Gustavo de la Torre Morales |
Sección Opinión. Punto y Seguido.
Por Nazanín Armanian.
Nadie estaba
presionando a un Barak Obama debilitado y exhausto para que rompiera el tabú de
restablecer relaciones diplomáticas con Cuba, lanzándose a la boca de los
halcones belicistas. En este mercado de política y de realpolitik en el que
reina la lógica de costo-beneficio, el pequeño tamaño del mercado cubano y sus
insignificantes recursos naturales no explican esta histórica decisión de
Obama. Bienvenidas estas nueve reuniones en 18 meses con representante de Cuba,
y luego la confesión de la derrota, del triunfo del pueblo cubano y todas las
fuerzas progresistas del mundo que denunciaban el medio siglo de crueles e
inútiles sanciones, atentados, sabotajes, y otros actos de guerra contra la
Isla socialista que se negó convertirse en otro “estado fallido”.
“No podemos
seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente”, es el argumento
oficial del Presidente para justificar la nueva política. Se trata, pues, de
cambiar las tácticas para conseguir el mismo objetivo, que es provocar el
cambio en el sistema político cubano en favor de sus intereses, esta vez
mediante el uso del poder blando: relaciones políticas, económicas, sociales y
culturales, para "conquistar el castillo desde su interior”. Desde el
derrumbe de la URSS hasta hace poco, Washington ya no podía señalar a Cuba como
una amenaza a su seguridad nacional.
Las cosas
cambian cuando Rusia y China se reencuentran con los viejos compañeros cubanos
y empiezan a ampliar sus lazos a todos los niveles y ante la mirada atenta del
Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono, con la sede en
Florida. Que no se haya impuesto a Cuba ningún condición para dar este paso (al
contrario de las exigencias planteadas a Irán o a Rusia para levantar las
sanciones), se debe a esta preocupación y también a que La Habana tampoco moría
de ganas y de necesidad para verse obligada a aceptarla, aunque la prensa
demócrata -con el fin de calmar las críticas- afirme que hay un compromiso de
los cubanos para restaurar el capitalismo, como el precio a pagar por el fin
del bloqueo.
Los tres
niveles de las razones “no oficiales”
A. En el contexto de la política interna de
EEUU, han influido los siguientes factores en la toma de tal decisión por
Obama y en que lo haya hecho precisamente en estos momentos:
1. La pertenencia del propio presidente a la corriente de políticos que
admiten la decadencia del imperio y la existencia de un nuevo orden multipolar,
oponiéndose a los halcones vestidos de armadura y anclados en la ficción de
verse como la única y todopoderosa superpotencia. Ya en 2004 siendo senador
criticó el embargo.
2. Que lo haya hecho a poco de dejar su cargo y no durante los primeros
6 años de su mandato, es porque no tiene nada que perder: Entrará en la
historia sin pagar ningún costo político.
3. La imposibilidad de encontrar o crear un líder carismático entre los
opositores exiliados capaz de provocar un levantamiento en Cuba: pues las
rebeliones populares surgen y triunfan sobre fundamentos objetivos y no por la
elocuencia de salvadores variopintos. Además, las sanciones incrementaban los
sentimientos antiestadounidenses del pueblo cubano, y también la legitimidad de
su gobierno. Las medidas tomadas por Washington están siendo apoyadas incluso
por la mayoría de los exiliados cubanos, que así podrán ampliar sus lazos con
la Isla.
4. Estados Unidos pretende estar presente en La Habana cuando suceda el
cambio generacional de sus líderes y poder influir sobre ellos desde dentro.
5. Para la opinión pública estadounidenses, este gesto hacia el vecino
cubano es más importante que los desastres que ha dejado Obama en Irak,
Afganistán, Pakistán, Yemen, Ucrania o Siria. Además, así alivia la decepción
de los votantes demócratas por el incumplimiento de sus promesas electorales en
la política exterior.
B. En el contexto de la política regional:
1. Tras el fracaso de la estrategia de ”Regreso a Asia” para contener a
China, haber sido arrastrado a las guerras de Oriente Próximo, y el surgimiento
de gobiernos de izquierda en varios países de la región, Obama ha decidido
“Regresar a América” para recuperar la influencia debilitada sobre los cientos
de millones de almas de América. Va a desempolvar la Doctrina Monroe para
aplicarla a su manera, a pesar de que John Kerry dijera el año pasado que esta
Doctrina había muerto (también dijeron lo de “salimos de Irak, de Afganistán, y
cerraremos Guantánamo”).
2. Las fuertes y continuas presiones de los países latinoamericanos a
Washington dieron fruto: por fin consiguieron que Cuba esté presente en la
Cumbre de las Américas.
3. La necesidad de recuperar la proyección hegemónica en una región en
auge económico, y hacerse con el control de los grandes proyectos de
infraestructura, como el de la ampliación del Canal de Panamá y las
exploraciones petrolíferas en el Golfo de México.
4. Recuperar a Venezuela, y no solo mediante el dumping en los
precios de petróleo (diseñado con la complicidad de Arabia Saudí), o con
provocaciones internas; sino sobre todo generando distanciamiento entre La
Habana y Caracas. Cuba sigue representando la resistencia ante el imperialismo
y hay quien, incluso desde la izquierda, llama “claudicación y traición”
a la acertada política de La Habana.
5. Traer a Brasil a su esfera y sacarlo de los BRICS. Para los
estrategas de la Casa Blanca es inadmisible que se deshaga del dólar en sus
transacciones y encima equipe a su Ejército con mil millones de dólares de
armas rusas.
C. En el contexto internacional:
1. ¿Cuba a cambio de Crimea? Aunque no tengan nada que ver, esta
iniciativa ha sido, sin duda, la jugada más magistral de Obama contra China y
Rusia, quienes se habían atrevido a entrar de lleno en el patio trasero de
EEUU. Ha pasado desapercibida la Resolución 758 aprobada en diciembre por el
Congreso de EEUU que insta al Gobierno, y también a los países aliados, no sólo
a armar a Ucrania, sino también a tomar medidas militares contra Rusia.
Moscú, que se siente acorralado, en unas maniobras sin precedentes
exhibió el 31 de octubre pasado el vuelo de sus cuatro bombardeos Tu-95
(equivalente a los B-52- estadounidenses), por el cielo de la OTAN, desde el
Báltico hasta Portugal.
2. ¿No es motivo de preocupación para EEUU que China, el principal
enemigo del imperio para Obama, se haya convertido en el segundo socio
comercial de Cuba (y de otros países latinos) después nada menos que de
Venezuela?
3. El temor a que el aumento de las relaciones chino-rusas con la
región incluya también su presencia militar. Por ello rescatan la memoria de la
crisis de los misiles de 1962 para justificar la difusión del miedo. La prensa
del 12 de noviembre resaltó que el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu,
organizó patrullas en las aguas del golfo de México, aunque desmintió que Rusia
fuese a reactivar las instalaciones de espionaje electrónico de Lourdes (Cuba),
que fue el más potente centro de escuchas de la URSS en extranjero, para
monitorear las comunicaciones de EEUU. Lourdes fue cerrada en 2001 por
problemas financieros y también por la presión de Washington.
4. Washington, que ahora dedica pocos recursos en la defensa de sus
fronteras (mientras invierte ingentes cantidades en desestabilizar las
fronteras de los demás, recurriendo a la “excepcionalidad de EEUU”), se verá
forzado a invertir dinero en ello y aumentar la militarización de la región.
Éste es un factor contraproducente para atraer la confianza de estados a los
que pretende encandilar.
5. Obviamente, el peso del temor a perder Latinoamérica es mucho mayor
que el de hacer negocio con un pequeño y pobre país como Cuba (no se trata de
un Irán, de 80 millones de consumidores y sus inmensas reservas de
hidrocarburo). ¿Fue casual que un día antes de anunciar la buena noticia Obama
amenazara a Moscú con nuevas sanciones?
6. Hace cinco meses, cuando se produjo el derribo del avión malasio
sobre Ucrania, pasó desapercibido el notición de la gira de Vladimir Putin por
América Latina; pocos se enteraron de que Moscú había condonado el 90% de los
26.000 millones de euros de la deuda que Cuba había contraído con la Unión Soviética.
Putin también firmó con Cuba importantes contratos de inversión en la industria
petrolera de la isla, la construcción del nuevo aeropuerto de la capital, la
creación de una compañía aérea ruso-cubana, y la cooperación en la producción
de productos farmacéuticos, agrícolas y de transporte, en minería y en turismo.
Pero ahora que Rusia (igual que Venezuela) ha sido tocada por la caída de los
precios del petróleo y las sanciones económicas (y difícilmente pueda cumplir
los acuerdos) es cuando piensa llegar Mr. Marshall con sus millones al país que
empobreció previamente.
7. Para los rusos, Cuba es más que una cuestión geopolítica o de
reputación, es una cuestión sentimental. Y creen que daña la imagen de
Rusia el hecho de que ahora los estadounidenses pretendan ocupar su lugar
en la isla.
Opinan Moscú y Pekín
Dmitry Rogozin, viceprimer ministro ruso, considera que la táctica
calculada del nuevo enfoque de la Casa Blanca, aun siendo positivo para los
cubanos, no es más que un “abrazo de oso” para estrangular a Cuba.
En cambio, China alaba a Obama por demostrar que es un estadista que ha
sabido convertir “un juego que no se puede ganar en uno donde todos
ganan", y lo ve como el "legado más memorable de su
presidencia".
EEUU no aprende de sus errores.
Reconocer que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba
no ha provocado un levantamiento popular contra el Gobierno socialista no
significa que Washington vaya a dejar de utilizar esta táctica –que según el
derecho internacional es una declaración ilegal de guerra contra una nación. Ni
siquiera funcionó contra el Gobierno impopular de Sadam Husein en Irak, y es
improbable que provoque cambios en las políticas de Putin.
Cuba, a la que beneficia la entrada de tecnología y capital
estadounidense –ahora que Rusia y Venezuela están sufriendo sabotaje
petrolífero–, ni podía ni debería perder esta oportunidad con el Gobierno de
Obama, ya que los (o las) más belicistas amenazan con ocupar su Despacho Oval
en 2016.
Más allá de toda especulación sobre el futuro de Cuba, hoy viendo a
naciones enteras que arden en el fuego de guerras, lo primordial es la defensa
de la diplomacia en los conflictos entre los estados. La paz es la condición
previa para toda acción democrática.
Es posible que el presidente Obama, con este pequeño paso que ha
dado con Cuba, esté dando un paso gigante para conseguir el premio gordo de su
política exterior: Irán (y esto es el 18º motivo). ¿Lo conseguirá? Lo
contaremos en el próximo artículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario