Por Arthur González
Durante
la ceremonia de los funerales de líder surafricano Nelson Mandela, el
Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saludó protocolarmente a los
presidentes seleccionados para hablar en el acto, entre ellos al Presidente
cubano Raúl Castro Ruz.
Un
simple apretón de manos como establecen las más elementales normas de educación
formal y cortesía, desató un pandemonium entre la mafia de origen cubano
radicada en la Florida, algo que no ocurre cuando sus aviones no tripulados
asesinan a mansalva a niños, mujeres y hombres inocentes.
Para
esos mafiosos que solo trasmiten odio por haber perdido el 1ro de enero de 1959
el poder político en la Isla, provocado por la derrota aplastante del ejército
rebelde a su presidente el dictador Fulgencio Batista, el hecho resultó
“decepcionante”, “indigno”, "desacertado” y un acto de “hipocresía
diplomática”.
Como
parte de sus campañas mediáticas generadas para distorsionar la verdad sobre
Cuba, los mafiosos terroristas de Miami pretenden calificar al Presidente Raúl
Castro, de “dictador sangriento”, al que Obama no podía darle la mano,
calificativos sin fundamentos ni pruebas.
Sin
embargo, esos mismos mafiosos no critican ni forman alharaca alguna cuando en
la Casa Blanca es recibido con honores el Primer Ministro de Israel Benjamín
Netanyahu, responsable del asesinato y muerte de miles de palestinos inocentes.
Tampoco critican ni califican como asesino y lo acogen como
un héroe, a Luís Posada Carriles, responsable de la voladura de un avión civil
cubano donde murieron 73 personas inocentes y el asesinato del turista italiano
Fabio Di Celmo, durante la explosión de bombas en varias instalaciones
hoteleras de la capital cubana, planificadas por el propio Posada.
El presidente Obama, ante
las acusaciones que ha recibido de ese grupúsculo de la comunidad cubana, que
él mismo amamanta y estimula a pesar de ser hoy una pequeña minoría y no
representar el sentir de la inmensa mayoría de los cubanos en Estados Unidos,
debería sacarle a relucir los antecedentes delictivos de cada uno de los que
ahora le acusan y recordarles el pasado sangriento que poseen y los muertos que
han causado sus actos terroristas contra el pueblo de Cuba durante 53 años.
Pero también es necesario repasarle al Presidente Obama que
cada uno tiene lo que se merece y como dice el proverbio popular, “cría cuervos
que te sacaran los ojos”.
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