Tomado de CubaDebate.
William Blum
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En una temporada de graduaciones universitarias, detengámonos un 
momento para recordar las emocionantes palabras del amado erudito 
estadounidense, George W. Bush, cuando habló en Florida en 2007 en la 
ceremonia de graduación de Miami Dade College: “En La Habana y otras 
ciudades cubanas hay personas como vosotros que asisten a la escuela, y 
sueñan con una vida mejor. Por desgracia esos sueños son sofocados por 
una cruel dictadura que niega toda libertad en nombre de una ideología 
sombría y desacreditada.”
¡Cómo desearía haber estado en la audiencia! Me hubiera levantado y 
gritado: “En Cuba toda la educación es completamente gratuita. ¡Pero la 
mayoría de los jóvenes que están sentados aquí estarán encadenados a una
 inmensa deuda incapacitante durante gran parte del resto de sus vidas!”
Cuando los guardias de seguridad llegaron a buscarme hubiera gritado:
 “¡Y nadie en Cuba es obligado a alistarse en las fuerzas armadas para 
calificarse a fin de obtener ayuda financiera para estudiar, como 
Bradley Manning fue obligado!
Mientras me agarraban lograría agregar: “¡Y el Congreso incluso ha 
aprobado una ley prohibiendo que los estudiantes se declaren en 
bancarrota para librarse de su deuda!”
Y mientras me llevaban arrastrando, con un brazo alrededor de mi 
cuello, terminaría por protestar: “¿Sabéis que 36.000 millones de 
dólares en deuda estudiantil pertenecen a estadounidenses que tienen 60 
años o más … (ahogo, jadeo) … y que estudiantes se han suicidado debido a
 su deuda?”
No sé si el profesor Bush hubiera encontrado algunas palabras dentro 
de su intelecto para responderme, pero las últimas palabras que yo oiría
 de los estudiantes, mientras me colocaban las esposas, serían: “Si no 
te gusta estar aquí, ¿por qué no te vas a Cuba?”
Es una lástima que tengan que pagar matrículas exorbitantes, pero en todo caso terminan con sus cerebros lavados.
Volvámonos ahora al actual presidente. Aquí lo tenemos en la 
ceremonia de graduación del 19 de mayo en Morehouse College en Atlanta, 
el alma mater de Martin Luther King:
"Sé que cuando algún día esté a punto de morir, no pensaré en alguna 
legislación en particular que he promulgado; no pensaré en una política 
que propugné; no pensaré en el discurso que hice; no pensaré en el 
Premio Nobel que recibí. Pensaré en una tarde ociosa con mi esposa. 
Pensaré en estar sentado en la mesa del comedor y verlos felices y 
saludables y saber que están felices y sanos y saber que fueron amados. Y
 pensaré en si hice lo mejor para todos ellos."
Y yo, como Zelig de Woody Allen, también hubiera aparecido en esa 
graduación, y habría gritado: “¿Y qué nos dice sobre la familia sentada 
feliz y sana alrededor de la mesa del comedor en Pakistán o Afganistán, y
 un misil –su misil– que llega aullando a través del techo, reduciendo 
la preciosa familia a huesos y sangre y polvo? ¿Qué nos dice sobre las 
familias felices y sanas en Yemen e Iraq y Somalia, Pakistán y Libia a 
quienes ha atacado con drones y misiles hasta matarlas? ¿Por qué no ha 
devuelto el Premio Nobel? ¡En caso que lo hubiera olvidado, era un 
premio de la PAZ!
¡Oh, cómo duele ese taser! Por favor contribuid al fondo para pagar mi fianza.
William Blum es autor de Killing Hope: U.S. Military and CIA 
Interventions Since World War II, Rogue State: a guide to the World’s 
Only Super Power . Su último libro es: America’s Deadliest Export: 
Democracy. Contacto: BBlum6@aol.com
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/06/05/what-presidents-tell-our-students/
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/06/05/what-presidents-tell-our-students/
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