Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP)
Isla de la Juventud.
El 
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías pasó por los Andes, por Bolívar y Martí, el 
venía de donde los indios son un dolor y un desamparo. Pasó por Carabobo y todas 
las batallas donde un hombre, y una mujer pelearon por la dignidad 
humana.
 Por aquí pasó Chávez, por Caracas y la 
Habana, por las tierras de las pampas y las sabanas  africanas.
Pasó 
por los sueños más antiguos que despiertan como pájaros.
Pasó 
el Comandante por los ojos de los niños y las manos de Guevara, pasó con una 
gran fuente repartiendo panes en nombre de la justicia, repartiendo el amor con 
el pecho desnudo ante las balas.
Pasó 
el titán de un pueblo nuevo por la puerta implacable de los que tienen mucho 
oro, y les entregó el corazón, a la orilla de la puerta, para que abrieran los 
oros viejos de las almas.
Por 
aquí pasó Chávez, con el agua hasta al pecho, salvando al que iba a ahogarse en 
la  América Adentro olvidada en los 
barrios marginales. Por aquí pasó como una luz cegadora sin tiempo para el 
miedo.
Pasó  Chávez y desclavó a Cristo de la cruz y 
lo hizo andar con la muchedumbre de los pobres de la tierra, y tuvieron voz, más 
allá de los versos y las montañas.
Por 
aquí pasó la risa, el canto y los espíritus de la sabana. Pasó Hugo por el alma 
de los pueblos, abrió un surco, nos dejó una llovizna  y la semilla, el derecho a tener, otra 
primavera.

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