viernes, 7 de diciembre de 2018

Las nuevas estrategias del imperialismo para derrocar los gobiernos de izquierda de América Latina


Tomado de Comunistes
Por Samuel H. Carvajal i Cefe Alonso :

En lo que va de esta década, el imperialismo norteamericano ha implementado diversos mecanismos políticos, jurídicos y paramilitares con el propósito de revertir los procesos de cambios iniciados en la región. Para este objetivo han implementado un descomunal dispositivo mediático, en el que han combinado los ingentes recursos financieros y tecnológicos de que dispone el capital, para perfilar y condicionar las voluntades de las mayorías, fungiendo como verdaderas artillerías mediáticas contra aquellos países que emprendieron proyectos de transformación social emancipadores.

Esta combinación de instrumentos coincide en las innovadoras estrategias implementadas por el imperio para deponer aquellos gobiernos que le resulten hostiles a sus propósitos hegemónicos. Por un lado la instrumentalización de la justicia (lawfare) y la manipulación abierta y masiva para torcer los hechos en función de los intereses de la hegemonía imperial (postverdad).

Todavía en nuestra memoria perviven los hechos que condujeron al golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, que presidió el primer gobierno socialista en América electo por la voluntad popular. En el presente vemos reeditados los mecanismos golpistas direccionados hacia los gobiernos y las fuerzas populares que los apoyan. La Cuba revolucionaria representa también un claro ejemplo de cómo el imperio aplica sus mecanismos para intentar torcer el brazo a los pueblos que se rebelan en lo que consideran su “patio trasero”.
En este tiempo hemos sido testigos de cómo la combinación política, judicial y mediática han operado para criminalizar los movimientos progresistas y a la izquierda en particular. En el caso venezolano la evidencia está al alcance de todos. Desde el arribo al poder por vía electoral del presidente Hugo Rafael Chávez Frías en 1998, hasta el presente bajo la presidencia de Nicolás Maduro, el imperialismo y sus aliados han ensayado diferentes mecanismos de guerra asimétrica para revertir el proceso bolivariano. Hoy Venezuela, su pueblo y su liderazgo sufren un férreo bloqueo que pretende revertir dos décadas de avances revolucionarios. La Nicaragua sandinista, presidida por el comandante Daniel Ortega vive horas cruciales.

En la memoria de nuestros pueblos aún resuena el secuestro y golpe de Estado en contra del presidente Manuel Zelaya de Honduras; al poco tiempo la arremetida tuvo en la mira a Fernando Lugo, presidente legítimo de Paraguay.

En el contexto de la derrota en las elecciones de 2016 de la entonces presidenta Cristina Fernández en la Argentina, jalonado ese proceso electoral por una feroz campaña político mediática que logró la desmovilización del electorado kirchnerista, y una vez logrado el propósito de arrebatar el poder a las fuerzas populares de ese país mediante la elección de Mauricio Macri, el objetivo desestabilizador tuvo como epicentro Brasil, entonces bajo el gobierno der Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores.
La confluencia de fuerzas de derechas en Brasil amparada por el monopolio mediático encarnado en la Red O Globo y el control del parlamento y el “sistema de justicia”, constituyeron los ingredientes suficientes para materializar el golpe de Estado en contra de la presidenta Rousseff y privilegiar al entonces vicepresidente Michel Temer, como cancerbero de los intereses del capital en Brasil.
Con la elección de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil se materializa la legitimación de los factores más reaccionarios en el control de este espacio geopolítico y cultural estratégico a favor de los intereses del capital corporativo transnacional. La elección de Bolsonaro además representa un significativo retroceso en las conquistas sociales, en materia educativa, en salud y vivienda logradas durante los gobiernos de Lula Da Silva y de Dilma Rousseff; además, de la configuración de una hegemonía gobernante excluyente, xenófoba y sexista.

La izquierda latinoamericana debe reflexionar sobre estas nuevas estrategias del imperialismo y el uso que hace de todo ello. A la izquierda transformadora de Europa no le es fácil contrarrestar bulos e informaciones mal intencionado. El tópico sobre la mujer del Cesar puede ser una cuestión a tener en cuenta, aunque no la única, y sabemos por experiencia que la poderosa maquinaria mediática de las agencias de inteligencia tiene recursos de sobra para tergiversar los hechos, mintiendo como lo ha venido haciendo. Solo recordar las armes de destrucción masiva que dijeron que poseía Hussein, o las millonarias inversiones en Siria para desestabilizar el legítimo gobierno en el mantenimiento de los “ejércitos libres” de Siria, o “cascos blancos”, la lista es interminable de provocaciones que llevan luego a intervenciones, en nombre de la democracia, la defensa de los derechos humanos o de la libertad.
El martes 11 de diciembre se ofrece una la posibilidad de debatir con algunos activistas latinoamericanos sobre esta coyuntura y reflexionar sobre las innovadoras estrategias imperiales en contra los procesos de cambios, también para reflexionar sobre formas organizativas y nuevos horizontes de lucha de las fuerzas populares. 

Os invitamos a asistir y a aportar vuestra opinión, útil como siempre, al pensamiento colectivo de esta izquierda transformadora.

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