Por Jean Guy Allard.
Los actos violentos de los últimos días en Venezuela han contado con 
			la asesoría y el apoyo de los Estados Unidos.
¿Qué tienen en común el General norteamericano David Petraeus, el 
			exdirector de la CIA que recientemente renunció, y Leopoldo López 
			Mendoza, jefe de las hordas fascistas que pretenden acabar con la 
			obra de Chávez? Ambos están vinculados a la Kennedy School of 
			Government, de la Universidad de Harvard, un conocido criadero de 
			oficiales de la Agencia Central de Inteligencia.
Muchos elementos en la vida de López, además de su actual 
			actividad de provocador golpista, lo vinculan a los órganos de 
			inteligencia estadounidense. Hijo de una familia que siempre 
			prosperó en las más altas esferas de la fauna política derechista, 
			se identificó desde joven a Estados Unidos y a las élites del 
			universo imperial.
Típico hijo de papá —de los que crecen sobreprotegidos detrás de 
			los muros de mansiones opulentas en los barrios más exclusivos de 
			Caracas— López fue enviado por su familia, ya con 18 años, donde los 
			privilegiados del sur envían a sus herederos a comprarse un futuro.
Es así que, en 1989, el joven López desembarca en el muy 
			exclusivo Kenyon College, en el estado de Ohio desde el cual 
			descubrirá a su nueva patria. Casi cinco años se pasó en esta 
			prestigiosa institución reservada a los ricos: el costo anual del 
			prestigio académico para chiquitos con plata se eleva hoy día a... 
			60 mil dólares del Tío Sam, una verdadera fortuna.
La CIA no recluta a su gente entre los pobres. Del Kenyon College, 
			se sabe desde siempre que la CIA controla elementos entre sus 
			profesores cuya tarea es identificar a los alumnos que pudieran ser 
			útil, tarde o temprano, a la "compañía".
De los años de la época de la Guerra Fría, se conoce el caso 
			famoso del poeta John Crowe Ransom que fue considerado por la CIA 
			como un "activo" importante cuando enseñaba en el Kenyon College, 
			se-gún afirman expertos en la materia.
Tanto prestigio tiene Kenyon en la agencia que Michael Morrell, 
			número dos de la "compañía", además de ocupar dos veces la dirección 
			interina —recientemente se jubiló después de 33 años en Langley—, 
			escogió pronunciar ahí su primera conferencia de oficial retirado.
Es difícil creer que López, latinoamericano de familia rica, no 
			fue monitoreado y fichado por los "activos" de Kenyon.
No puede ser por casualidad que López luego reaparece en la 
			Universidad de Harvard —otro antro de los que sí tienen plata— y 
			específicamente en el Kennedy School of Government, donde obtuvo una 
			Maestría en Políticas Públicas en 1996.
La Kennedy School de Harvard es otro terreno donde andan los 
			cazadores de cabezas de Langley. Varios hechos lo enseñan.
De regreso en Venezuela, López ocupa el cargo de Analista, 
			Asistente al Economista Jefe y Asesor Económico en la Coordinación 
			de Planificación de PDVSA, la petrolera nacional, gracias a su mamá, 
			Antonieta Mendoza de López, quien fue Directora de Asuntos Públicos 
			de la empresa.
Pronto el político se conecta a la CIA, más bien a una conocida 
			fachada de la "compañía", el International Republican Institute (IRI) 
			del Partido Republicano, que le extenderá luego todo su apoyo 
			estratégico y financiero. Con este propósito, realizó a partir del 
			2002 frecuentes viajes a Washington tanto a la sede del IRI como 
			realizando encuentros con funcionarios del gobierno de George W. 
			Bush.
Mientras tanto se integra a la asociación civil Primero Justicia, 
			que luego se convertirá en partido político que hoy encabeza su 
			rival, Henrique Capriles Radonski. Este otro hijo de papá también 
			constituye un elemento del mecanismo desestabilizador programado por 
			la CIA, el Departamento de Estado y su Embajada en Caracas.
El 11 de abril del 2002 encabeza la marcha de la oposición 
			golpista al Palacio de Miraflores, que provocó la muerte de decenas 
			de personas y luego el secuestro del Presidente Hugo Chávez.
Fue entonces implicado en el criminal arresto del ministro de 
			Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín. La causa judicial 
			contra López por estos hechos fue cesada el 31 de diciembre del 2007 
			debido a la amnistía otorgada por el propio presidente Chávez.
A pesar del fracaso del plan CIA de desestabilización, López 
			siguió desde entonces con sus provocaciones fascistas, inspiradas de 
			los manuales de la inteligencia yanqui.
A finales de febrero del 2004, fue uno de los jefes de la "guarimba" 
			(protesta violenta) de Chacao donde era alcalde, para "forzar" la 
			renuncia del Presidente Chávez, provocando más muertos.
Frustrado por no ocupar el puesto de líder en otros partidos, 
			López crea luego el suyo propio, denominado Voluntad Popular, donde 
			da libre curso a sus ideas extremistas de inspiración claramente 
			nazi. También promueve las llamadas "Redes Populares", una 
			iniciativa financiada por la USAID, con el objetivo de penetrar a 
			las comunidades y romper las filas revolucionarias, al reclutar 
			personal remunerado para las acciones desestabilizadoras 
			supuestamente "espontáneas".
Personajes como López, en América Latina y en el mundo entero, 
			donde el imperio lucha por sus intereses, son raramente de 
			generación espontánea. Nada se debe a la casualidad. Washington 
			tiene sus fábricas de "líderes" que provee a sus mecanismos de 
			inteligencia el material necesario para sus planes maquiavélicos. 
			"Líderes" formados en sus academias de futuros desestabilizadores de 
			todas procedencias, a la imagen de su amo imperial. 
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