Gráfica del sitio web de la UNESCO, donde se reflejan los países donde se han asesinado profesionales del periodismo desde 1993. Ninguno fue asesinado en Cuba. |
Por Gustavo de
la Torre Morales.
Este
pasado 20 de agosto de 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
anunció en su Comunicado de Prensa 205/19, que emitirá un nuevo Informe de “valoración”
de los DDHH en Cuba. Según la CIDH, la emisión de dicho informe (que será el
octavo en 60 años) se ha decidido después de la “evaluación” de los DDHH en Cuba y que el mismo incluirá las diversas
temáticas que cuestionen desde la institucionalidad del Estado cubano, su marco
constitucional y legal en materia de derechos humanos, la valoración sobre
grupos (que llaman ahora prioritarios), hasta el señalamiento de personas
víctimas de tratas.
Seguidamente, ese mismo día,
la CIDH emitió su Comunicado de Prensa 206/19, donde “condena la detención y sentencia
a un año de prisión” emitida por el Tribunal Provincial de Guantánamo contra Roberto
Jesús Quiñones Haces, a quien la CIDH declara como “periodista independiente” (quizás en el ejercido pasado de esta
profesión, pero sin estar registrado oficialmente hoy día por agencia alguna
para ello).
No es la primera vez que la CIDH emite Comunicados de Prensa
que intentan señalar a Cuba de violadora de DDHH, mientras presta
protección y amparo a aquellas personas que han hecho de la crítica a la
Revolución cubana un lucrativo negocio, bajo mandato de intereses foráneos,
como los del gobierno de Estados Unidos.
Es más que conocido que el gobierno de EEUU ha estado
destinando millonarios presupuestos a la edulcorada disidencia, la misma que ni
es reconocida por la población cubana y que el entonces representante de la
otrora SINA, Jonathan Farrar, dio a conocer a su gobierno como desconectada de
la realidad y sociedad cubanas.
El Sr. Roberto Jesús Quiñones Haces ha sido
sentenciado por no cumplir las leyes cubanas; algo muy natural por quienes se
creen resguardados por el imperialismo y dedican su “carrera” a un “periodismo”
subversivo (como Cubanet o RadioTelevisión Martí), de propaganda y ataque
contra el proceso político escogido por el pueblo cubano; que por cierto, ha
sido ratificado con la reciente aprobación de la nueva Carta Magna, en referéndum
público, en febrero de 2019.
En este mismo comunicado, la CIDH “manifiesta su preocupación por la persistencia de la criminalización
hacia quienes ejercen el derecho a la libertad de expresión en la isla, y
señala que las detenciones arbitrarias han sido utilizadas como método para la
intimidación y hostigamiento de activistas, defensores de derechos humanos y
periodistas”.
Muy a pesar de la “preocupación” de la CIDH sobre
intimidación y hostigamientos o que Reporteros Sin Fronteras (RSF) siga
calificando a Cuba como el país peor calificado de Latinoamérica en materia de
libertad de prensa, toda acusación se desvanece cuando toda estadística muestra
que en la realidad cubana ningún periodista ha sido secuestrado ni asesinado en
Cuba desde el triunfo de la Revolución cubana. Brasil, Guatemala, Honduras,
Colombia y México son países con altos índices de incidentes contra
trabajadores de la información.
Solamente entre el año 2003 y el 2017, se han asesinado 1035
profesionales del periodismo en todo el mundo. Solamente el
18% de la totalidad de los denunciados por la UNESCO se han declarado como
resueltos. De todos los casos presentados, ninguno de ellos murió en Cuba.
Tampoco la CIDH se ha pronunciado por los
casos de acoso y asesinatos que pesan sobre el gobierno de EEUU.
Ahora, es mucho más curioso que los que califican como
profesionales y colaboradores de la prensa represaliados en Cuba, todos responden
a la línea editorial de cambio de régimen, según los dictados de la empecinada
política de agresiones de EEUU contra Cuba.
Igualmente, la CIDH se pronuncia en defensa de los que llaman
sectores indefensos, como el que agrupa a personas LGTBI, obviando los avances
alcanzados por CENESEX y el trabajo realizado por este sector, el cual en
ocasiones han querido manipular contra la Revolución; pero, se han llevado una
respuesta contundente y firme a favor de la continuidad del socialismo cubano. Frases
como “¡Cuba es una sola, por eso yo me incluyo!”, “¡Revolución de todos los
colores!”, “¡Socialismo sí, Homofobia no!”, fueron coreadas en la X
Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, en mayo de 2017 y hoy en día continúan manifestándose en apoyo al proceso político y
que se vivió en la XII Edición bajo el lema «Todos los derechos para todas las
personas».
¿Cuándo la CIDH condenará la política internacional agresiva
y de asedio económico de EEUU contra Cuba y otros países cuyos pueblos han
decidido un camino diferente a los estándares impuestos por intereses imperialistas?
¿Cuándo la CIDH destinará un Comunicado de Prensa o Informe de País para
reconocer los logros sociales, políticos y económicos cubanos, que otros organismos
internacionales dan por positivos y citan como referentes, incluso, para países
desarrollados? ¿Cuándo la CIDH condenará el servilismo y el mercenarismo de
aquellas personas que ponen sus servicios a los intereses que no son los del
pueblo cubano, sino que responden a objetivos colonialistas y hegemónicos
extranjeros?
Llama mucho la atención que la
CIDH, organismo que se declara en defensa de los derechos humanos y exige la
garantía de “la libre circulación de las ideas y pensamiento”, reconoce la
expulsión del gobierno de Cuba, por medio de la Resolución VI, emitida el 31 de enero de 1962, VIII Reunión
de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, en
la cual se dispuso excluir al
Gobierno de Cuba del Sistema Interamericano por “su identificación con el
marxismo-leninismo”; ya que el
organismo consideró que dicha opción política era “incompatible con el Sistema Interamericano pues quebrantaba la unidad
y solidaridad hemisférica”.
¿Entonces,
ni la OEA ni la CIDH respetan la diversidad de opinión ni la decisión del
pueblo cubano a acoger una forma diferente, según los derechos establecidos por
varias resoluciones internacionales, sin mencionar algunas de esa misma entidad?
Realmente, la CIDH no busca la unidad ni la solidaridad
hemisférica, sino la propagación de gobiernos y personajes serviles, subordinados
y sujetos a intereses imperialistas.
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