miércoles, 23 de julio de 2025

El odio, la traición y las mentiras.

 

Por Gustavo de la Torre Morales.

La historia de luchas por la independencia de Cuba está colmada de una pléyade de heroínas y héroes que han escrito páginas gloriosas con sus actos. Mujeres y hombres que dieron más luz a la estrella de nuestra bandera, que dieron solidez a los principios y metas de la Revolución, que incluso depusieron sus propias vidas para darle a la Patria y al pueblo cubano la posibilidad de crecer con una cultura política, ética y humanista: una cultura que también se proyecta en los diversos programas que se ponen en marcha en el campo de la solidaridad internacionalista.

Pero, lamentablemente en cada una de las gestas no han faltado manchas: esos personajes que por miedo o por carencia de dignidad, prefirieron ser traidores.

Los serviles a la metrópolis española se convirtieron en ralladillos o en apapipios (calificativo para señalar a los delatores).

En la etapa neocolonial, medio siglo forzado por la intervención imperialista de EEUU que frustró el triunfo de la gesta mambisa, salieron a la luz los chivatos (quienes delataba a los/las revolucionarias) y los que preferían el sucio negocio del vandalismo, que se convirtieron en esbirros, campeando en aquellos bestiales gobiernos de turno, como el de Gerardo Machado y el de Fulgencio Batista. Criminales que sostuvieron estrechos vínculos con la mafia que se instaló en La Habana, bajo la bendición de los gobiernos estadounidenses.

Con el triunfo de la Revolución, muchos de los que torturaron y asesinaron bajo las órdenes de Batista, huyeron precipitadamente y se consolidaron en connotados terroristas al servicio de dictaduras militares latinoamericanas (ejemplos: Posada Carriles y Orlando Bosch). Los traidores al proceso de liberación nacional, que creyeron que se convertirían en los nuevos señores del país, intentaron crear 5ª columnas para dividir el triunfante movimiento revolucionario o sobrevolaron La Habana con aviones desde EEUU y dejaron caer metralla contra la población cubana (ejemplos: Hubert Matos y Pedro Luis Díaz Lanz, respectivamente).

Pero muchos de esos contrarios a la Revolución se sumaron a organizaciones terroristas creadas, asesoradas y amparadas por el gobierno de EEUU y se enrolaron en operaciones paramilitares de infiltración en Cuba, asesinando a campesinos y maestros; sin dejar de mencionar que también intentaron entrar con una invasión mercenaria por Playa Girón.

Durante estas 6 décadas de Revolución cubana, la mano de la CIA y algunos gobiernos títeres de América Latina y Europa han amparado las actividades de criminales contra Cuba, siguiendo el dictado monroista del Tío Sam: guerra bacteriológica, atentados con bombas en instalaciones sociales y económicas, sabotajes contra estructuras industriales, actos provocativos desde la Base Naval de Guantánamo y otras tantas más que elevan a miles las cifras de víctimas mortales y lesionados en el pueblo cubano.

Sin dejar a un lado la constante búsqueda del aislamiento de Cuba, por medio de chantajes y presiones en instituciones regionales e internacionales, también se suma la prensa capitalista y organizaciones creadas por el imperialismo (Ejemplos: USAID, NED, IRI, entre muchas otras) que han servido de instrumentos para llevar al campo mediático una guerra contra el sistema político cubano.

Los millones recaudados de contribuyentes estadounidenses se escabullen, desde los primeros años del triunfo revolucionario cubano, en disimiles de programas manejados por quienes han logrado consolidar un lucrativo negocio de esa guerra mediática y las políticas agresivas adoptadas contra Cuba, por las diferentes administraciones de EEUU.

Además de intentar crear una matriz de opinión donde se reconfigura con falso idilio la historia de la Cuba de antes de 1959, donde se subraya el neón de los casinos y se borra la nefasta realidad de miserias y abusos de la época neocolonial, se han brindado amplios espacio para visibilizar como “héroes” a diversos personajes sin escrúpulos, que realmente encabezan grupúsculos antisociales llamados edulcoradamente como "disidentes", haciéndolos pasar por “líderes o lideresas” de pueblo cubano o de “movimientos políticos de gran repercusión”.

En realidad, ninguno de estos personajes que van de la mano de funcionarios de la Embajada de EEUU en La Habana o con estrechas relaciones con la derecha y ultraderecha europea (también marionetas del Tío Sam) logran exponer un criterio propio coherente, porque siempre están más por alcanzar retribuciones como resultados de sus actividades ilegales y de promoción del desorden social. Pero cuando son capaces de musitar algo, lo único que hacen es regurgitar el guion establecido, que cumpla un servicio a los intereses coloniales y prepotentes del imperialismo, lo cual no representan los fidedignos intereses del pueblo cubano.

Esa carencia de juicio propio y el férreo apego a lucrarse sin miramientos, lo señaló el entonces cabecera de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana (SINA), el Sr. Jonathan Farrar, al escribir en un cable a su gobierno el 15 de abril de 2009, titulado “THE U.S. AND THE ROLE OF THE OPPOSITION IN CUBA”, en el cual expuso textualmente:

“El Movimiento Disidente No es del Todo Coherente.”

Independientemente de si las organizaciones opositoras tienen agendas que puedan atraer a una amplia gama de intereses en la isla, primero deben comenzar a lograr cierto grado de unidad de propósito como oposición, o al menos dejar de gastar tanta energía en intentar debilitarse mutuamente.”

A pesar de afirmar que representan a "miles de cubanos", vemos poca evidencia de dicho apoyo, al menos desde la perspectiva, ciertamente limitada, que tenemos en La Habana. Cuando preguntamos a los líderes opositores sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para atraer a un amplio sector de la sociedad cubana. Más bien, el mayor esfuerzo se dirige a obtener suficientes recursos para mantener a los principales organizadores y a sus principales partidarios al día. Una organización política le dijo al COM con bastante franqueza que necesitaba recursos para pagar los salarios y le presentó un presupuesto con la esperanza de que la SINA pudiera cubrirlo. Siendo la búsqueda de recursos una preocupación principal, la siguiente meta más importante parece ser limitar o marginar las actividades de antiguos aliados, preservando así el poder y el acceso a recursos escasos.”

Lo anterior demuestra que hasta el amo que les ordena y paga ha sabido muy bien el denigrante calibre de estos individuos, porque son de la misma calaña que necesita para que en las redes sociales, acomodados en amplios sofás en otras tierras, vitoreen a delincuentes o promuevan revueltas en las calles cubanas.

El imperialismo necesita de ese incivismo y violencia de quienes no tienen escrúpulos: personajes que no sienten ese pequeño e incómodo guijarro de la ética en el zapato de la conciencia y se lucran con fomentar bulos y tergiversaciones: componentes que juegan su papel, tras los nefastos resultado del criminal bloqueo económico en estas 6 décadas, en el puzle de esa política violenta contra Cuba.

Para derrocar a la Revolución cubana, no solo se hace una conveniente omisión selectiva de lo que realmente genera la política de constante agresión contra Cuba; sino que se recurre al oportunismo mediático para exacerbar los fenómenos sociales y económicos que pasan en Cuba y que mayoritariamente se fomentan desde el exterior.

Eso sí, todo esto lo llevan a cabo con gran descaro, mientras le sacan los ojos al resto del mundo, y hunden a sus sociedades en un pozo de enajenaciones, para que no vean que hasta en sus propios países desarrollados occidentales se sufre de inocultables flagelos provocados por sus recias políticas neoliberales.

El odio visceral del imperialismo hacia la Revolución cubana tiene un largo rastro de actos de terrorismo y un oscuro panorama de mentiras que se imponen como norma.

Pero el pueblo cubano, ese conformado por millones de mujeres y hombres, de jóvenes revolucionarios, que resiste con resiliencia y batalla día sí y día también, tiene bien claro las raíces y tronco que conforman su historia, como también se mantiene firme al pilar erigido por el sólido esqueleto creado con el enriquecido ideario de su martirologio.

Como expresó el apóstol cubano, José Martí: “Los odiadores deberían ser declarados traidores a la república”(¹).


Otros artículos relacionados con Jonathan Farrar y la gUSAnera cubana, hacer click aquí.

Referencia del cable de la SINA, puesto a la luz pública por Wikileaks:

ID: 202438
Date: 2009-04-15 13:33:00
Origin: 09HAVANA221
Source: US Interests Section Havana
Classification: CONFIDENTIAL
Dunno:
Destination: VZCZCXYZ0001
PP RUEHWEB
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TAGS: PGOV, PINR, PREL, PHUM, CU
SUBJECT: THE U.S. AND THE ROLE OF THE OPPOSITION IN CUBA
Classified By: COM Jonathan Farrar for reasons 1.4 (b) and (d)

(¹) “Francia”. La Opinión Nacional. Nueva York, mayo 23 de 1882. O.C. 14:496

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