, se le niega a un pueblo digno y heroico su
derecho al desarrollo. De igual forma, se conocen los planes de espionaje a
gobiernos y personas utilizando perversamente estas tecnologías.
La primera denuncia pública de este tema fue formulada por nuestro
presidente, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la inauguración de la
Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños,
CELAC, en La Habana, el 28 de enero del 2014, cuando expresó: “El año pasado
fue develada la existencia de un sistema global de espionaje de las
comunicaciones por parte del gobierno de Estados Unidos, del que fueron blanco
indiscriminado jefas y jefes de Estado y de Gobierno, organismos internacionales,
partidos políticos, empresas y ciudadanos de la región en flagrante violación
del Derecho Internacional y de la soberanía de los Estados.
“Otro asunto que genera gran preocupación por sus potencialidades para
provocar conflictos internacionales es el empleo encubierto e ilegal por
individuos, organizaciones y Estados de los sistemas informáticos de otras
naciones para agredir a terceros países. Algunos gobiernos han expresado
incluso la posibilidad de responder a esos ataques con armas convencionales. El
único camino para prevenir y enfrentar estas novedosas amenazas es la
cooperación mancomunada entre todos los Estados, al igual que para evitar que
el ciberespacio se convierta en un teatro de operaciones militares”, fin de la
cita.
Estas verdades no pueden ser olvidadas, y cualquier análisis que las obvie
es incompleto e injusto. Yo diría que contando con pocos recursos y mucha
voluntad se ha hecho mucho, aunque no todo lo que necesitamos, ni de la manera
más coherente y eficiente, y por estas razones hablamos de informatización y de
ciberseguridad.
Es este, entonces, un marco propicio para, a partir de estos razonamientos,
ratificar la voluntad política del Partido y el Gobierno cubanos para avanzar
en un amplio proceso de informatización que garantice el uso seguro y amplio de
Internet de manera inclusiva en función del desarrollo del país.
El Estado trabajará para que este recurso esté disponible, accesible y costeable para todos.
Debemos entender que derecho y responsabilidad coexistirán. Hay una
responsabilidad del Estado y la sociedad para que esto se haga efectivo, pero
también presupone la convivencia con otros derechos fundamentales: el derecho a
la información, la comunicación, la participación, la rendición social de
cuentas, unido a la responsabilidad individual y colectiva.
El derecho a Internet se acompaña, por tanto, de los deberes del ciudadano
y de las organizaciones e instituciones para con la sociedad. Es, por tanto,
totalmente responsable reconocer que el derecho de todos a Internet supone
deberes en relación con su uso adecuado y conforme a la ley, y supone también
la responsabilidad de velar por la defensa del país y su integralidad.
Internet debe ser una herramienta al servicio del desarrollo humano
sostenible del país y su inserción efectiva en el concierto de naciones.
Internet y el acceso a las tecnologías de la información y las
comunicaciones en general ofrecen oportunidades para que las personas, las
organizaciones y las comunidades puedan desarrollar su pleno potencial,
promover su desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida.
Internet no resuelve los problemas por sí solo, pero puede ayudar a
respaldar las estrategias en función del desarrollo social.
Son los problemas fundamentales de la sociedad, sus desafíos económicos,
sociales y culturales los que deben estar en el centro de la estrategia y
demandar su uso creativo e intensivo.
El desarrollo de la ciencia es inconcebible hoy sin Internet, y la
participación de nuestros científicos en las corrientes principales de la
ciencia está mediada por la capacidad de acceder a una Internet de calidad. La
estrategia de acceso a Internet debe ser diseñada, desarrollada e implementada
sobre la base de la más amplia participación y para contribuir y potenciar el
desarrollo humano sostenible.
El acceso a Internet supone al mismo tiempo desafíos y oportunidades, pero
constituye una acción necesaria para el desarrollo de la sociedad en las
condiciones contemporáneas. La estrategia a su acceso debe convertirse en un
arma fundamental de los revolucionarios para lograr la participación social en
la construcción del proyecto de sociedad que queremos, desde un diseño integral
de país. En tal sentido, la estrategia de uso de esta herramienta para el
desarrollo humano sostenible, de acuerdo con el modelo de sociedad cubano,
tiene que ser liderada por el Partido y debe involucrar a todas las
instituciones y a la sociedad para lograr el más pleno uso de sus
potencialidades en función del desarrollo nacional.
Internet como medio de acceso a la información y a la comunicación, impone
desafíos a las formas hasta ahora prevalecientes de organización y
participación social.
El socialismo le otorga un lugar preferencial al derecho a la información
como condición para el pleno ejercicio de la crítica y la participación del
pueblo. Internet plantea desafíos a las formas tradicionales de comunicación
social, al uso de los medios de comunicación, al papel de los individuos en el
espacio público y exige la existencia de políticas, normas y formas de
funcionar nuevas que deben alinear infraestructuras, servicios y contenidos
para garantizar ese derecho.
Internet, además de un espacio de acceso a la información, es un espacio
para la comunicación social, la cooperación, la asociación y el trabajo en sus
más variadas manifestaciones y como tal debe favorecerse.
Las regulaciones de Internet deben ser coherentes con las normas,
principios y políticas sociales y deben ser transparentes para todos los ciudadanos,
dejando claramente establecidos derechos y deberes. En tal sentido, las
regulaciones y normas que rigen el acceso a Internet y su uso, deben ser
coherentes con la legislación vigente y alinearse con los principios generales
de la Constitución y demás leyes y ajustarse a las cambiantes necesidades del
desarrollo social.
Internet es una herramienta al servicio de la identidad y la cultura
nacional y de la inserción soberana y universal de los cubanos, incluida la
soberanía tecnológica.
El fomento y universalización del acceso y uso de Internet deben formar
parte del proceso de desarrollo cultural nacional en su más amplio sentido y
deberá acompañarse del fomento de la producción cultural nacional, la promoción
de sus valores y la más amplia difusión nacional e internacional. Es parte de
la infraestructura básica para el desarrollo de las actividades económicas y
empresariales del país y el desarrollo de las capacidades nacionales en este
campo y al propio tiempo una actividad económica con alto potencial de
desarrollo.
En este contexto deberá fomentarse la creación de una infraestructura de
Internet de acuerdo con nuestras posibilidades, que sirva de base para el
desarrollo de las actividades económicas a todos los niveles: los estatales,
las cooperativas y de los sectores cuentapropistas.
Al propio tiempo, Internet propiamente dicha tiene un potencial generador
de servicios y de actividades económicas que constituyen ellas mismas fuentes
generadoras de empleos, recursos y crecimiento económico. Es esta una
plataforma para el desarrollo nacional que está sujeta al control social. Además
de garantizar una gestión efectiva de sus recursos, es imprescindible
establecer mecanismos de rendición de cuenta que permitan verificar en qué
medida el uso de este recurso está en función de las metas del desarrollo del
país y del mejoramiento de la calidad de vida de los cubanos.
Es un deber y una responsabilidad administrativa controlar que los recursos
puestos en función de metas sociales se usen en esa dirección y que el uso de
los recursos disponibles se pongan en función de apoyar las metas prioritarias
de la nación.
En el transcurso del evento y como parte de su intenso debate, hemos
reconocido como problemas existentes la ausencia de política, la
implementación lenta y carente de integralidad, la fragmentación, la
sectorialización, el marco regulatorio fragmentado, sectorializado y
desintegrado, la ineficiencia de los servicios, una determinada
desprofesionalización y dispersión de los recursos humanos, existencia de
ilegalidades, centralización del desarrollo de la infraestructura, falta de
transparencia en el uso de los recursos de la Internet cubana, limitaciones del
acceso en las instituciones, dependencia tecnológica, insuficiente dinámica de
desarrollo de servicios y contenido, complejidad en la aprobación del acceso a
Internet de personas e instituciones, todas las cuales atentan contra el logro
de una adecuada informatización de la sociedad.
Sería bueno también considerar como problemas y desafío la capacidad de
los centros de datos nacionales, la falta de dispositivos de acceso, la
legislación nacional coherente con los principios ordenadores, la educación en
Internet y sobre Internet, la educación a través de Internet, la gestión y
acceso al conocimiento y la cultura general integral en Internet, los
estándares libres y de código abierto, la participación on line en los asuntos
públicos, la protección de los consumidores en Internet, la salud y los
servicios sociales en las redes, las soluciones jurídica y judicial de las
actuaciones relacionadas con Internet, el tema audiovisual, que es hoy el
código de comunicación fundamental con las nuevas generaciones, y la
automatización, que tiene que responder a las problemáticas que plantea la
situación demográfica del país.
Y yo pido que siempre que hablemos de informatización le incorporemos la
automatización, como una línea de desarrollo esencial para el país en los
tiempos actuales.
La solución de los mismos debe ser contenido esencial de las bases, ejes
estratégicos y prioridades de la estrategia de informatización y ciberseguridad
de la nación cubana para definitivamente lograr un servicio de calidad en
función de los objetivos supremos del país.
Antes de concluir, quiero sumarme al agradecimiento al CITI, a la CUJAE y a
los organizadores de este evento, entre los que se encuentran el Ministerio de
Comunicaciones, el Minint, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el
Ministerio de Educación Superior.
Compañeras y compañeros:
Este sistema de trabajo es dirigido por la máxima instancia del Partido, el
Estado y el Gobierno, a través del Consejo de Informatización y
Ciberseguridad, creado hace dos años, con la misión de proponer, coordinar y
controlar las políticas y estrategias integrales, asociadas al proceso.
En correspondencia con los riesgos y amenazas identificadas en el
ciberespacio se diseñan acciones para proteger nuestra soberanía y afianzar la
cooperación internacional en materia de ciberseguridad con otras naciones como
China y Rusia, países con los cuales recientemente firmamos convenios de
colaboración.
Las opiniones generadas del taller y el foro-debate en la red contribuirán a enriquecer las proyecciones de trabajo a corto y mediano plazo.
Solo la integración de la inteligencia colectiva, como el resultado de la
formación del capital humano creado en estos más de 55 años de Revolución,
permitirá alcanzar los resultados esperados.
La única forma en que Cuba puede integrarse soberanamente a Internet, es
con una visión de nación y una infraestructura con servicios nacionales
integrados que beneficien al universo de sus instituciones, organizaciones y
ciudadanos. Necesitamos distinguirnos como país socialista por una Internet y
por una informatización con todos y para el bien de todos.
No podemos temer a los desafíos que impone una red como Internet; no
podemos renunciar al proyecto de una sociedad más justa, libre y democrática
que sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre y que se haga
efectiva en el contexto que nos ha tocado vivir.
La informatización e Internet deberán acompañar la oportunidad de todos los
cubanos de participar de forma activa en la construcción del país socialista,
próspero y sostenible que compartimos en nuestras aspiraciones.
Trabajemos todos por lograr la necesaria informatización de la sociedad
cubana: en esta batalla también venceremos.
Muchas gracias (Aplausos).
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