Por Luis Giménez San Miguel/Juan Carlos Monedero.
Entre visitas oficiales y reuniones, que cambian de hora y lugar cada poco rato, el paso de Ricardo Patiño por Madrid es muy acelerado. En esta ocasión ha venido a acompañar al presidente Rafael Correa, que ha recibido el título de doctor Honoris Causa de la Universidad de Barcelona.
 Como una de las figuras más importantes del Gobierno de Alianza PAÍS 
apenas se separa unos momentos del mandatario. Al igual que él, Patiño 
es economista y uno de los principales ideólogos de la Revolución Ciudadana. Y como ala izquierda del Gobierno está convencido de que ésta pasa por el avance hacia el socialismo del siglo XXI. 
Él
 fue el primer interlocutor del Gobierno de Correa ante el Fondo 
Monetario Internacional como ministro de Finanzas, en el momento en el 
que Ecuador dio un paso histórico al ser el primer país en hacer una auditoría de la deuda soberana y
 negar el pago de aquella parte que consideraron ilegítima. Patiño 
dirigió esa comisión, que ahora mismo sirve de inspiración para muchos 
movimientos sociales y fuerzas políticas que plantean esta ruptura como 
la única vía de salida de la crisis en Europa. En 2013 su país creció un
 3,8% al mismo tiempo que profundizaba en el desarrollo del proyecto de 
la sociedad el conocimiento  en el que se ha empeñado Correa para dejar de ser una nación exportadora, dependiente y periférica. 
Europa está viviendo lo que América Latina vivió hace tres décadas. ¿Cómo encuentra usted el viejo continente? 
Cometiendo
 los mismos errores que cuando nosotros le hacíamos caso al Fondo 
Monetario Internacional (FMI) y permitíamos que fuera la banca quien nos
 mandase para solucionar nuestros problemas. Pero la banca sólo busca 
soluciones a sus propios problemas. 
América Latina está viviendo 
hoy un nuevo período, ha comenzado a transformar las estructuras del 
poder y ahora son los intereses del pueblo los que prevalecen. Porque si
 no estaríamos en la misma situación que está viviendo el resto del 
mundo, sufriendo los mismos estragos. Pero ahora estamos reconvirtiendo 
la actividad económica, recuperando los recursos naturales para el 
pueblo. 
¿Culpa de los pueblos o culpa de las dirigencias?
Es difícil buscar las responsabilidades, pero las élites han tenido 
mucho que ver. Durante mucho tiempo, desde la independencia tras la 
época colonial, las élites formadas por los sectores criollos fueron el 
verdadero poder que permitió que se mantuvieran las prebendas durante 
siglos. A penas a principios del siglo XX, con las revoluciones 
liberales, se produjeron cambios importantes, pero no suficientes: la 
división del Estado y la Iglesias o el derecho a votar. Pero ahora, con 
nuevos liderazgos, los pueblos han entendido que es importante recuperar
 su papel y sus derechos en la Historia.
Estamos desarrollando 
unas sociedades que son Estados de derechos. Los pueblos han despertado.
 Y los liderazgos, que se deben a este despertar, han permitido nuevos 
gobiernos de cambio en América Latina.
En América Latina 
vemos cómo muchas veces los gobiernos van por delante de los pueblos, en
 los que todavía persiste la hegemonía neoliberal. ¿Están cambiendo 
también los pueblos?
En América Latina hay cambios 
fundamentales. No son totales, pero hay muchos gobiernos que han 
cambiado el dominio de la política y el pensamiento neoliberal. Estamos 
atreviéndonos a establecer otro tipo de políticas, de corte soberano y 
nacionalista, que obedecen fundamentalmente a los intereses de los 
pueblos. Es un camino por el que se está avanzando, pero queda mucho por
 hacer.
El proceso de integración latinoamericana es 
fundamental en este sentido, pues dar estos pasos uno solo es muy 
difícil. Por eso es tan importante ahora acudir a defender la democracia
 venezolana, porque este proceso de recuperación de la soberanía, la 
identidad y los intereses de nuestro pueblo puede ser frustrado como 
consecuencia de los intereses coaligados entre fuerzas internas de los 
países con intereses trasnacionales.
Sin embargo, los organismos supranacionales fueron diseñados bajo ese mismo prisma neoliberal. 
En
 términos generales esto es verdad. Hay un predominio de los intereses 
de los grandes grupos económicos mundiales en estas arquitecturas 
supranacionales. Ya lo describía Lenin en su libro El imperialismo, fase superior del capitalismo,
 en el que hablaba de la transformación del gran capital en capital 
financiero trasnacional. Lo que pasa es que el sistema mundial, jurídico
 y financiero, está construido para preservar los intereses de las 
élites mundiales. Son los grandes sectores empresariales financieros, 
industriales, culturales y tecnológicos los que dominan este modelo para
 que les favorezca y mantener el dominio sobre la división internacional
 del trabajo. 
Por eso le damos tanta importancia a la integración. Para poder 
defendernos frente a este orden es indispensable que los países del Sur 
podamos ir juntos a dar esa pelea con las empresas trasnacionales. 
No
 es que creamos que estas empresas malas en si mismas, pues la realidad 
es que las necesitamos. Pero una cosa es que las necesitemos y 
trabajemos con ellas, permitiéndoles una rentabilidad razonable, y otra 
cosa es que dejemos que nos opriman y que se lleven el 80 o el 90% de 
los beneficios que obtienen de explotar nuestros recursos naturales. 
La
 pelea es ahí, porque ellos tienen todo un sistema internacional que les
 protege y apoya. No solo el sistema económico y jurídico, sino también 
el mediático, que es de una importancia capital. 
En 
Europa hay una crisis de deuda, como la que sufrió Ecuador hace décadas.
 Y cuando se plantea una auditoría se dice que es imposible. En cambio, 
Ecuador lo hizo.
Yo respeto la soberanía de España y no 
me voy a pronunciar al respecto de lo que debería hacer. En Ecuador 
nosotros hicimos la primera auditoría oficial que se ha hecho nunca. 
Como era de esperar, encontramos una cantidad impresionante de 
irregularidades e ilegalidades que nos permitieron, con absoluta 
solvencia, negarnos a seguir pagando esos tramos, los más ilegítimos. 
Era
 tal la solvencia moral que demostró el Estado ecuatoriano que cuando 
hizo esta auditoría que, a pesar de que esperábamos demandas por esta 
decisión soberana de negarnos a pagar esos tramos de la deuda, no 
tuvimos ninguna. Y eso lo logramos gracias a la información y el 
análisis de los datos. Esto nos permitió librarnos de la deuda que nos 
tuvo hipotecados hasta el año 2003 y si no la hubiéramos anulado no 
hubiéramos podido emprender la Revolución Ciudadana. 
A raíz de esa experiencia, están poniendo en marcha una comisión para auditar el ejercicio de las empresas internacionales. 
Básicamente
 es una comisión de auditoría de los tratados bilaterales de inversión, 
de promoción y protección de las inversiones. Y yo creo que deberíamos 
pensar en tratados bilaterales de promoción y protección de las 
sociedades. Lo que estamos haciendo con estas auditorías es ver en qué 
medida han servido, si han traído realmente nuevas inversiones o sólo 
han servido para proteger al capital y desproteger a las sociedades y al
 Estado. El resultado lo tendremos en unos pocos meses y veremos qué 
pasa. 
No se trata solamente de pensar en las empresas 
supranacionales, sino en el marco jurídico que hacemos. Durante décadas 
nuestros gobiernos diseñaron unos marcos jurídicos neoliberales, con una
 actitud completamente servil. 
Algunos países nos juntamos el año
 pasado y decidimos impulsar un observatorio de empresas trasnacionales,
 para observar qué están haciendo, cómo están abusando de su poder en 
algunos casos y cómo podemos protegernos los Estados de estos abusos. 
Cada
 vez que un Gobierno en América Latina ha plantado cara a estas empresas
 trasnacionales hemos visto un ataque feroz por parte de los grandes 
grupos empresariales de medios de comunicación. ¿En qué se han 
convertido los medios de comunicación?
En el caso de 
Ecuador, al igual que en otros países, los grandes medios de 
comunicación se han constituido en lo que se ha venido a llamar cuarto poder.
 Y nosotros hemos tomado su propia palabra. ¿Son un cuarto poder? Pues 
todo poder ha de estar regulado. En las sociedades los poderes se 
regulan a través de las leyes y por eso hemos hecho una ley de medios de
 comunicación. Y ahora se preguntan cómo es posible que los estemos 
limitando. Ya no dicen que son un poder, sino la representación de la 
libertad de expresión. Pero la libertad de expresión es de todos los 
ciudadanos y ellos no son su voz. Y por eso hemos regulado. 
En Ecuador hay una coalición entre las grandes empresas 
trasnacionales y el poder mediático para defenderse mutuamente. Los 
medios dependen de la publicidad que pagan esas grandes empresas y por 
eso nunca atacarán sus intereses, aunque sean contrarios a los de la 
ciudadanía. 
Los medios de comunicación se han convertido en 
verdaderos actores políticos. Cuando el Gobierno respondía a los 
intereses de esas empresas esos mismos medios ponían embajadores, 
ministros, quitaban y ponían presidentes. Era beneficioso para ellos 
estar en el poder. 
En Venezuela hemos podido ver una 
suerte de golpe mediático. Usted, como canciller, ha participado en una 
comisión de mediación en este país. 
¿Qué habría pasado 
en Venezuela si no hubiera existido UNASUR? La hubieran incendiado igual
 que Libia, igual que Siria. Hubieran encontrado la hendija para 
meterse, los que quieren retomar el poder y controlar el petróleo en 
Venezuela. Evidentemente, no todos los sectores opositores en Venezuela 
respaldan la violencia o están articulados con el imperio. Hay sectores 
de oposición democráticos, que están participando en los diálogos. Se 
oponen al Gobierno pero respetan la democracia. Pero hay otros que no, 
que están articulados con grupos internacionales que quieren derrocar al
 Gobierno a cualquier costa. Y la Historia lo ha demostrado. Esa 
posibilidad condujo a una decisión firme de la UNASUR para enviar una 
comisión de todos los cancilleres para acompañar al Gobierno venezolano 
en su diálogo de paz con la oposición. 
Desde que nosotros 
llegamos allá el 25 de marzo, que ahora se cumple un mes, la violencia 
ha disminuido radicalmente. En dos meses murieron 40 personas y desde 
que hemos llegado no ha habido más muertes. Hemos propiciado un diálogo 
político. Se demuestra así que UNASUR no solamente puede tener 
resultados en la integración sino especialmente en la protección de la 
democracia. Y esto significa la protección del futuro de nuestros 
pueblos. Así se demostró en Ecuador o Bolivia cuando sectores opositores
 intentaron impulsar golpes de Estado.
La Revolución Ciudadana de Ecuador, avance y contradicciones.
De momento la Revolución Ciudadana de Alianza PAÍS goza
 de buena salud electoral después de haber arrasado en las 
presidenciales del año pasado, aunque sufrió un pequeño susto en las 
municipales. Ante el avance de la derecha, Correa cambió de opinión hace
 un mes y afirmó que estaría dispuesto a volver a presentarse para la 
reelección, al contrario de lo que había defendido hasta ese momento. 
Esta decisión desató dentro y fuera del oficialismo un intenso debate 
que ha trascendido la propia figura del gobernante. ¿Concurrirá Correa 
de nuevo?  
Es importante recalcar que en las municipales la Alianza PAÍS  ganó 
de largo las elecciones y el siguiente partido en votos fue uno de 
centro-izquierda que apoya al Gobierno. Sumando los dos tenemos la mayor
 parte de las representaciones municipales. Es verdad que hemos estado 
acostumbrados los últimos años a ganar cinco a cero. Ahora hemos ganado 
tres a dos. Entonces se han envalentonado algunos grupos de la derecha. 
Sí hay que corregir errores, por supuesto. Uno de ellos es el exceso de 
confianza. También el sectarismo o la falta de organización. 
El 
tema de la reelección lo estamos discutiendo en este momento. Nos 
creemos con todo el derecho a hacerlo, estamos trabajándolo. ¿Es 
importante el liderazgo de Rafael Correa? Por supuesto, los liderazgos 
son siempre fundamentales. Ojalá pronto necesitemos que ya no esté, pero
 igual ahora necesitamos que esté un poco más. 
El 
Gobierno ha recibido serias críticas, también desde la izquierda, por 
haber decidido explotar los pozos petroleros del Parque Nacional del 
Yasuní, ante la negativa de los países del Norte de no pagar las cuotas 
que se habían comprometido.
Los que debían ser criticados
 son los países que no respaldaron la iniciativa. Nosotros hicimos una 
propuesta y ellos la rechazaron, no pagaron lo que se habían 
comprometido. Nosotros vamos a proteger el Yasuní, pero extraeremos 
petróleo de algunas zonas. La superficie y la biodiversidad no se van a 
ver afectadas, de un millón de hectáreas vamos a perforar 200, o 500 a 
lo sumo. La gente piensa que Ecuador decidió arrasar el Yasuní y eso es 
mentira. Vamos a perforar una pequeña parte de su suelo para extraer el 
petróleo que está ahí.
A quien hay que criticar es a los grandes países que contaminan todo 
el mundo y que además no han aceptado invertir dinero para no explotar 
el Yasuní. Nosotros tenemos derecho a usar nuestros recursos naturales 
como otros países. 
El presidente Correa amenazó con 
dimitir si se aprobaba la despenalización del aborto, tal y como 
demandaban importantes voces también desde Alianza PAÍS.
La
 sociedad ecuatoriana es eminentemente católica y creyente. Y esto hace 
que este tema sea muy difícil, más cuando este catolicismo social es 
compatible con posiciones progresistas en otros ámbitos. Así es la 
propia base de Alianza PAÍS. Entonces, tendremos que ver cómo seguir 
avanzando en la consolidación de los derechos de las mujeres, también 
sus derechos reproductivos, en el marco constitucional que tenemos. Ha 
de haber un debate en toda la sociedad sobre esta cuestión. 
Otro punto crítico del Gobierno de Correa es la negociación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. 
Este es un punto de mucha polémica en Ecuador porque ahí se está 
jugando mucho en un doble sentido. La Unión Europea es uno de los 
principales destinos de exportación que tiene Ecuador y eso quiere decir
 que los sectores económicos exportadores están muy pendientes de lo que
 pueda ocurrir eventualmente ante la firma de un acuerdo de estas 
características. Pero también es polémico porque en gran medida ahí se 
juega el cambio de matriz productiva en el que se ha empeñado el 
Gobierno durante los últimos años. Hemos querido diversificar el tejió 
productivo e ir hacia la sociedad del conocimiento. 
Somos el país
 que más conscientemente hemos dado estos pasos, con todos los programas
 educativos, tecnológicos, con la creación de la primera ciudad del 
conocimiento en América Latina, somos el país con mucha diferencia que 
más becas da per cápita a estudiantes. Un esfuerzo tan importante tiene 
también una arista fundamental, que es el tipo de acuerdos ecónomicos 
que se puedan llegar a firmar. 
Siempre hemos dicho que lo que 
busca Ecuador son acuerdos que nos permitan desarrollarnos y eso es lo 
que seguimos empeñados en alcanzar con la Unión Europea. Queremos una 
relación comercial que nos sea beneficiosa para impulsar ese cambio de 
matriz productiva y en la medida en que este beneficio se dé se firmará 
el acuerdo o no. 
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