Imagen de la Agencia EFE. |
Por Rafael González
Morales
Desde este martes 23 de junio, las
principales librerías de Estados Unidos comenzaron a vender uno de los libros
más esperados de este año. El texto ya a disposición del lector se titula: “La
habitación donde sucedió: Una memoria de la Casa Blanca”. Su autor es el
controversial y conocido halcón neoconservador John Bolton, quien en estos
momentos está siendo considerado por Donald Trump y Mike Pompeo como un
traidor, pues lo acusan de revelar información clasificada en las páginas de su
libro.
La
poderosa casa editorial Simon&Schuster ha sido la encargada de ponerlo a
disposición del público a quien trata de cautivar con el siguiente slogan:
«Este es el libro que Donald Trump no quiere que usted lea». Desde hace unos
días se ha desatado una fuerte campaña publicitaria alrededor del texto, a la
que ha contribuido especialmente el presidente estadounidense con sus tweets y
con el despliegue de presiones para obstaculizar su publicación. En esencia,
todo este espectáculo propagandístico ha sido muy favorable para Bolton debido
a que está alineado con sus dos principales motivaciones: ganar dinero y
notoriedad. No obstante, debe tener algunas preocupaciones por las posibles
acciones legales que se desarrollen contra su persona en el futuro inmediato.
Ninguna
de sus críticas a Trump está inspirada en cuestiones éticas ni pretende generar
un debate que modifique la orientación de una política exterior desastrosa. Todas
sus palabras están meticulosamente calculadas y atendiendo a sus antecedentes
de manipulador, mentiroso e inescrupuloso no está muy claro cuáles de los
hechos que revela ocurrieron de la manera en que lo está contando. Bolton ha
insistido en que su libro se centra precisamente en los hechos para alejarse de
cuestiones subjetivas debido a que desea que el lector saque sus propias
conclusiones. Cuando ese planteamiento se contrasta con el capítulo titulado
con muy poca creatividad: “Venezuela Libre”, nos percatamos que es una gran
mentira al estar plegado de juicios, opiniones y calificativos contra Cuba y
Venezuela.
En
ese sentido, en el libro se refieren a “Cuba” o a los “cubanos” en 84
ocasiones, incluyendo las menciones que se reflejan en las notas al pie. En el
capítulo mencionado anteriormente se recogen 48 menciones, lo que evidencia que
el enfoque principal en el tratamiento del tema Cuba está vinculado
estrechamente a Venezuela. Esta visión constituyó una de las prioridades del
diseño de política que promovió Bolton cuando se desempeñó como Asesor de
Seguridad Nacional.
La
primera mención a Cuba está en el primer capítulo titulado: «La larga marcha a
una oficina en la esquina del Ala Oeste». Haciendo referencia a la política
exterior de Obama, el halcón neoconservador plantea: “nuevas amenazas y
oportunidades estaban apareciendo de manera rápida y ocho años de Barack Obama
significaban que había mucho que reparar”. En este contexto, menciona que en el
Hemisferio Occidental una de las “amenazas” es Cuba y también califica de esta
manera a Venezuela y Nicaragua. Por lo tanto, Bolton desde antes de ocupar su
responsabilidad en la Casa Blanca ya tenía dentro de sus prioridades
fundamentales empeñarse a fondo para construir el pretexto de la Isla como una
supuesta amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
La
segunda mención está en ese propio capítulo y es precisamente para destacar sus
vínculos con la comunidad cubanoamericana, pero evidentemente con un sector muy
específico. Bolton se está refiriendo a que fue contemplado como uno de los
candidatos para desempeñarse como Secretario de Estado durante la etapa de la
transición presidencial. En este contexto, señala que había muchas personas
promoviendo su candidatura y afirma que está “muy agradecido por el
considerable apoyo que tuvo entre (…) los cubanoamericanos y los venezolanoamericanos”.
En esencia, fue respaldado desde ese momento por la extrema derecha
cubanoamericana, quienes ya se habían convertido en fuertes acreedores de
Trump. También Bolton tenía su deuda con este sector, aunque su odio contra
Cuba obedecía a razones ideológicas más profundas independientemente de sus
nexos con la ultraderecha de Miami.
La
tercera mención está en el capítulo tres titulado: «América descansa libre».
Bolton señala que el día después del ataque de Estados Unidos contra Siria,
acompañó a Trump a un evento cerca de Hialeah en la Florida con el objetivo de
crear un clima positivo para determinados sectores de los negocios. Menciona
que en la actividad se reunieron alrededor de 500 personas, en su mayoría
cubanoamericanos y venezolanoamericanos. Durante el evento, Bolton explica que
el senador Marco Rubio se refirió a la multitud sobre su reciente designación
como Asesor de Seguridad Nacional al plantear: «Es un mal día para Maduro y
Castro, y es un gran día para la causa de la libertad». De hecho, el legislador
anticubano fue uno de los actores más influyentes en la designación de Bolton a
partir de que su presencia le garantizaba una participación permanente y coordinada
en la toma de decisiones hacia Cuba y Venezuela.
El
resto de las menciones se concentran en el capítulo dedicado a Venezuela.
Bolton comienza explicando que en el gobierno de Trump después de varios
esfuerzos sin éxito para derrocar a Maduro, se abrió un fuerte debate y señala
que participaron “especialmente miembros de las comunidades cubanoamericana y
venezolanoamericana en la Florida”. Esta afirmación reconfirma el papel que
siempre han desempeñado estos grupos de conjunto con el gobierno estadounidense
en los intentos por desestabilizar el proceso bolivariano.
Varias
menciones de Cuba en ese propio capítulo están orientadas a resaltar el manido
argumento que Nicolás Maduro es capaz de mantenerse al frente del gobierno
debido al “apoyo y presencia de los militares cubanos”. Bolton es reiterativo
en este aspecto que convirtió en uno de los pilares de la campaña contra la
Isla dirigida a justificar el recrudecimiento sustancial de la política
anticubana, lo que todavía persiste como un elemento fundamental dentro de su
estrategia. En este enfoque justificativo de la incapacidad el gobierno de
Trump para derrocar la revolución bolivariana, también Bolton añade como
actores claves a Rusia, China e Irán.
Otras
de las referencias a la Isla, está vinculada a la formulación de Bolton sobre
la denominada “Troika de la Tiranía”. Sobre este aspecto, en el libro se
explica que Trump en una reunión el 15 de agosto del 2018 solicitó que le
presentaran opciones militares contra Venezuela. Según Bolton, trató de persuadir
al mandatario explicándole por qué esa no era la respuesta, especialmente,
debido a la oposición del Congreso a esa variante. En ese sentido, el entonces
Asesor de Seguridad Nacional decidió enfocarse con mayor fuerza en Venezuela
pero desde una perspectiva más amplia que incluía sanciones contra Cuba y
Nicaragua.
Una
de las menciones a Cuba en este capítulo más ilustrativas del odio de Bolton
contra la nación cubana y de su marcada agresividad es cuando explica su
reacción ante el arresto del opositor venezolano Juan Guaidó a principios del
2019. El halcón señala que estaba seguro que sería acusado por Maduro de
liderar un golpe de estado en Venezuela. En ese contexto,
refiere «empezamos a evaluar pasos que deberíamos adoptar de inmediato
contra el régimen de Maduro y también contra Cuba y Nicaragua». Añade que se
preguntaron: “¿Por qué no ir contra los tres a la misma vez? Las sanciones
petroleras eran una opción natural, pero ¿por qué no declarar a Venezuela un
país patrocinador del terrorismo, algo que sugerí por primera vez en octubre de
2018, y también retornar a Cuba a la lista que Obama había removido?”.
Posteriormente,
se hacen referencias a decisiones contra la Isla como la cancelación del
acuerdo con las grandes ligas, la implementación del título III de la Ley
Helms-Burton y sobresale la siguiente explicación de Bolton haciendo referencia
a Trump: “consistente con su amenaza pública de un bloqueo total y completo
contra Cuba a partir de los envíos de petróleo entre Venezuela y Cuba, Trump
también reiteradamente solicitó al Departamento de Defensa opciones concretas
de cómo parar esos envíos, incluyendo la interdicción”. También aborda el
discurso que realizó el 17 de abril en el Hotel Biltmore de Coral Gables cuando
estuvo rodeado de miembros de la brigada mercenaria 2506. Con relación a este
evento anticubano, destacó sus anuncios vinculados a la aplicación de los
títulos III y IV de la Ley Helms-Burton.
Cuando se leen estas páginas desde una perspectiva objetiva, puede percibirse y sentirse que se está en presencia de alguien que no ha superado su amarga derrota. El profundo odio y frustración de Bolton hacia Cuba y Venezuela constituye la piedra angular sobre la que se erige toda la manipulación y tergiversación que se refleja en ese capítulo. Al halcón solo le queda continuar vociferando sus falsedades y tratar de sacarle más dinero a sus confesiones mezclando las mentiras con las infamias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario