Foto: notimerica.com |
Por Gabriele Kuehnle. Psicóloga y socióloga, periodista colaboradora en medios de prensa europeos y latinoamericanos en temas de derechos humanos, democracia y medio ambiente. Colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
China, Cuba y la Organización Panamericana de Salud (OPS) enviaron 933 toneladas de ayuda humanitaria a Venezuela solicitado por el gobierno. Los contenedores llegaron el 14 de febrero al puerto de La Guaira, Venezuela. Los países solidarios coordinaron con los organismos de la ONU y con el estado venezolano en tiempo y forma la llegada y posterior distribución en el país.
Rusia envió 300 toneladas de ayuda humanitaria que entraron el 20 de febrero por el aeropuerto Maiquetía. El 21 de febrero, Rusia envió otra partida de 7,5 toneladas de medicamentos para la población venezolana. (4)
En conversación con la delegación del Grupo Internacional de Contacto (GIC) de dialogo en Caracas el 21 de febrero, la vicepresidenta Delcy Rodríguez entregó una lista con medicamentos y dispositivos médicos solicitando su entrega y facilidades de financiación. Serán entregados a través de la ONU.
Las llegadas de las ayudas humanitarias fueron anunciadas públicamente por el gobierno venezolano, aunque reportadas solo por un reducido número de medios de prensa - quiere decir: fueron silenciadas. No obstante, los organizadores de los hechos violentos en las fronteras colombo-venezolanas tuvieron pleno conocimiento de los mismos.
Dado la cantidad en toneladas y su calidad en cuanto a las ayudas humanitarias ya presentes en el país el 22 de febrero, era obvio que podían cubrir las necesidades de la población vulnerable para un tiempo. En este fin de semana no existía, bajo ningún concepto, una situación en Venezuela que requería una irrupción forzosa al territorio, desconociendo sus fronteras.
Los pedidos de material humanitario en tan enormes dimensiones muestran la preocupación de los gobernantes y sus esfuerzos de mitigar la crisis en lo inmediato, siendo respondido a su vez por enormes esfuerzos de otros pueblos solidarios. Los hechos deben ser reconocidos, las fuerzas democráticas deberían tomar nota de los mismos y no caer en la trampa de las manipulaciones mediáticas.
La cooperación con organismos humanitarios por parte de las autoridades de Venezuela no es nueva, es de más larga data. Ya en noviembre de 2018 las Naciones Unidas, en cooperación con el Fondo de Emergencias (Common Emergency Response Fund, CERF) habían destinado unos 9,2 millones de dólares en programas humanitarios en Venezuela. El objetivo era mejorar la salud y la atención nutricional de las mujeres embarazadas, las madres lactantes después de embarazos de alto riesgo y los niños menores de cinco años.
En enero de 2019, el CERF había suministrado medicamentos a las autoridades venezolanas para unos tres mil pacientes, además de tres millones de pastillas para la terapia antirretroviral. En el curso de la cooperación, se logró también una tasa de vacunación de más del 95% contra el sarampión y la difteria. Venezuela mantiene una estrecha cooperación con la Organización Mundial de la Salud desde hace varios años.
Lo mismo sucede con la cooperación con UNICEF. El 7 de octubre 2018, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) firmó un plan de acción por el orden de 32 millones de dólares con el Gobierno de Venezuela. Con ello se busca la reducción de la mortalidad materno-infantil y la mejora de las condiciones para la protección y el desarrollo de niños, niñas y adolescentes.
El 27 de noviembre Venezuela firmaba un acuerdo con UNICEF de un suministro de mas de 130 toneladas de insumos (alimentos y medicamentos) a Venezuela, a través de un programa desarrollado en conjunto con el gobierno venezolano, en aras de optimizar los programas sociales que ya se desarrollan en el país.
Los esfuerzos han beneficiado a unas 350.000 personas, entre ellas mujeres y niños, quienes han recibido asistencia médica y nutricional.
Asimismo, en cooperación con el Ministerio de Sanidad se enviaron al país unas 30 toneladas de medicinas y productos sanitarios con la intención de frenar la propagación de enfermedades y mejorar la salud en las comunidades de menos recursos.
Según Unicef, esos productos se usarán para tratar a unas 25.000 embarazadas, a unos 10.000 recién nacidos y a unos 2.300 niños portadores del VIH.
El mismo viernes pasado, cuando la ayuda humanitaria de EEUU iba a "entrar por mar, tierra y aire" a Venezuela, el canciller venezolano Jorge Arreaza informó de una nueva conversación con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, acordando la cooperación en el ámbito de la ayuda humanitaria.
Confirmaron el apoyo técnico por parte de la ONU para facilitar la compra de alimentos, medicamentos y equipos hospitalarios. El gobierno de Venezuela pretende financiar las ayudas. Por el bloqueo económico las posibilidades de compra e importación de medicamentos e insumos médicos son extremadamente restringidas.
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