El Comandante Fidel Castro en su discurso frente a las Naciones Unidas en Septiembre de 1960 |
Por Israel Valdés Rodríguez*
Después de la heroica acción del 26 de julio de 1953 Fidel se convirtió en el enemigo público numero uno del gobierno de Fulgencio Batista.
Desde el mismo instante en que fue detenido por una patrulla del
ejército batistiano, comenzaron a fraguarse planes para su asesinato y
durante los 22 meses de permanencia en prisión se planificaron
diferentes alternativas de acciones criminales que fluctuaban entre las
más sutiles (introducirle veneno en la comida) hasta la mas desfachatada
(aplicarle la tan usualmente conocida “Ley de Fuga”).
Al salir de la prisión Fidel fue objeto de una constante persecución
por parte de los órganos represivos de la dictadura; la acechanza era
incesante; su vida corría peligro. El 7 de julio de 1955 Fidel viaja a
México y comienza a realizar los preparativos de la expedición
libertadora.
Se conoce que los Servicios de Inteligencia batistianos reclutaron a
Evaristo Veneréo González para penetrarlo dentro del Movimiento dirigido
por Fidel. Este agente era atendido directamente por el agregado naval
de la embajada de Cuba en México, capitán de navío Nicolás Cartaya
Gómez.
Otro agente de la tiranía viajó a México con la misión de observar la
casa donde residía Fidel. Este agente fue detectado por los
revolucionarios y por tal razón el espía regresó a Cuba. Semanas después
retornó a México con dos agentes más. En esta ocasión contactaron con
un cubano prófugo de la justicia, conocido por Arturo el Jorocho y un
venezolano, quienes a cambio de 10 000 dólares prometieron asesinar a
Fidel. Fuentes confiables hicieron llegar la información a los
revolucionarios y se tomaron las medidas pertinentes para evitar que se
consumara este hecho vandálico. El jefe del Buró de Investigaciones,
Orlando Piedra; el jefe de actividades subversivas, Juan Castellanos, y
numerosos agentes con fachada de turistas, anduvieron tras el rastro de
Fidel.
Por fin, después de salvar numerosos obstáculos y
adversidades se produce el desembarco del Granma el 2 de diciembre de
1956 y así nace el glorioso Ejército Rebelde. Desde los primeros
momentos la traición está presente y ya un espía a sueldo (Eutimio
Guerra) tenía la misión de asesinar a Fidel, pero afortunadamente fue
detectado y ajusticiado el 17 de febrero de 1957.
El 26 de abril un veterano luchador campesino de la zona de La Plata,
nombrado Julio Guerrero, solicita su incorporación a la guerrilla.
Fidel lo entrevista y lo acepta. Este le revela al líder guerrillero que
el comandante Casillas le había ofrecido una recompensa si lograba
matarlo.
En el mes de mayo fue detenido un soldado del ejército de la tiranía
nombrado Restituto Muñiz, quien se hizo pasar por campesino y tenía la
misión de asesinar a Fidel, pero aprovechando un descuido de sus
custodios logró escaparse.
El 12 de noviembre de 1958 el expiloto de la Fuerza Aérea
norteamericana Allan Robert Nye llega a La Habana en un vuelo regular
para discutir con las autoridades cubanas un proyecto de asesinato
contra el jefe del Ejército Rebelde, comandante Fidel Castro. Se
inscribió en el Hotel Comodoro bajo el nombre de George R. Collins. Se
le facilitaron amplias sumas de dinero para gastos durante su estadía de
cinco semanas en La Habana, donde llegó a entrevistarse con el general
Tabernilla y el coronel Orlando Piedra. El 19 de diciembre Nye fue
llevado en el avión del ejército de Batista número 231A a la antigua
provincia de Oriente para que realizara un reconocimiento en el terreno y
lograra llegar hasta el jefe guerrillero. Llevaba consigo un mapa
detallado de la Sierra Maestra y el sitio aproximado de su comandancia.
De su hombro colgaba un fusil automático Rémington calibre 30.06 con
mirilla telescópica y de su cadera pendía un revolver calibre 38
especial. El 20 de diciembre llegó a Bayamo, cruzó el río Cautillo y
entró en territorio rebelde. El 25 de diciembre fue detenido por una
avanzada rebelde y en el interrogatorio procedió a contar toda su
historia, incluyendo la localización de las armas que había dejado
escondidas. Permaneció detenido hasta el 16 de enero de 1959 en que fue
trasladado a La Habana, allí fue interrogado nuevamente y procesado
jurídicamente. En el juicio oral confesó el proyecto de asesinato contra
Fidel por la suma de cien mil dólares, previo acuerdo entre el FBI y
las autoridades cubanas. Fue sancionado a la pena de muerte por
fusilamiento, pero se le conmutó la sanción y se decidió deportarlo a
los Estados Unidos, razón por la cual fue entregado a dicha sede
diplomática con la advertencia de que fuera sacado del país en un
término de 48 horas.
Con las informaciones expuestas anteriormente se puede arribar a la
conclusión, que desde el mismo momento en que el joven abogado Fidel
Castro se proyectó como estandarte de una nueva doctrina revolucionaria
para Cuba, que consistía en la toma del poder político a través de la
lucha armada, como única vía de solución para acabar con una tiranía
sangrienta y liberar a la patria de la dependencia de los Estados
Unidos, se convierte en un enemigo potencial del imperialismo yanqui.
Para ellos significaba un peligro ese hombre que con su inteligencia, su
talento y su sabiduría política había conformado la tesis
revolucionaria de que la lucha armada era la fórmula idónea para llevar
adelante la revolución popular y radical que transformara, de una vez y
definitivamente, a la república mediatizada y al pueblo esclavizado y
explotado. Este ejemplo ante el mundo constituía una amenaza para los
planes anexionistas del gobierno norteamericano. Por esta razón Fidel se
convierte en el objetivo principal de 637 proyectos para su eliminación
física. Es evidente, que no existe ningún otro jefe de Estado o
Gobierno, ni figura histórica o política en el mundo que posea tan
espeluznante, peligroso e indeseable récord.
* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador,
miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores de
Cuba.
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