Tomado de Granma.
Por LAURA BÉCQUER PASEIRO
Caso Aponte Aponte
Apareció en Estados Unidos luego de varios días en la clandestinidad. Allí fue recibido con los brazos abiertos el exmagistrado venezolano Eladio Aponte Aponte, destituido de su cargo por denuncias públicas sobre su vinculación con mafias narcotraficantes y prófugo de la justicia venezolana.
Para colmo, lo convirtieron en vocero oficial de Estados Unidos y de la derecha venezolana, como parte de la campaña de desprestigio contra la democracia y las instituciones de la nación bolivariana.
Diarios como el Nuevo Herald le hicieron el juego mediático y repitieron hasta el cansancio las "sensacionales" declaraciones de Aponte. Con una causa abierta por sus nexos reconocidos con el narcotraficante Walid Makled, huyó a Costa Rica, donde el Departamento Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), le envió un avión privado para su traslado inmediato a Miami, Florida.
Cuando estaba escondido en la nación tica, Aponte dijo que la justicia venezolana era "un mito", y que en al menos una ocasión recibió llamadas para proteger a militares relacionados con el tráfico de droga.
Sin embargo, el Gobierno venezolano tiene pruebas de la estrecha relación de Aponte y Makled. Basadas, por ejemplo, en las declaraciones del propio narcotraficante sobre el pago de comisiones para favorecer sentencias judiciales de organizaciones delictivas dedicadas al narcotráfico. Otra evidencia es la invitación hecha a Makled y a su familia para la boda de la hija del magistrado Eladio Aponte Aponte.
Más allá del hecho judicial, llama la atención el evidente trasfondo político que se mueve tras bambalinas. Aponte es protegido por la agencia norteamericana antidrogas, la misma que ha operado más como actor político contra el Gobierno de Hugo Chávez, que en el combate al narcotráfico.
Ante este nuevo montaje mediático, el canciller venezolano Nicolás Maduro señaló que la oposición convirtió a Aponte en vocero para tratar de cuestionar la democracia venezolana y a los hombres y mujeres honestos que la comandan. "Le vendió su alma al diablo", sentenció.
En otro arrebato, la derecha venezolana se vale de cualquier artimaña para desacreditar la imagen del proceso bolivariano. Desfallece en el intento de desviar la atención del momento histórico que vive Venezuela, en un año electoral clave.
Mientras, Eladio Aponte Aponte continúa amparado por la maquinaria propagandística imperial, que no duda en utilizar la mentira como la más poderosa de sus armas. Por su parte, Venezuela exige respeto a sus instituciones y confirma una vez más que Estados Unidos es un gobierno protector de terroristas, ladrones y bandidos.
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