Por Gustavo de la Torre Morales.
La historia de
luchas por la independencia de Cuba está colmada de una pléyade de heroínas y
héroes que han escrito páginas gloriosas con sus actos. Mujeres y hombres que
dieron más luz a la estrella de nuestra bandera, que dieron solidez a los
principios y metas de la Revolución, que incluso depusieron sus propias vidas
para darle a la Patria y al pueblo cubano la posibilidad de crecer con una cultura
política, ética y humanista: una cultura que también se proyecta en los
diversos programas que se ponen en marcha en el campo de la solidaridad
internacionalista.
Pero, lamentablemente en cada una de las gestas no han faltado manchas: esos personajes que por miedo o por carencia de dignidad, prefirieron ser traidores.
Los serviles a
la metrópolis española se convirtieron en ralladillos o en apapipios (calificativo para señalar a los delatores).
En la etapa
neocolonial, medio siglo forzado por la intervención imperialista de EEUU que
frustró el triunfo de la gesta mambisa, salieron a la luz los chivatos (quienes
delataba a los/las revolucionarias) y los que preferían el sucio negocio del
vandalismo, que se convirtieron en esbirros, campeando en aquellos bestiales
gobiernos de turno, como el de Gerardo Machado y el de Fulgencio Batista. Criminales que
sostuvieron estrechos vínculos con la mafia que se instaló en La Habana, bajo
la bendición de los gobiernos estadounidenses.
Con el triunfo
de la Revolución, muchos de los que torturaron y asesinaron bajo las órdenes de
Batista, huyeron precipitadamente y se consolidaron en connotados terroristas
al servicio de dictaduras militares latinoamericanas (ejemplos: Posada Carriles
y Orlando Bosch). Los traidores al proceso de liberación nacional, que creyeron
que se convertirían en los nuevos señores del país, intentaron crear 5ª
columnas para dividir el triunfante movimiento revolucionario o sobrevolaron La
Habana con aviones desde EEUU y dejaron caer metralla contra la población
cubana (ejemplos: Hubert Matos y Pedro Luis Díaz Lanz, respectivamente).
Pero muchos de
esos contrarios a la Revolución se sumaron a organizaciones terroristas
creadas, asesoradas y amparadas por el gobierno de EEUU y se enrolaron en
operaciones paramilitares de infiltración en Cuba, asesinando a campesinos y
maestros; sin dejar de mencionar que también intentaron entrar con una invasión
mercenaria por Playa Girón.
Durante estas 6
décadas de Revolución cubana, la mano de la CIA y algunos gobiernos títeres de
América Latina y Europa han amparado las actividades de criminales contra Cuba,
siguiendo el dictado monroista del Tío Sam: guerra bacteriológica, atentados
con bombas en instalaciones sociales y económicas, sabotajes contra estructuras
industriales, actos provocativos desde la Base Naval de Guantánamo y otras
tantas más que elevan a miles las cifras de víctimas mortales y lesionados en el
pueblo cubano.
Sin dejar a un
lado la constante búsqueda del aislamiento de Cuba, por medio de chantajes y
presiones en instituciones regionales e internacionales, también se suma la
prensa capitalista y organizaciones creadas por el imperialismo (Ejemplos:
USAID, NED, IRI, entre muchas otras) que han servido de instrumentos para llevar
al campo mediático una guerra contra el sistema político cubano.
Los millones
recaudados de contribuyentes estadounidenses se escabullen, desde los primeros
años del triunfo revolucionario cubano, en disimiles de programas manejados por
quienes han logrado consolidar un lucrativo negocio de esa guerra mediática y
las políticas agresivas adoptadas contra Cuba, por las diferentes
administraciones de EEUU.
Además de
intentar crear una matriz de opinión donde se reconfigura con falso idilio la
historia de la Cuba de antes de 1959, donde se subraya el neón de los casinos y
se borra la nefasta realidad de miserias y abusos de la época neocolonial, se
han brindado amplios espacio para visibilizar como “héroes” a diversos
personajes sin escrúpulos, que realmente encabezan grupúsculos antisociales llamados
edulcoradamente como "disidentes", haciéndolos pasar por “líderes o
lideresas” de pueblo cubano o de “movimientos políticos de gran repercusión”.
En realidad,
ninguno de estos personajes que van de la mano de funcionarios de la Embajada de
EEUU en La Habana o con estrechas relaciones con la derecha y ultraderecha
europea (también marionetas del Tío Sam) logran exponer un criterio propio
coherente, porque siempre están más por alcanzar retribuciones como resultados
de sus actividades ilegales y de promoción del desorden social. Pero cuando son
capaces de musitar algo, lo único que hacen es regurgitar el guion establecido,
que cumpla un servicio a los intereses coloniales y prepotentes del
imperialismo, lo cual no representan los fidedignos intereses del pueblo
cubano.
Esa carencia de
juicio propio y el férreo apego a lucrarse sin miramientos, lo señaló el
entonces cabecera de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana (SINA), el
Sr. Jonathan Farrar, al escribir en un cable a su gobierno el 15 de abril de
2009, titulado “THE U.S. AND THE ROLE OF THE OPPOSITION
IN CUBA”, en el cual expuso textualmente:
“El Movimiento Disidente No es del Todo
Coherente.”
Independientemente de si las
organizaciones opositoras tienen agendas que puedan atraer a una amplia gama de
intereses en la isla, primero deben comenzar a lograr cierto grado de unidad de
propósito como oposición, o al menos dejar de gastar tanta energía en intentar
debilitarse mutuamente.”
A pesar de afirmar que representan a
"miles de cubanos", vemos poca evidencia de dicho apoyo, al menos
desde la perspectiva, ciertamente limitada, que tenemos en La Habana. Cuando
preguntamos a los líderes opositores sobre sus programas, no vemos plataformas
diseñadas para atraer a un amplio sector de la sociedad cubana. Más bien, el
mayor esfuerzo se dirige a obtener suficientes recursos para mantener a los
principales organizadores y a sus principales partidarios al día. Una
organización política le dijo al COM con bastante franqueza que necesitaba
recursos para pagar los salarios y le presentó un presupuesto con la esperanza
de que la SINA pudiera cubrirlo. Siendo la búsqueda de recursos una
preocupación principal, la siguiente meta más importante parece ser limitar o
marginar las actividades de antiguos aliados, preservando así el poder y el
acceso a recursos escasos.”
Lo anterior
demuestra que hasta el amo que les ordena y paga ha sabido muy bien el denigrante
calibre de estos individuos, porque son de la misma calaña que necesita para
que en las redes sociales, acomodados en amplios sofás en otras tierras, vitoreen
a delincuentes o promuevan revueltas en las calles cubanas.
El imperialismo
necesita de ese incivismo y violencia de quienes no tienen escrúpulos:
personajes que no sienten ese pequeño e incómodo guijarro de la ética en el
zapato de la conciencia y se lucran con fomentar bulos y tergiversaciones: componentes
que juegan su papel, tras los nefastos resultado del criminal bloqueo económico
en estas 6 décadas, en el puzle de esa política violenta contra Cuba.
Para derrocar a
la Revolución cubana, no solo se hace una conveniente omisión selectiva de lo
que realmente genera la política de constante agresión contra Cuba; sino que se
recurre al oportunismo mediático para exacerbar los fenómenos sociales y
económicos que pasan en Cuba y que mayoritariamente se fomentan desde el
exterior.
Eso sí, todo
esto lo llevan a cabo con gran descaro, mientras le sacan los ojos al resto del
mundo, y hunden a sus sociedades en un pozo de enajenaciones, para que no vean
que hasta en sus propios países desarrollados occidentales se sufre de inocultables
flagelos provocados por sus recias políticas neoliberales.
El odio visceral
del imperialismo hacia la Revolución cubana tiene un largo rastro de actos de
terrorismo y un oscuro panorama de mentiras que se imponen como norma.
Pero el pueblo
cubano, ese conformado por millones de mujeres y hombres, de jóvenes revolucionarios,
que resiste con resiliencia y batalla día sí y día también, tiene bien claro
las raíces y tronco que conforman su historia, como también se mantiene firme al
pilar erigido por el sólido esqueleto creado con el enriquecido ideario de su martirologio.
Como expresó el
apóstol cubano, José Martí: “Los
odiadores deberían ser declarados traidores a la república”(¹).
Otros artículos relacionados con Jonathan Farrar y la
gUSAnera cubana, hacer click aquí.
Referencia del cable de la SINA, puesto a la luz pública por Wikileaks:
ID: 202438Date: 2009-04-15 13:33:00
Origin: 09HAVANA221
Source: US Interests Section Havana
Classification: CONFIDENTIAL
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Destination: VZCZCXYZ0001
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SUBJECT: THE U.S. AND THE ROLE OF THE OPPOSITION IN CUBA
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(¹) “Francia”. La Opinión Nacional. Nueva York, mayo 23 de 1882. O.C. 14:496
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