Por Patricio Montesinos
Si
alguna vez el mandatario Donald Trump pensó y hasta pudo haber utilizado el
Covid-19 para favorecerse en las próximas elecciones en Estados Unidos, lo
cierto es que el nuevo coronavirus puede descoronarlo definitivamente en
noviembre venidero, y hacer tambalear el imperio de Washington.
Lejos
de conseguir vencer a China en una contienda comercial que Trump le desató,
incluida, sin duda alguna, la guerra bacteriológica, el gigante asiático es ya
el triunfador al detener la pandemia, y ahora EEUU es uno de los países con
mayores riesgos de contagios, al igual que varios de sus aliados europeos.
El
inquilino de la Casa Blanca es considerado el principal responsable de la grave
situación que vive el mundo hoy ante el Covid-19, además del menos solidario y
preocupado por sus conciudadanos.
Analistas
sostienen que el jefe del régimen de Washington esconde o no tiene la menor
idea de las personas infectadas en EEUU, donde no existe un sistema de salud
capaz de enfrentar una epidemia como la del actual coronavirus, y 45 millones
de habitantes carecen de seguro médico.
A
la vez, le importa un bledo que Europa, su siempre fiel aliada, se haya
convertido en las últimas semanas en el epicentro de la pandemia, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
A
sus “amigos” del viejo continente les canceló los viajes a territorio
estadounidense, y poco le interesan las muertes de ese lado del Atlántico.
Sin
embargo, la ganadora China, acompañada con medicamentos cubanos, como el
Interferón, un antiviral muy eficiente aplicado contra el Covid-19 en el país
asiático, ha brindado su apoyo a Europa y otros pueblos afectados como los de
Corea del Sur y Japón.
Cuba,
bloqueada como nunca antes por Trump, también ha recibido solicitudes de ayuda
de varios gobiernos por su prestigio internacional en la esfera de la salud y
en la producción de fármacos.
Hace
pocas horas las autoridades de la nación caribeña, a petición del Reino Unido y
de Irlanda del Norte, y en otro gesto humanitario, autorizó el atraque en uno
de sus puertos del crucero MS Braemar, de la línea Fred Olsen, donde viajan
personas afectadas por el Covid-19, las cuales serán atendidas bajo los
protocolos de la OMS y cubano, y trasladadas posteriormente a sus lugares de
origen.
Una
declaración oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la mayor de las
Antillas señaló que son tiempos de entender la salud como un derecho humano, de
reforzar la cooperación internacional para hacer frente a nuestros desafíos
comunes, valores que son inherentes a la práctica humanista de la Revolución
cubana.
Pésele a quien le pese y duélale a quien le duela,
China y la isla caribeña están dándole una lección al mundo, mientras Trump ya
tiene cavada su propia tumba, y también podrá pasar al basurero de la historia
como el sepulturero del imperio de Washington.
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