miércoles, 25 de febrero de 2015

La Revolución de Martí


Tomado de Radio Habana Cuba.
Por Roberto Morejón.

Ciento veinte años atrás se reinició en Cuba la revolución por la independencia, proceso que representó uno de los acontecimientos más importantes de la última parte del siglo XIX en América Latina, en el camino hacia el fin del colonialismo español.

Después de concluida la Guerra de los 10 años, a la que convocó el padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, los cubanos retornaron a su actividad conspirativa, porque se convencieron de que la metrópoli había incumplido sus promesas.

Patriotas que lideraron esa guerra como Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García y Flor Crombet dirigieron la recaudación de fondos y acopio de armas, a pesar de la frustración y el desgaste popular por la pasada contienda militar.

El Apóstol José Martí, quién no participó en las hostilidades precedentes, pero sufrió prisión y destierro por sus ideas independentistas, fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, al que sumó a compatriotas de dentro y fuera del país.

Con visión integradora, creó también el periódico Patria para concretarse un expectante preámbulo del comienzo de la guerra del 24 de febrero de 1895.

La exhortación a la rebeldía justa se lanzó en el Grito de Baire, una pequeña villa próxima a la oriental Santiago de Cuba.

Más de una treintena de sitios imitaron el pronunciamiento y exclamaron la consigna de Independencia o Muerte.

Organizada fundamentalmente por el Héroe Nacional José Martí, la guerra de 1895 se presentó como el resultado de un proceso largo y heroico en la lucha del pueblo por la independencia y la justicia social.

Martí extrajo las lecciones pertinentes de la frustración de la Guerra de los Diez Años y de la Guerra Chiquita, de 1878 a 1880.

En nombre del Partido Revolucionario Cubano, ofreció a Máximo Gómez la jefatura del Ejército Libertador y nombró como su representante personal y de la organización en Cuba, a Juan Gualberto Gómez, otro descollante luchador anticolonial.

La guerra del 95 se extendió hasta agosto de 1898 cuando finalmente con el Tratado de París, Cuba alcanzó su independencia, sólo efectiva el 20 de mayo de 1902, aunque mediatizada por la influencia estadounidense.

Así ocurrió, entre otras razones, porque José Martí murió en combate en fecha tan temprana como el 19 de mayo de 1895 y a fines de 1897 también cayó, en similares circunstancias, el general Antonio Maceo.

España tenía en Cuba 240 000 efectivos oficiales y 60 000 irregulares, pero cedía ante el empuje de los insurrectos, armados sólo parcialmente, aunque blindados por sus ideas, el arrojo y sus letales cargas al machete.

En abril de 1898, Estados Unidos entró en el conflicto a raíz de la explosión que destruyó el acorazado Maine, anclado en la Bahía de La Habana, comenzando así la guerra Hispano-Cubano-Americana.

En agosto del mismo año se firmó un armisticio entre España y Estados Unidos que puso fin a las hostilidades, pero abrió el camino a la influencia neocolonial de Washington, truncada en 1959, al concluir la última etapa de la liberación, guiada por Fidel Castro.

Cada 24 de Febrero reafirma la voluntad de los cubanos de no someterse a ninguna modalidad de dominación.

Editado por Maria Calvo.

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